¡Omega en venta!

XXVIII: Algo loco

Sus miradas se enfrentaban de manera insistente, chocando en un dilema que a ambos perturbaba. El ahora qué los inundaba de dudas, y por sobre todo problemas

—¡PUTA MADRE!— gritó a todo pulmón Dabi, pateado la silla en la que segundos antes se encontraba sentado —¡¿Me estás jodiendo?!

Cuando vio a Kurogiri asentir de manera lenta y sin rastros de duda él comenzó a rascar su cuero cabelludo de manera frenética.

—Maldita sea, maldita mierda— maldecía una y otra vez en voz baja. 

La cachorra que segundos antes se encontraba  acurrucaba con el cuerpo de su inconsciente progenitor caminó tranquila al que en las noches se escabullía para darle cariños y jugar con ella, el Beta miró a sus pies donde la cachorra brincaba y movía el rabo. 

Más tranquilo suspiró pesado, cargando a la de pelaje albino entre sus brazos.

Cuando la tuvo entre ellos, comenzó a caminar por el lugar de manera lenta.

Ya no podía detenerlo, no estaba en su poder. Tomura había anunciado que iniciaría experimentos con el lobo, al que le había sacado unas bolsas de sangre que le habían debilitado.

—¿Lo vas a poner a dormir?— preguntó Kurogiri con pesar, Dabi mordió la uña de su dedo pulgar, negando.

—No, ya es tarde para eso.

—¿Por qué? Todavía t-

—No me refiero a que no pueda, Kurogiri. No quiero y, eso es peor. Maldición, ¿Qué es lo que quiere?¿Por qué tan de la puta nada?— comenzó a preguntar, la cachorra en sus brazos comenzó a removerse, así que la dejó con cuidado en el suelo.

—No sé por qué tan de repente, pero sé que quiere experimentar con su sangre y la de otros Alfas, no sé con qué fines pero...

—¿Inseminación?..... Me estás jodiendo, mierda— se quejó, cerrando sus ojos. Los hombros le estaban pesando, ¿Cuántas maneras había buscado de que aquel Alfa rubio y de ojos azules encontrara el lugar?

—No puedo dejar que esto pase...

—¿Qué haras?

—Supongo que salvar mis deudas con mi hermano— rió amargo— Desde que las clases se unieron los problemas me están alcanzando, Kurogiri. Ay joder, pero qué asco, si sólo no hubiese sido tan ambiciosos y me hubiese ido con Natsuo.

Lamentó, con sus ojos acuosos.

—Soy una mierda eh, primero quemo mi propia casa, arrastro a mi hermano a este lugar, secuestro a mi maldito cuñado que resultó con premio, le quito a sus cachorros.

—Los llevaste con ella, sabes que les cuida. Maldición Dabi, no todo lo que has echo es malo, ellos viven bien lejos de todo esto.

—¿Crees que es bueno enamorarte de la pareja de tu hermano?, yo le conté de Izuku a Tomura porque lo quería conmigo, pude dejarlo si yo quería en un principio pero en vez de eso investigué sus raíces y busqué toda manera de traerlo a éste lugar para verlo como uno ve a un animal exótico en el zoológico, ¿Me vas a decir que no soy una mierda de persona?, Joder, quiero a las ratas más porque son de él que de mi propio hermano...

El mayor de los Betas se quedó perplejo ante la confesión, mirando incrédulo al azabache.

—Pero, tú te sentías mal.

—Se llama teatro, Kurogiri. Me sentía mal porque ya estaba tomado y no sería para mí— contestó con su cabeza gacha.

Ambos quedaron en silencio, sin saber qué decir.