My Wonderwall •Bughead•

Capítulo 25: "Quédate"

(Narra Jughead)
~•~
"Quédate"
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Una voz.
Una voz se rompía.
Se quebraba en pedazos.
Mientras recitaba unas palabras que no lograba comprender.
Estaba perdida.
Sin poder completar nada.
Ni llegar a respirar sin dificultad.
Ni encontrarme a aquella persona, que por primera vez, había iluminado el camino.

Oh, amor mío.
Llévame junto a ti.
No me dejes caer.
Duele.
Duele mucho.
Duele como el infierno.
¿En dónde carajos estoy?
¿Por qué no puedo gritar?
¿Por qué no puedo desgarrar mi voz?
Que alguien me ayude.
Es como si las paredes se derrumbaran.

-Quiero llorar y quiero rendirme- se escuchaba una voz. Era ronca, como si hubiera estado llorando por días.

Necesito caer.
Déjame hacerlo.
No puedo escucharte.
Estoy atrapada.

-Pero no puedo hacerlo sin ti, mi ángel de alas libres...

¿Oyes mi voz al gritar?
Se rompe a pedazos.
Rogándote que te quedes.
Junto a mí.
Hazlo esta vez...
Por mí. Quédate por mí...

-Despierta, amor de mi vida...

Intenté removerme un poco.
Pero dolía con cada movimiento.
Necesitaba abrir mis ojos para verte.
Y amarte, como siempre he hecho.

-Volviste- logré susurrar, sonriendo inconscientemente.

-Juliet- murmuró en un tono inaudible, intentando formular palabras completas sin llorar. Estaba destrozado... Y aunque no entendía la razón por completo, me lastimaba.

Te he esperado toda mi vida.
Lucharé por ti.
Como nunca antes.
Por la única razón de siempre.

Porque te amo.

-Oh, Ángel... Lo siento... Siento esto...- volvió a hablar, acariciando repetidas veces mi cabello; intentando calmarme de algo que tampoco entendía.

-Jughead- susurré nuevamente, queriendo movilizarme mejor.
Mis ojos estaban abiertos.
Pero aún así, estaba hundida en una aterradora oscuridad.

He estado esperándote.
Para que me rescates de esta pesadilla.
¿No me escuchas gritar?
Ayúdame, maldita sea.

-Jughead, por Dios, no puedo ver- repetí, sintiendo lágrimas caer por mis mejillas.- Maldita sea, ¡no veo nada!

Podía escuchar a demás gente entrando con desesperación a la habitación.
Pero eran ecos.
Lo único claro, era la voz de Jughead tranquilizándome. Pero no era suficiente como para no perder la cabeza

-Tranquila cariño, debes relajarte- suplicaba una voz femenina.

Pero no podía.
No puedo.

-¡Elizabeth!- gritó Jughead con dulzura y preocupación al mismo tiempo.
Me estremecí en sus brazos, comenzando a morder mis labios, los cuales no paraban de temblar.

Vamos amor frágil.
Sólo aguanta esta vez.
Quédate unas horas más...
Pero quédate...

•••

-No puedo ver- repetí nuevamente, intentando comprender la situación.

-Por lo menos, sobrevivirás en Bird Box, ¿No?- admitió Toni, la cual estaba sentada a mi izquierda junto a Cheryl y Sweet Pea.

-Dora La Exploradora, estaba más ciega que tú... Y eso que sí podía ver...

-No ayudan, chicos- solté, sonriendo un poco.

Y aunque agradecía a todos los Dioses por haber sobrevivido, me sentía inútil.
Como una pequeña herramienta insignificante.
La cual no servía para nada.

-Cariño, hablaremos con los doctores, ¿Vale? Te quedarás con Jughead- habló Toni, acariciando mi cabello, para luego marcharse junto a los chicos.

Lo único que quería era que seas feliz.
Porque tú necesitabas serlo.
Sin mí.

-Jughead- lo llamé, moviendo un poco la cabeza.- Hazme un favor, ¿Vale? Vete de Riverdale y sé feliz.

-¿Qué?- su voz estaba rota, tanto que hasta a mí me dolía escucharla.- Betty, espera, espera...

-¿Por qué todos me dicen que espere? No puedo permitirme, quedarme sentada, esperando a un hombre el cual ya no iba a volver por mí.

-Pero lo hice, Betts. Lo hice.

-No, no lo hiciste. Tu culpa sí, y no quiero que seas preso de algo que no tiene nada que ver contigo...

Colocó su mano junto a la mía, logrando que un escalofrío corra por mi espalda.

Lo único que necesitaba era que te quedaras.

-Perdón, mi amada niña.- susurró derretido por las lágrimas.- Perdón por no haberte demostrado cuánto te amo, Elizabeth. Y aunque me odies con tu vida eterna, defenderé tu respiración y tu felicidad, aunque deba venderle mi vida al Diablo por una estúpida sonrisa en tus labios. Te prometo que lo haré mejor. Te daré todo lo que tengo, te dejaré ir si es lo que deseas, te cuidaré por el resto de mi maldita vida... Lo haré mejor, Juliet... Y aunque sé cuánto me odias, te seguiré amando hasta mi última respiración...

Negué repetidas veces, quitando las millones de lágrimas que rozaban por mi rostro.

-¿Por qué no me los has dicho antes, Jug?

-Porque tengo miedo, Betts. Fallaré y te lastimaré tanto como lo hice la última vez y... No puedo herir a la única persona más amada de mi vida... No puedo...

-No podré recuperarme, entiéndeme- pedí, cubriendo mi rostro con las manos.

-Lo harás, Betty- aseguró él, besando suavemente mi frente.- Lo haremos, juntos.

Reí un poco al sentir que más gente se sumaba.

-Lo haremos todos- asintió Cheryl- . No me importa si tengo que reordenar las estrellas para que salgas de esta...

-Si tengo que bajar las montañas hasta tus pies...

-Si debo entrar a tus pesadillas para encontrar una salida...

-Si tengo que matar para que te encuentres a salvo...

Levanté mi cabeza para frenar las lágrimas.
Todo lo que quería, era alguien que me quiera...
No los merecía, a ninguno de ellos...

-No me importa si eso implica a que escapemos de Riverdale. Pero encontraremos la cura, ángel...