CAPÍTULO 10

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'Plan en marcha'

Todos hablan de la gran fiesta de hoy, siendo las diez de la mañana, ya todos andaban ansiosos, menos yo, aún no me decidía sobre si era buena idea ir o quedarme en mi habitación, pero presentía que esa última idea sería cambiada al ver a Sara entrar a la cafetería con una gran sonrisa viniendo hasta mí.

—Buenos días, Elena —saludo mientras se sentaba al costado mío en la mesa circular.

—Buenos días para ti también —sonreí.

—Veo que eres la única que no esta hablando sobre la fiesta de hoy —me dijo mientras hechaba un poco de azúcar a su café.

—¿Tanto se nota? —reímos —Bueno, tampoco es que tenga a alguien con quien ir.

—Elena por dios, sigues siendo igual de pesimista con las fiestas —dijo ella dándole un pequeño empujón.

—Sabes que no es mi estilo —suspiro mientras llevaba un trozo de manzana a mi boca.

—Es una fiesta universitaria, además, iremos Stephen y yo —comentó.

—¿Ya lo conocías antes? —le pregunté curiosa.

—Pues, lo conocí por ser el hijo de una de las amigas de mi madre, me llevé muy bien con él y ahora estamos aquí juntos —dijo ella con una media sonrisa —oye... ¿Es cierto que tienes algo con el chico ese que todos hablan?

—Eres una metiche Sara, eso no ha cambiado —le dije mientras ella bufo.

—Soy la que más te conoce de aquí, merezco saber —me dijo mientras reía por lo bajo. 

—Bueno, no es nada, solo...

—Dios... Creo que es él —dijo ella mirando hacía la entrada de la cafetería —Ya veo que era verdad lo de atractivo.

Reí ante su comentario, sabiendo que aquello era completamente verdad.

—Lo sé.

Entró, buscando algo con la mirada, hasta que callo en mí, y sus pasos se dirigieron hasta donde estaba junto a Sara, quién sólo me daba algunos codazos al ver que él se acercaba a mí.

—Hola... —dije mientras él se había limitado a darme un corto beso en la frente —mmm... Sara, él es Bill, un amigo.

Ella me vio alzando una ceja, sabiendo de por sí que no me había creído ante mi referencia.

—Un amigo, bueno... —dijo ella haciendo más incómodo aquél momento —Un gusto, Bill —dijo ella dándole la mano.

—Igualmente —dijo él, estrechando su mano.

—Bien, se que no me necesitan, así que... Elena, no te olvides de la fiesta, nos vemos —dijo ella mientras se iba del lugar.

—Pensé que no estarías aquí —le dije mientras me levantaba de la mesa llevando la bandeja hacía el depósito.

—¿Porque no lo estaría? —me preguntó detrás mío.

—Por lo poco que se de ti, lo más seguro es que estarías metido en tus asuntos —lo mire obvia, mientras suspiraba al ver que algunos de los estudiantes miraban hacia nosotros.

—Eso no importa ahora, te dije que te buscaría y aquí estoy —me dijo mientras ponía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Sonreí de lado, mientras salíamos de aquél lugar.

—¿Iras a esa fiesta? —me pregunto curioso.

—Tal vez, Sara estará ahí y también Bianca —respondí, mientras subíamos los escalones —¿Tú iras?

Llegando a aquél piso, no escuché su voz, ni sus pasos, por lo cual me detuve ante su extraño comportamiento.

—¿Qué pasa? —volví a preguntar, mirándolo algo pensativo.

—Nada, solo que... ¿Sabes como son ese tipo de fiestas, verdad? —preguntó acercándose a mi.

—Bueno, me dijeron que son un poco... ¿Salvajes? —él emitió una sonora risa que hicieron que sonriera ante ello.

—Podría decirse así —susurro aún con una pequeña sonrisa de lado —No quisiera verte con alguna herida porque un idiota te empujó.

Reí, negando su suposición tan elevada.

—No va a pasar eso, te lo aseguro, entonces...¿No iras?

—No frecuento mucho a esa clase de fiestas, pero voy a hacer una excepción esta vez —me dijo mientras acariciaba mi mejilla.

—Esta bien, te esperare ahí —le dije con una sonrisa, mientras me iba hacia mi habitación.


~•~

Al escuchar el nombre de aquella chica de los labios de Elena, mucho más que enojo le provocó sospechas.

Bianca había hablado con Elena, eso lo tenía claro y era imposible de evitarlo, aún en la cabeza del castaño divaga aquella amenaza que esa chica le dio, sin embargo, era consciente que una simple advertencia como esa no era suficiente para tenerlo derrotado, no lo dañaba a él, pero si a esa chica a quien hacía de todo para no vincularla en su pasado y ahora se está convirtiendo en algo imposible.

Estaba claro, él iría a esa fiesta.

Sus sospechas no estaban de más, y es que una de esas tantas habitaciones, estaban ellos, todos ellos quienes irían tras Elena, y lo peor de todo, es que ella no tiene ni idea de lo que está por pasar.

—Los vi hoy en la cafetería, ¿Enserio creen que Bill no irá a esa fiesta? —preguntó la rubia a los dos cómplices.

—Él nunca va a esa clase de eventos y si lo hacía era solo para satisfacerse a si mismo —respondió uno de los chicos.

—O buscar una chica a quien entregar, lo que se supone que debío de hacer con esa becada —dijo el otro con amargura —. Si va a esa fiesta o no, yo me encargaré de eso.

—Yo me estoy ocupando de Elena, porfavor, no vayan a hacer alguna idiotez —dijo Bianca a regañadientes.

—No pidas mucho rubiesita, que no estás haciendo ni la mitad de nuestro trabajo —dijo Marcus haciendo que la chica hechara humos.

—Lo único que está a la mitad aquí es lo que traes en tus pantalones —dijo ella satisfecha al ver la reacción de frustración de su compañero.

—Como vuelvo a decirles, Bianca, te daremos tu parte a la mañana siguiente, procuren que salga bien porque si no, ni uno de nosotros tendrá su parte.

Sour Romance » Bill SkarsgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora