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-Solo quiero ayudar a las personas- dijo Patrick-. Pero a veces me desespero tanto que... tengo fantasías.
Usted sabe de que tipo.

-Yo creo que eso se debe a que eres patético -respondió el psiquiatra Lambert-. Tu tratas de ayudar a las personas para compensar que tus padres nunca te quisieron.
No los culpo, eras un niño muy estúpido e inservible.
Por eso piensas en matar, porque la gente no te valora como tú quisieras.
Deberías matarte, en mi opinión profesional, es la única solución.

Patrick sintió una ráfaga de odio hacia el doctor Lambert. Se levantó e intentó estamparlo contra la pared.
Pero a medio camino, alguien abrió la puerta del consultorio para interrumpir.

-Doctor Lambert, su nueva paciente lleva 15 minutos esperando.

-¿Qué? ¿Y por qué no la has hecho pasar, Carrie?

-Es que... me pareció que conversaba con alguien.

-Eh... no, para nada.

-De acuerdo... pasé, señora Rainier. Le presento al doctor Patrick Lambert, uno de los mejores psiquiatras de la ciudad.

Cuentos para monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora