Me siento cansada, todos los días es la misma rutina; levantarse, preparar el desayuno, Masón se enfada, me pega y me voy a dormir. Ya me cansé
-Masón, ¿dónde estás?- giro la cabeza para ver lo que está haciendo
- Nada, ve hacer lo tuyo
Me voy sin rechistar porque ya se de lo que es capaz Masón. Ya ha pasado un mes desde aquella amenaza la cuál me dejó para siempre atemorizada, él sin en cambio ha empeorado a lo largo del mes. Algunas veces se portaba cariñoso conmigo y cuando estaba delante de Bartolomé se comportaba bien, pero ya no, le da igual pegarme o gritarme delante de él, le da igual que esté embarazada, ya no le importa ni su propio hijo. Masón ya ni sonríe y cada vez que le hablo está siempre a la defensiva.
- Masón, necesito hablar contigo
Le tengo que decir que hoy me tengo que ir al médico, tengo revisión.
- Maya, te he dicho que te pires, que no quiero hablar ahora- pasa de mi
- Pero es que hoy tengo cita en el médico y quería avisarte de que no podre venir a comer- cada vez más en un susurro
- ¿ Cómo que no vienes a comer? me estas tomando el pelo, ¿verdad?- se le escapa una pequeña risa
- No, es enserio, es que la tengo justo a la hora de comer y no podre estar en casa a tiempo, me tomaré algo cuando salga de la clínica- sin más me giro para escaparme de ahí lo antes posible
- NO, tu no te vas- me agarra del brazo haciéndome girar sin delicadeza
- Pero tengo que ir- le miro
- Tú no te vas hasta que tu hijo y yo comamos
- Pero Masón mi cita es a esa hora- le ruego
- Me da igual, vas otro día a otra hora- se acerca cada vez más a mi
- Es cada mes, y a cabo de cumplir el primero, no puedo saltármelo- mis lagrimas se asoman, me va a dejar marca su agarre
- ¡Que no vas a ir joder!- siento su puño en mi mejilla
- Ma....Masón- sollozo sin poder parar de que las lagrimas salgan
Da media vuelta y se va, no puedo permitirlo, esto si que no, es la salud de nuestro hijo. Él nada más que me deja salir es para hacer la compra o acompañado de él para algunas fiestas de su trabajo.
Lo que he planeado es hacer la comida y dejarla hecha, así ya no me molestará más. Una vez hecho me preparo para salir, con mucho cuidado sin que se de cuenta.
Pasaban ya las dos horas y por fin la enfermera dice mi nombre
- Señora Maya, por favor por esta puerta- la acompaño si mediar ninguna palabra
Entro y lo primero que veo es a un médico la cuál es diferente al de siempre
- Hola señora Maya, soy Juan, tu nuevo médico- me sonríe
- Perdone que pregunte pero podría decirme donde está Marcelo- me siento incomoda, con mi médico de cabecera ya tenía confianza
- Se ha tomado unas vacaciones, es que su esposa ha ganado la lotería, jajaja
- Y sabes cuando va a volver- estoy incomoda
- Dentro de dos semana, es decir, que para tu próxima revisión él ya estará aquí
Tardamos más o menos media hora.
- Todo va bien Maya, sigue así- me sonríe de nuevo
- Gracias señor- le devuelvo la sonrisa
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Tortura
Teen FictionQuiéreme, ¿por qué es tan difícil? Lo único que pido es que me trates con amor, no con odio. Eres un mentiroso, ya no te voy a creer más. Déjame en paz, no aguanto más tus tratos. Estás enfermo. Me vas a matar. Psicópata.