Bien se dice que después de la tormenta llega la calma.
Gracias a cualquier deidad, eso estaba pasando. Los tratos cuidadosos y cariñosos a la vez que los compresivos y apoyos por parte de cada uno de ésta singular pareja habían vuelto desde que el alfa se había resignado a tomar ciertas pastillas y guías.
Como lo era hacer ejercicio y comer saludable, según para ésto producir endorfina.
Y no lo negaría, funcionaba. Ahora, los que se despertaban temprano y se dirigían a sus trabajos podían ver a una pareja de lobos correr a moderada velocidad por su propio camino que en realidad no tenía destino exacto, más bien sólo un fin.
En poco tiempo, las corridas por la mañana y dos horas antes de dormir se hicieron rutina.
—¿Qué haces, Shoto?— preguntó el Omega, viendo por sobre el hombro del Alfa que veía un artículo en internet sentado ahí en la mesa.
Tenía tiempo recogiendo algunas cosas que creía ya no necesitar, hasta que como era costumbre la curiosidad le ganó y se acercó a ver qué veía su ahora oficial pareja con tanta consideración.
—Oh... es para tu celo, conseguí éstas dos opciones. No son tan caras así que no debes preocuparte, ahí te medicarán de manera correcta y pasarás el celo cómodo.
Comentó, enseñándole al Omega que miraba el lugar con atención. Eran de aquellos lugares en los que los Omegas con Alfas de dinero solían quedarse en sus celos, sobre todo cuando el Alfa podía llegar a estar ya enlazado y el celo incomodaba a su pareja o a él mismo.
Aunque sabía que Shoto, lo hacía más por mero respeto. Simplemente lo conocía, y en ese tema en específico solía ser muy inocente. Él no lo era, sabía del tema por la larga educación que le dieron al respecto, pero, era pudoroso y se guardaba sus más oscuros conocimientos para si mismo.
—Yo... No es que no esté agradecido, pero no croe que sea necesario que me vaya si es por mi por quien te preocupas— comentó, tapando con ambas manos su rostro que se mantenía acalorado.
—Pero es para tu celo...— dijo mirándolo el Alfa, su expresión de duda era tan notoria que si él no estuviese tan avergonzado seguramente hubiese reído.
—Sí, pero— sus ojos buscaron los confundidos del mayor quien le miraba expectante — bueno, sé que últimamente, con los rebeldes y todo... creí
—Oye, si quieres pasar tu celo con alguien más está bien— comentó con aquel nudo en la garganta que le hizo sentir incómodo, y hasta molesto. Podía llegar a ser muy celoso y desconfiado, aunque uno no lo podía culpa del todo, nunca tuvo a alguien que se mantuviera a su lado a nivel romántico. Siendo él tan poca cosa como su padre le decía a cada oportunidad que tenía. Sus celos no es porque desconfiara de Izuku, si no de él mismo y sus capacidades para ser no el mejor del mundo pero sí el mejor para el Omega.
Y el hecho de que el de cabellos esmeralda estuviese desde hace unos días viéndose con alguien, una Alfa no lo dejaba en paz. Aunque el menor aseguraba que era sólo una amiga que le había agradado de inmediato, él se mantenía inquieto respecto al tema. Tanto por sus celos románticos como por aquel no sé qué. Un presentimiento.
Aunque sólo era so, un presentimiento sin contexto y tampoco fundamentos en los cuales basarse. Estaba lleno de malas razones.
—¿Q-qué?— tartamudeó confundido el Omega, quien habló sin pensar —¡No, digo que no es necesario porque quiero pasar mi celo contigo!
—Ah....
Los colores se le subieron al rostro de inmediato, la blancura de su piel se podía considerar una grande desventaja de momento, porque, joder. No todos los días escuchabas lo que él acababa de presenciar. Su mirada heterocromática se escondió en el suelo por la pena del momento.

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¡Omega en venta!
FanfictionSimplemente no lo pudo evitar, y lo compró aún sabiendo que estaba mal e iba en contra de sus principios. . . . ¡Hola!, aquí vamos con otra historia, es yaoi, si no te gusta sólo pido leas algo más de tu agrado. También me encantaría que ciertos pun...