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Evelyn está en la cama con su novio.

Él la estruja y la ofende de mil formas, y ella parece disfrutarlo. Yo estoy ardiendo en celos, aquí en la oscuridad, escuchando todo sin que ellos adviertan mi presencia.

Me enamoré de ella, maldita sea. Por eso no me he ido. Ella solía hablar de mí todo el tiempo, y ahora ya ni me recuerda.

De pronto escucho que sus padres llegan a casa. Evelyn, asustada, le ordena a su novio que se oculte bajo la cama.

Esto me hace sonreír, porque aquí abajo... yo lo estoy esperando.

En cuanto él entra a mi reino, yo lo aprieto fuertemente con mis garras, y lo último que alcanza a ver es mi mandíbula atrapando su cabeza.

Nunca volverán a verlo, y tal vez Evelyn vuelva a acordarse de mí...

Cuentos para monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora