Aprender A Quererte · Nathmon

18. Dejame enseñarte

Maratón 1/10
Especial un año Nathmon

.

La semana había pasado con lentitud, había habido un cambio en el contrato con universal y ahora sus dos meses de grabación en México se habían dividido en dos, solo grabarían un mes para después regresar otro mes a Bogotá y al siguiente completar el periodo de grabación, era la última semana de los chicos en México antes de regresar a la ciudad que los vió nacer, por mi lado, seguía sin contarle mucho a mi grupo más cercano de amigos, Leo era el único que conocía todo con lujo de detalle a pesar de que me diera el presentimiento de que el resto de mis amigos estaban enterados, confiar era difícil pero necesitaba alguien para desahogar todo lo que sentía, los chicos se habían enfocado en aprovechar al máximo su última semana de grabación en el país por lo que había dejado de visitarlos diario, era en esas ocasiones en las que podía reflexionar cuidadosamente el mundo en el que me estaba involucrando, dejar entrar a Simón en mi vida significaría constantes despedidas en aeropuertos, filtros de seguridad que al pasarlos nos separarían por tiempos indefinidos, miles y miles de fans detrás de la banda, ciudades y países distintos todos los días, a pesar de todo aquello, comenzaba a tomar mi decisión, y cada vez estaba más segura de que quería arriesgarme a todo, lo intentaría y pasara lo que pasara sabría que lo había dado todo, me habría mantenido fiel a mis principios y había dejado todo al amar.

Las pocas veces que había salido con Simón la ultima semana, habían cambiado de cierta forma, ahora había mayor cercanía entre ambos, cuando caminábamos lo hacíamos agarrados de las manos, aveces el entrelazaba sus dedos con los míos y otras veces era un agarre algo mas delicado y suelto, me era imposible acostumbrarme a esto, cada que pasaba, podía sentir la emoción recorrer mi cuerpo.

El aire fresco de la mañana entraba por la ventana de mi pequeño departamento, alrededor de las 10 de la mañana ya iba de salida, cosa rara.

·

—Deja veo si entendí, entonces ya confirmamos que sí le gustas como el a ti, eh, pero aún no son nada oficialmente... —dijo Danie inquisitiva —está bien, tenemos que llamar a Gisselle y contarle esto, ¿Cómo es qué no nos habías contado nada?

Hace un rato que había llegado a casa de Danie y Pablo donde en cuanto crucé la puerta, me había sometido a un largo interrogatorio.

—Listo, desayunemos que en 15 minutos más llega Gisselle para jalarle las orejas, no pudiste habernos ocultado tanto.

•

—¡Hermana es que yo no entiendo como usted nos ocultó esto! ¡Ya cásense por favor! Es muy claro lo que está pasando aquí —me reprendía Gisselle minutos más tarde.

—Bueno el punto es que ya les conté, no es tanto como para que me sigan regañando —contesté dramatizando un poco.

—¿Y que piensas hacer con él? Digo, cuando se vaya de México y ande de gira por el mundo dejarás de verlo seguido ¿Y luego? —preguntó ahora mucho más seria Danie.

—Bueno no he pensado en eso pero seguro ya le encontraremos solución, igual no perdemos nada por intentarlo —contesté un poco más harta, a veces no entendía las actitudes de Danie hacia Simón y eso me frustraba.

—Piénsalo, igual cuando sufras sabes que aquí estamos nosotras solo que ya estás advertida —replicó Danie, comenzaba a molestarme un poco más su actitud hasta que poco a poco me aislé de la conversación, tomé mi celular y escribí a Simón: