My Wonderwall •Bughead•

Capítulo 19: "Te Veías Más Feliz"

(Narra Betty)
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"Te Veías Más Feliz"
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Parpadeé nuevamente, suspirando varias veces para no volver a llorar.

-Tranquila, Betts- susurró Toni, mientras acariciaba mi cabellera para consolar el dolor.- Todo estará bien...

Habían transcurrido dos semanas.
Dos malditas semanas, que aquel muchacho me ignoraba por completo.
El intento no valía en esta lucha.

-Escucha- sonrió pícaramente mi mejor amiga, la cual me había cuidado durante estos días infernales.- Iremos al Whyte Wyrm, te guste o no... Así que mueve tu hermoso trasero, porque debemos salir adelante.

-No quiero ir, Toni- bufé, apretando mis labios.- Pero puedes ir tú y...

-Betts... No soy nadie para decirte qué hacer y qué no...- ella negó repetidas veces, aunque una lágrima cayó por su mejilla.- Pero eres mi hermana, y te amo... ¿Viviremos distintas vidas? Solo el cielo lo sabe, pero mientras tanto, yo te salvaré... Y protegeré, siempre... Así que nos iremos, y lucharemos por sanar, ¿Bien?

Miré sus grandes ojos avellanas, consumidos por las lágrimas al recordar otros tiempos.
Me tiré en sus brazos, inhalando su dulce aroma.

-Bien.

•••

Entré al bar de las serpientes, con mi vista fija en el suelo. No tenía ganas de ver a nadie, pero Toni me obligó.
Lo hacía por ella.

-Betty- susurró Sweet Pea detrás mío, agarrando rápidamente nuestros brazos cubiertos por la chaqueta.

-Idiota- espetó Toni, entre risas.- ¿Qué sucede?

-FP y alguien más, estuvieron mucho tiempo encerrados. Gritos y gritos invadieron el bar...- mumuró, con tono preocupante.- No ha salido en todo el día y no hemos podido abrir la puta puerta.

Observé la entrada en detalle.
Era de madera.
Podía derribarla.

-Todo el mundo, deje el paso- grité fuertemente, a lo que hicieron caso sin dudarlo.
Caminé rápido hacia mi destino, dudando si era buena la idea.
 
-Betty, él no quiere hablarte- dijo Emily, impidiendo mi paso hacia "El Azul y Oro".- Le has hecho un daño que ni estoy enterada, pero mierda, lo has herido tan mal...

-¡Ya lo sé!- grité desesperada. Pero sus grandes ojos negros, manipulados por el odio que me tenía, por haber herido a su mejor amigo...- Dile que lo siento.

Pateé la puerta una vez. Desgarrando mi dolor en aquel golpe.
Mi enojo, mi melancolía en tan solo un movimiento. El cual había solucionado el problema.
  Logré entrar.

-¡Por Dios, Betty!- gritaron al unísono dos voces que conocía a la perfección.
Estaban, ¿Rotas? ¿Desgarradas?
No lo sé... Pero sí me preocupaba.

-Yo ya me iba- susurró Jughead, agarrando su mochila e intentando escapar sin mirarme ni por un segundo.
Parpadeé nuevamente, dejándolo ir.

-Betty, volverás a tu anterior escuela- concluyó FP, bebiendo entre lágrimas otro trago de cerveza.

-¿Por qué?

-Porque Jughead se irá a Toledo con su madre y hermana, por la madrugada- dijo el hombre tan roto- . Así que vete, con tus amigos y festejen tu bienvenida.

-¿Crees que es así de fácil, verdad?- grité, logrando entrar en el círculo de la locura.- Me enamoré, de tu estúpido hijo. Me enamoré tan perdidamente de él, que no sé si podré encontrar a otro amor para mí, tan puro como él... Le deje pensar que en todo este tiempo, solo me quedé para protegerlo, no porque lo amaba... ¿Por qué? Así sería más fácil dejarme ir...

FP miró fijamente mis ojos: consumidos por el arrepentimiento y dolor que había sufrido.
Pero no lloré.
No esta vez.

-Entonces no lo dejes ir.

-Será más feliz, sin nosotros en su vida, a salvo...

-Betty, de esa forma y con tal pensamiento, deje ir a tu madre- soltó en llanto.- Es lo que más me arrepiento...

-Lo siento, pero no lo haré.

-Entonces... ¿Puedes hacerme un favor?- preguntó, impidiendo que abandone el lugar.

-No lastimaré más a tu hijo- dije apretando mis labios.

-Hoy, por la noche, celebraremos la llegada de más serpientes...- dijo, mientras me soltaba lentamente.- ¿Te gustaría cantar?

Alcé una ceja, estaba a punto de negarme e ir a planear mi maratón de películas.
  Pero sin embargo, tampoco quería quedarme sola, en mi hogar.
   Pero él era mi hogar.

-Lo haré- asentí con mi cabeza...- Pero antes, necesito que sepas algo, FP.

Él me miró, algo confundido.

-Hay una muchacha en la secundaria, que trabaja junto a Penny y los Ghoulies...

-¿Cómo sabes?

-Se llama Bella- mumuré, dedicándole una triste sonrisa al hombre que me crió.

FP asintió levemente.

-La tendré a la vista, Betts- corrió su vista hacia la libreta que ocupaba su escritorio- . Gracias por cumplir con tu misión.

-Fue por amor...

•••

-¿Cuál cantarás, Betts?- preguntó Sweet Pea, llevando a su boca un gran pedazo de hamburguesa.

-Sí- contesté, mordiendo mi labio- . ¿Cuál canción puede ser?

Toni agarró su móvil, preparada para buscar temas musicales para la ocasión.

-¿Alguna de Calle 13?

-¿Eres estúpida?- solté.- ¿Sabes lo rápido que cantan aquellos muchachos?

Ella asintió frunciendo sus labios, mientras miraba fijamente la escena de atrás.
  Jughead Jones se encontraba detrás mío.
  Repito, Jughead Jones se encontraba detrás mío.
  Mis amigos bebieron lentamente sus batidos, esperando que nada salga de control.
  Sentí mis labios temblar rápidamente, escuchando a la perfección las risas de aquella mesa.
  Quería llorar, el nudo en mi garganta se hacía cada vez más intenso, aumentando el dolor que quería superar.
 
-Ya sé cuál cantaré- susurré, restándole importancia a mi falta de aire.- ¿Saben dónde hay un teclado, o un piano?

Los chicos con los cuales compartía la mesa, escupieron aquel interminable sorbo de chocolate, vainilla y frutilla mezclada en mi rostro.
Ahora sí, lloraría.
 
-Los odio- cerré mis ojos, ocultando las pequeñas lágrimas que lograban escapar.
Cómo te extraño, mi vida eterna...

-Iré a pedir otros batidos- murmuré- . Y otro rostro...

Giré lentamente hacia el otro lado, con los agarres fallidos de mis amigos, intentando que no vea la escena frente a mis ojos.
El muchacho de cabellos negros como la noche, reía dulcemente junto a la chica de sonrisa brillante.
  Conectaban sus miradas repetidas veces, para luego alejarse y volver a soltar carcajadas brutales.
  Te veías más feliz, amor.
  Y por eso, te dejaré ir...