CAP 22

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No podía pegar ojo, desde que Masón me contestó eso ya no sabía qué hacer. ¿Como se le ocurre hacerme esto? ¿No se da cuenta de lo arriesgado que es? Yo pensé que estaba cambiando pero por lo visto no fue así, otra vez equivocada.

Bajo las escaleras y al final de ellas me encuentro a Masón sentado en el último escalón

- ¿Masón, que haces aquí sentado?

Se giró al oírme

- Nada, solo estaba pensando, sé que ahora en tu cabeza pensarás que yo no he cambiado y que sigo igual, pero no es así, no es cierto, solo que estaba ebrio y no sabía lo que hacía, no era consciente en aquel momento pero te juro que encontrare una manera de que esto no suceda, ya veras - se levantó y se dirigió hacia mi

- Masón, yo ya no sé qué pensar de ti, me has tratado muy mal, como una basura que no sirve para nada y cuando creo que has contado las tres semanas me viene diciendo que has apostado que tus amigos se acuesten conmigo, pero lo peor de todo no es eso, es que estoy embarazada y puedo perder al niño y no quiero - no me di cuenta de que tenía la cara mojada

Sentí como unos dedo limpiaba mi mejilla y me arropaba en su pecho

- No te preocupes, encontrare una solución - me dio un beso en la coronilla

Entramos en la cocina y me dispuse ha hacer la comida. Cogí una sartén y una paleta. De postre haría una tarta

- Ya está lista la comida - grité para que Masón se enterará

Yo en cambio Salí de la cocina y me dirigí al cuarto de mi niño. Entre y me lo encontré jugando con sus caballos, esos que les compró Masón una vez de las pocas veces que salimos en familia una tarde.

- Bartolomé cariño, ya está la comida -
Me agaché y lo cogí en brazos. Ya pesaba y dentro de nada ya no podría cargarlo, tendré que aprovechar de coger por últimas veces a mi niño.

Llegamos a la cocina y ya me encontré a Masón comiendo. Senté a Bartolomé en su trona y yo me me senté enfrente de Masón.

- ¿Qué tal todo? ¿Está bueno? - intenté dar conversación

- Está muy bueno todo mamá - escuché como mi niño cogía ya en condiciones la cuchara. Esa tontería me hizo sonreír

- Está muy rico, eres la mejor chef del país - se rió Masón del comentario que dijo

Que feliz me sentía al ver mi familia tan unida.

- Me alegro que os guste - les dediqué una sonrisa

De repente sentí una contracción, me retorcí de dolor

- Masón, me d-duele...- le miré pidiendo ayuda, este me miró con cara de pánico

- Aguanta Maya, todavía no se puede ir nuestro hijo, tenemos que conocerlo

Salió corriendo a mi en encuentro y me cogió en brazos. Me llevó directa al coche, cuando se iba a ir le agarre del brazo

- M-Mason, Bartolomé puede estar solo - le miré con dolor en la cara, no veo como dolía esto

- Tranquila mamá, se cuidarme solo - me dedico una sonrisa

Masón entró rápido al coche. En cinco minutos llegamos

- ¡¡Necesito ayuda, mi mujer va ha perder el Niño si no es atendida rápido!! - me dedicó una sonrisa triste - no te preocupes cariño, todo va ha salir bien - me besó

Unas enfermeras vinieron hacia a mí y me atendieron enseguida, me transportaron a la sala de maternidad y comprobaron primero si está el Niño.

- Señora, tranquilícese, si no se relaja no podemos verlo y no creo que tú quieras eso

Tenía razón, tenía que relajarme, el niño está bien porque tengo mi intuición

Pasaron tres horas y me trasladaron a una habitación.

- Maya cariño, que te han dicho, ¿Sigue bien? Por favor dime qué sí - le agarré de las mano y asentí

- Si Masón, todavía sigo embarazada - le dediqué una sonrisa de boca cerrada

- Gracias Dios, que alegría me has dado, yo me puse en lo peor

Se levantó y me dió un abrazo

- Como me alegro que seas mi mujer, eres el ser más maravilloso que Dios me haya podido dar

Me conmovieron esas palabras, sé que él me ha echo muchas cosas mala y no se lo podré perdonar nunca, él no sabe lo que yo sufrí a su lado. La verdad de lo único que me alegro yo es de haber tenido a mis hijos pero si retrocediera en el tiempo ojalá no lo haya conocido nunca

Entró una enfermera

- Señora Maya, se tendrá que quedar en observación por un par de días, no es porque este en peligro pero queríamos revisar que tal está usted, es que resulta que no hemos dado cuenta de que tienes varias cicatrices repartidos por su cuerpo - Noté como Masón apretó el agarre en mi mano

- O, no se preocupe eso me lo hice cuando era pequeña, era muy torpe, pero sin problema me quedaré

Le dije a Mason que se fuera porque me preocupaba Bartolomé, había estado solo demasiado tiempo. Al rato entró de nuevo la misma enfermera

- ¿Está usted diciendo la verdad? Creemos que su marido la pega, hemos visto estos casos muchas veces - sentí mi piel arder

- N- no es mentira, era muy torpe de pequeña - mi corazón retumbaba

- Usted miente, y no es bueno porque algún día de estos te puede matar y ahora mismo no es bueno o para el Niño que traes - no sabía que decir

- Que no es mentira - se notaba de aquí a Pamplona mi mentira

- Ya lo averiguaremos - se fue dejándome con la mente y las palabras a rebosar

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Escuchar por favor la marcha de arriba, al menos un minuto, no os vais a repetir de verdad, gracias ❤️

TorturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora