CAP 28

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No sentía nada, estaba perdida, mi cuerpo pesaba. Detras de mis ojos podía sentir una presencia

- Mamiii, despierta, vuelve conmigo - escuchaba su tenue voz

- Chiquillo, no la despierte que está muy débil la pobre - la enfermera le advertía.

Quería abrir los ojos, pero algo me lo impedía, entonces caí y me acordé de todo lo que había pasado. Escuché como la enfermera salía de la habitación.

- Mama, tienes que conocer a mi hermanita, es muy bonita y ya quiero ver tu reacción cuando la cojas en brazos - me decía Bartolomé

Es verdad, había dado luz, pero ¿cómo? si todavía era muy pronto.

Abrí los ojos de pronto cuando al otro lado de la puerta oí una voz masculina bastante reconocible hablando, seguramente con una enfermera o un doctor. No, no podía ser, me negaba a aceptarlo

- Bartolomé - lo llamé y gire mi cabeza para encontrarlo dormido a mi lado

Moví mi mano y le acaricié el cabello, parece que con ese gesto logré despertarlo

- Mamiii- saltó y se abalanzó para poder abrazarme, eso provocó un quejido de dolor - lo siento mucho, no quería hacerte daño pero me he emocionado al ver que ya has despertado.

- Hijo, escuchame bien, tienes que esconderte donde sea y no emitir ningún sonido ¿entendido? - tenía que ser precabida y evitar cualquier daño hacia mi pequeño

- ¿Por qué? -

- Haz lo que te digo, escondete debajo de la cama pero no hagas nada de ruido

Bartolomé se mete debajo de la cama y yo le paso la sabana por debajo para que no lo vea. Justo después de 10 minutos aparece detras de la puerta ÉL.

- Vaya, vaya, vaya - a la vez aplaudía - me sorprendiste Maya, de verdad que no me esperaba esto de ti

- Que quieres Mason, parece que no te quedó bien claro cuando nos fuimos - no le miraba a la cara pero mi voz era bastante firme

- Te quiero a ti Maya y por supuesto a mis hijos, pensaste que te podías librar de mí pero sabes que, en tu puta vida, ¡me oyes!, en tu puta vidas te vas a poder librar de mi. Te casaste conmigo y la muerte es la única manera de ser libre - se acercó a mi y me golpeó

Mi única reacción fue voltear mi cabeza por el impacto del golpe. No quería llorar, no delante de él, no le iba a dar esa sastifacción de verme tan vulnerable

- Ahora ni siquiera sirves para parir, deberías hacerlo como una puta perra porque es lo que eres, ¡¡una puta perra!! -

- No más por favor, ya no lo soporto más... - seguía sin mirarle

- Pues tendras que soportarlo porque cuando regresemos a casa no vas a salir más en tu vida de ella, tus únicos recuerdos van a ser las cuatro paredes de la casa - no sabía que hacer

Mason salió de la habitación acompañado de un portazo. Empecé a sollozar, saqué una mano y la coloqué debajo de la cama para decirle a Brtolomé que ya podía salir

- Mama, ¿ese era papa? no quiero volver con él, no quiero - se arrojó a mis brazos sollozando

- Tranquilo cariño, mientras esté viva él no se atreverá a pegarte nunca - le di un abrazo muy fuerte

A las siguientes semanas siguiente la enfermera me contó que mi hija como había nacido prematura se tendría que quedar varias semanas en cuidados intensivos pero tendría que alimentarla, así que mientras estuve en el hospital tenía que ir varias veces. Mi hija es muy pequeña pero la cosa más bonita y linda que he podido conocer, a parte de mi hijo. Su piel es rosada y tiene unos mofletes bastante regorditos. Bartolomé viene todo los días y se queda bastante tiempo conmigo, me cuenta como le cuida Mason y digamos que me sorprende

TorturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora