CAP 31

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James se encontraba delante de mí con una sonrisa especial, como nunca antes lo haya visto, radiante y feliz como si fuera yo su causa.

- James - dije con felicidad, para después caer antes sus brazos estirados, invitándome a un abrazo - Me alegro también de verte.

Aspire su aroma con profundidad, embriagándome de su olor corporal a vainilla, no sabía porque olía de esa manera, pero conseguía hipnotizame y atraparme.

Me separo de él para poder ver su cara, aún con felicidad, para poder hablarle como una persona educada haría.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunté manteniendo la sonrisa pillina que se me había formado nada más verle tras la puerta.

- Pasaba por aquí y dije ¿Estará Maya? Y aquí me ves - contestó a la vez que movía sus brazos de un lado para el otro como si creyese que fuera sorda.

- Pasa anda - río como una tonta adolescente hormonal, no sabía el porque me sentía de esta forma cuando estaba con él, me hacía sentir lo mismo cuando me enamoré de Masón.

Se adentró con paso cuidado, no sin antes pasar una rápida mirada por el lugar para a continuación dirigirse al salón y poder sentarse en el sofá beis que teníamos.

Cierro la puerta sin pegar un fuerte portazo, pensaba con temor que Masón llegara y me viera a solas con Jame.

- ¿Mami? - oigo una voz detrás de mi bastante familiar para mis oídos.

Crono se acercó hasta mi para poder abrazarme, sentía sus pequeñas manos abrazarme en la pierna izquierda. Mi mano pasó por su cabeza para después cogerlo en brazos y así también ir al salón con Jame.

- Los siento por tardar un rato, pero es que no me acordaba de que estaba jugando con Crono al escondite - me pongo una mano en la boca y suelto una carcajada.

Parezco cruella de vil.

- No pasa nada Maya, tu hijo va antes que yo - me sonrió mostrando su dentadura brillante.

Me siento a su lado no sin antes decirle a Crono que subiera a su habitación y vigilara a Luna.

- Cuéntame - le incito, ya que llevábamos un buen rato en silencio, solo mirándonos el uno al otro, consiguiendo tal  acción que mi estomago se revolviera.

- He venido en verdad para decirte lo que siento desde hace mucho - soltó sin más - Me he enamorado de tí Maya como nunca lo imaginé. Cada vez que te veo se me corta  la respiración, mi mundo gira en torno al tuyo, voy a protegerte de todo lo malo y que nunca otra persona te vuelva hacer daño.

Lo miro sin dar credibilidad en sus palabros, como si todo esto esto fuera un sueño bonito de ver y de sentir. No me dí cuenta de que estaba llorando hasta que una de sus manos me quitó una lágrima,

Me derrumbé sin más, me aferré a él, escondiendo mi rostro en su pecho, temiendo de todo lo que sucedería si Masón me encontrase así.

Notaba como una mano suya me acariciaba la cabeza de arriba y abajo, en un intento de que me calmara.

- No puedo más -solté, atragantándome con mis lágrimas - No puedo más con lo que me hace Masón. Me pega como si fuese su saco de relajación, siempre que le ocurre algo viene sin más y me da una paliza - seguía con la cabeza escondida en su pecho, con lágrimas sin cesar caer de mis ojos y mis puños cerrados con fuerza - Me obliga hacer actos sexuales hasta que se harta, me hace daño.

Lo sentía tensarse antes las palabras que salían de mi boca.

- Luna es producto de una violación - solté un sollozo - Me tiene bajo amenaza continuamente y no me deja salir de aquí sin su permiso. Antes no tenía miedo de que le hiciese algo a Crono, pero ahora me amenaza con hacerle daño a él . No puedo más con todo esto Jame, sálvame porque yo también estoy sintiendo cosas por tí.

Noté como dejó  un beso en la coronilla de mi frente, sin despegarme de él, sin que le importara que le haya arruinado la camiseta que traía consigo.

- Ya lo sabía Maya - me dijo con voz apenado - Tenía mis dudas al respecto, pero cada vez que pasaba por altas horas de la madrugada mis sospechas se confirmaron.

Me separo de el con cuidado para que lo pudiera ver a los ojos.

- Te juro por mi vida que os protegeré de ese cabronazo, no dejare que os ponga una mano encima más ¿Estamos? - me dijo con seriedad, como si estuviera escribiendo en su mente un juramento.

Solo fui capaz de asentir sin decir ni una palabra. Era la primera vez que me decían algo parecido, de que me iban a proteger del los monstruos que me avecinaban desde hace mucho tiempo.

- Maya, veniros a mi casa, de esa forma os protegeré mejor - solo negaba con la cabeza junto con los ojos cerrados.

No quería que Maso volviera hacer a un ser querido para mí más daño, no quería que a James le sucediese lo de mi madre, no soportaría el hecho de que se fuera de mi vida.

- No puedo - seguía negando frenéticamente - No quiero meterte en más problemas.

- Tus problemas son mis problemas - me dijo tomándome del rostro con cuidado - Maya he jurado que no volvería ha poneros una mano encima.

Mi rostro inconscientemente se empezó acercar a su rostro, el cual también se estaba acercando, no podía parar de mirarle los labios, carnosos y brillantes.

No quitó sus manos de mi cara. los cuales le ayudaron a que me acercara con más rapidez.

Sus labios con timidez rozaron los mios como si estuvieran pidiéndome permiso para por fin poder adentrarse en mi. Me abalancé a él sin que pudiera reaccionar, nuestros labios parecían jugar juntos. Hacía tiempo que no sentía tanta calidez en un mimo, tiempo desde que alguien me besara con cautela, con sentimientos

No sentí cuando la puerta de la entrada principal fue abierta con con fuerza, hasta que escuché su voz.

- ¡QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO AQUÍ! - Masón estaba parado detrás de mi.

Nos había pillado in fraganti en el beso que nos estábamos dando. Mi vida ya estaba condenada al igual que la de él.

TorturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora