Capítulo 5: "Si muero, será tu culpa"

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(Narra Betty)
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"Si muero, será tu culpa"
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-¿Quién debe trabajar? Betty debe hacerlo- Toni festejaba con una sonrisa al igual que Jughead, aunque éste tartamudeaba la banda sonora.

-Vale, vale- solté una carcajada, mientras que acomodaba mi uniforme.- No me extrañen.

-No pensaba hacerlo- escuché a Toni por última vez, antes de salir de mi trailer infectado por idiotas.

El día estaba bonito. Ninguna nube cubría a la luminosa estrella, que dejaba aquellos rayos débiles en la fase terrestre.
En cambio, el Wythe Wyrm, se había invadido de olores súper intensos, gracias a que ayer fue viernes.

-Me toca limpiar- suspiré pesadamente.- Tengan piedad por mí...

•••

Sábado por la noche... El olor de alcohol me estaba matando, al igual que toda la gente que lo consumía.
Por suerte, ya faltaban unos minutos para terminar mi jornada. El bar se encontraba cálido y tranquilo, decorado con luces pequeñas como adorno. Éstas seguían por los enormes ventanales, y corrían por la puerta, en la cual se encontraba el muchacho con la estúpida gorra clavada a su cerebro...
Me acerqué disimuladamente, con una sonrisa divertida en la cara.

-¿Qué demonios haces aquí?

-Christopher Robin: un reencuentro inolvidable, ¿Qué crees, Betts? Mi palabra es promesa.

-Bromeas ¿Verdad?- alcé mis cejas al cruzarme de brazos. No podía ser cierto.

-¿Apostamos?- el muchacho con la gorra clavada al cerebro, se acercó para desafiarme.

-No es tan sencillo conmigo, Jones- enfrenté a Jughead, sin quitar mi mirada de sus ojos.

-Tu motocicleta, por un día entero.

-Espera Jones, con mi bebé no.

-Un día nada más, luego yo te haré un favor.- él sonrió engañosamente.

-Bien...- rodé mis ojos.- Uno sólo.

Él sacó los boletos como navajas, demostrando aquella arrogancia que tenía al caminar.

-Estúpido- suspiré- . Mañana, será tuya. Ahora, espérame.

Entré al bar, con todas las miradas sobre mí.

-¡No me gusta!- grité- Es un amigo, nada más.

-Claro que sí...- sopló Sweet Pea con sarcásmo.

-Ojalá te mueras- bufé divertida.- Toni, ¿Me cubres?

-Claro, rubia. Aunque luego debemos hablar.

-Vale, cálmate.

Agarré mi chaqueta, para luego quitar la harina de mi cara.

-¿Listo, Jones?

-¿Por qué no puedes decirme tu maldito apellido?

Y aquí viene de nuevo...

-¿Sabes conducir una motocicleta, no?- desvié el tema. Lo cual, funcionó.

-Claro que...

-¿No sabes conducir una motocicleta?- respondí indignada- . La próxima vez que quieras hacerle daño a mi bebé, te mataré... ¿Imagínate si tienes un accidente?

-Wow, gracias por preocuparte de mi bien- el chico soltó una pequeña risa, mientras metía las manos en sus bolsillos.

-Las manos van aquí, debes hacer esto, y luego arrancas- dije con seriedad.

-Yo conduzco- contestó al instante.

-Si muero, es tu culpa.

Honestamente, Jones es un tipo silencioso. Se expresa más por otros pasatiempos. Algo muy distinto a mí...

-La vida es injusta- dijo él. Sus rizos negros como la noche, volaban al compás del viento.

-No, Jones. No es así- bajé mi cabeza, apretando el collar de mi madre- . Sé que tiene gente maldita... Pero, siempre pasa para algo... ¿No? Por ejemplo: cuando te manipulé para que vengas a Pop's... Conociste a tu grupo. ¿Cierto?

-¿Mi grupo?- Jones sonrió arrogante.

-No jodas- solté una pequeña risa, mientras me aferraba a él para no morir.

-¿Sabes algo? Al principio te odiaba.

-Lo sigo haciendo- murmuré con una sonrisa.

-Auch- dijo él entre risas- , ya verás mi plan para que me odies aún más.

-¿Quieres guerra, Jones? Tendrás guerra...

-No antes de ver Disney- soltó él cuando estacionábamos frente el autocinema.

-Tú sí que sabes- salté como niña. Sus rizos negros como la noche, se resaltaban mejor a la luz de la luna. Ésta brillaba como nunca logró el sol.
Siento que el calor no me abruma con cada maldito rayo de fuego, en cambio, estaba cómoda junto el frío que generaba la luna.

-Es perfecta- dije, mientras me acurrucaba en el césped verde, tan esponjoso y cómodo.- Como ninguna otra...

•••

-No puedo- dije con lágrimas rozando mis mejillas.

-Betty, por favor... Terminó muy bien- Jughead, rió toda la maldita película... Aquella sonrisa se había olvidado de todo la mierda que lo encerraba... Y amaba verlo libre.

-Pero terminó- susurré.

-Todo finaliza, Betts- el muchacho de cabellos negros metió sus manos en los bolsillos de aquel pantalón roto.

-Bueno, pero no te enojes- imité al Chavo del Ocho, con una expresión divertida en la cara.- ¿Y quién es Emily?

-¿Emily?- Jughead frenó el paso. Con una emoción indescriptible.

-Sí... Hoy fue al Wythe Wyrm en tu busqueda. Pero no sabía si seguías en mi casa...

-¿Emily está aquí?- el chico saltó de alegría, con una gran sonrisa en sus labios.

-Sí... Ahora, dime quién es- golpeé su hombro pícaramente.

-Ella, éra mi mejor amiga. La única que me comprendía realmente... Hasta que fue a New York por sus padres.

-Tal vez podrían tener algo- opiné mientras terminaba de subir el pie de Jughead a la motocicleta.

-Tal vez- susurró.

Y así fue como el viento y la canción de "Rasguña las Piedras" de Sui Generis, sonaba por aquellas solitarias calles de Riverdale... Sin embargo, nuestra presencia se hizo notar con risas y bromas. Pensar que éramos dos locos adolecentes, más fuertes que el olímpo...

My Wonderwall •Bughead•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora