Aprender A Quererte · Nathmon

20. Noche fría

Maratón 3/10
Especial un año nathmon.

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Viernes, 1 de febrero del 2018

Desperté con el móvil a punto de estallar, caían felicitaciones por todas partes, algunas de fans, otras de familia, de amigos e incluso personas de las que hace mucho no sabía nada.

Abrí mis conversaciones para encontrarme primero con la de mi madre, luego abrí la de mi hermano Pablo, y seguida de esa, estaba la de Simón, me llenaba de nervios abrirla.

Simón: "Me tomaste desprevenido, feliz anualidad."

Nath: "Ay, gracias Simón."

Nath: "No sabes lo que me hubiera gustado que estuvieras aquí."

Corto pero preciso.

Continué así un rato, recibiendo felicitaciones, hasta que Saak, Danie, Gisselle, Pablo y Leo, llegaron sin avisar, me tomaron desprevenida mientras que yo continuaba en pijama y con el cabello revuelto.

Entraron con un pastel, una caja de regalo y un ramo de flores, con su sola presencia hubiera sido suficiente pero tampoco lo despreciaba, me emocionaba el hecho de cumplir años pero por otro lado me deprimía que no fuera a estar quien yo tanto esperaba.

—¡Feliz cumpleaños! Ya veintitrés, como pasa el tiempo —saludó Saak, me abrazó apachurrando mi pequeño ser y entregándome el pastel.

—¡Hermana, felicidades! —dijo Gi, apartando a Saak para ahora abrazarme ella.

Y así todos, uno a uno me fueron felicitando ignorando mi apariencia.

En veintitrés años de vida, había aprendido muchas cosas, había vivido cosas que jamás me hubiera imaginado, había conocido gente increíble y otra no tanto, pero también había aprendido que sabiendo esperar las mejores cosas llegaban.

Comimos un poco de pastel antes de que me arreglara y mis amigos me acompañaran al lugar donde haría mi fiesta, llevaba la camioneta repleta de cosas, algunos platos y vasos desechables, manteles, entre otras cosas, Saak venía junto conmigo en el asiento delantero mientras que los demás venían en la camioneta de mi hermano con el resto de las cosas.

Llegamos al lugar y mientras bajábamos algunas cosas noté la mirada fija de Saak.

—Ese collar no te lo conocía, me gusta —indicó señalando el colgante, llevaba el que Simón me había regalado antes de irse.

—Ah, gracias, es un obsequio de Simón —dije sonriente.

—Tiene bien gusto en ese caso, sobre eso, todos están al tanto de tu historia con Simón menos yo, ¿Algo para decir al respecto? —inquirió.

—Bueno, tampoco es como que te hayas perdido de mucho...

—Nathalia te conozco, eso significa ¡Que no me has contado lo bueno, importante e interesante! Suéltalo ya —reclamó riendo, tenía razón.

—Empezando porque hace como un mes... —dramatizó una cara de sorpresa y disgusto a lo que solo reí — descubrí que yo también le gustaba, como él a mí.

—Bueno eso estaba más que claro, ¡Continúa!

—Y de ahí se disculpó por haberse alejado como lo hizo, me dijo lo importante que era para él y ¡Me invitó a salir! —dije con cierta emoción dando brinquitos como si fuera la primera vez.

— ¡Nathalia eso es increíble! ¿Cómo pudiste no contármelo todo este tiempo? Estoy molesto por eso —dijo acercándose a mi para abrazarme.