Capítulo 6

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  La luz del sol iluminaba tenuemente la cueva, eso hizo que los caballos despertaran percatándose de la ausencia de Loki, se apenaron de que no se quedara en el grupo, pero la comprendieron.

  Loki huyó, antes de que se dejase llevar por sus instintos más animales. Cuando detuvo su caminar, la noche estaba muy avanzada y sus patas se encontraban con algunas heridas, las cuales lo obligaron a detenerse para descansar.

  Por el cansancio se había quedado dormido, tan profundamente, que no sintió llegar la mañana. Al despertar se encontró con una presencia inesperada, quiso levantarse con un movimiento brusco, mas fue en vano, no podía ponerse en pie.

Tranquila, no intentes levantarte, tienes que reposar esas patas o no podrás volver a ponerte en pie– dijo el rudo caballo, frente a él.

–¿Te conozco?– preguntó Loki, aturdido por el aroma de aquel caballo que le atraía tanto.

–Tal vez, pero yo no recuerdo haberte visto nunca por aquí.

–Y ¿Cuándo crees que podré ponerme en pie?

–Con suerte en tres o cuatro días.

–Puedes irte si quieres, no es necesario que te quedes– dijo Loki observándolo detenidamente. ¿Esas cicatrices? Pensó, creo que las he visto antes.

–Puedo hacerte compañía hasta que mejores. Si así  lo quieres– propuso.

Claro, necesitaré a alguien con quien hablar.

–Supongo que yo también, no creo que sea muy cuerdo de mi parte siempre hablar conmigo mismo– dijo riéndose de sí mismo. –Soy Stefano ¿y tú eres?

–Yo soy Loki– abrevio, queriendo decir "príncipe de Asgard." Información  que prefirió guardarse.

  Las presentaciones terminaron, ese día entre ambos surgió cierta química a la que ninguno pudo resistirse.

  Mientras tanto, en alguna cantina de Midgard.

–¡Vamos guapa! Dame un besito.

–¡Déjese de tonterías! Está muy ebrio, y mi tazón está vacío.

–Claro. ¡Mozo otra ronda para las damas!

–Fandral ya déjalo, lo vas a dejar seco– dijo Hogun.

–No, deja que siga seduciéndolo, esta bebida midgardiana está muy buena– dijo Thor.

–Tú cállate que apenas puedes pronunciar palabra–lo retaba Hogun.

–¡¿Cuándo traen el próximo plato?!– exclamó Volstagg con una pata de pollo en la mano.

–Ya basta, no quiero escuchar otra queja– les susurró Fandral.

  Hogun, harto de sus compañeros, le sacó la peluca a Fandral. Los problemas surgieron de inmediato y tuvieron que salir corriendo.

–¡Vuelve! No me importa tu calvicie, eres hermosa para mí– el borracho se quedo gritando.

Todas las promesas de mi amor se irán contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora