Capítulo 11.

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MATT 'S POV

Jueves, 14 de Febrero.

Hoy creo que es el día, si. Lo tengo decidido, se lo voy a pedir, hoy. El día de San Valentín, muy irónico. Por desgracia, hoy no me toca ninguna clase con ella, pero sé que al ser jueves ella está esperando a Will fuera. Cojo mi mochila y atravieso el campo de fútbol, ya la estoy viendo, está sentada en la escalera. Pero entonces escucho que me llama una voz de chica, no una cualquiera, Kate.

- ¡Matt! - Se acerca a mi y me coge del brazo.

- ¿Qué quieres Katherine? Tengo prisa.

- Puedes ayudarme con un ejercicio, necesito a alguien fuerte. Y eres el único chico que queda.

- Pero Kate, tengo prisa, mañana si quieres te ayudo. - Intento moverme pero aún sigue agarrada a mi.

- Por favor, si solo es un momento.

- Puff está bien, a ver. ¿Qué tengo que hacer?

- Cójeme en brazos y lánzame en el aire. Y procura no dejarme caer. ¿Si?

- No te prometo nada, venga, una, dos y tres... - La lanzo en el aire, gira sobre si misma y vuelve a caer en mis brazos.

- Ves como no he tardado tanto. - Me coge los mofletes con la mano y los estruja. Justo en ese momento me planta un beso sobre mis labios.

- ¿Qué coño haces Katherine? - Dije mientras la dejaba caer al suelo.

- ¿Por qué me rechazas? Nadie rechaza a Katherine Hunter. - Dijo enfurecida. Entonces escuché a alguien que gritaba "Sam" giré mi cabeza y la vi correr. ¡Mierda!

- Mira, olvídame. No quiero que te vuelvas a acercar a mi.

- Te vas a arrepentir Matthew Johnson, esa marginada no querrá estar contigo nunca más. - Dijo sonriendo.

- ¡Sabias que estaba ahí! - Matt, cálmate. La plástica empezó a reirse. Ya no puedo más. - Eres una zorra.

En cuanto dije aquello me marché corriendo en la dirección donde Sam se había ido, pero no quedaba ni rrastro de ella. ¡Dios! ¿Por qué a mi? ¿Por qué tuve que hacer caso a Kate?

No sé cuantas horas han pasado ya, le he enviado más de 20 mensajes a Sam, pero nada, no se conecta. ¿Qué puedo hacer? Intento hablar con Will, pero también se niega. No puedo quedarme aquí tumbado comiéndome la cabeza, mientras ella está ahi fuera y lo más seguro llorando. Bajo las escaleras y sin que mis padres me vean cojo la moto y la arranco.

Mientras voy de camino a su casa, empieza a llover, todo está a mi favor, si señor. Aparco la moto en una esquina y paso al jardín trasero de su casa. Se ve una pequeña luz a través de la ventana. Cojo una piedrecita y la lanzo al cristal. Nada, ni se da cuenta. La lluvia cada vez es más fuerte y estoy completamente calado. Lanzo otra piedrecita y veo como una sombra de una persona se mueve por dentro de la habitación. Abre la ventana, se que es ella pero está demasiado oscuro para verle el rostro.

- ¿Qué haces ahí? Hace mucho frío.

- ¿Podemos hablar? - Dije mientras cruzaba mis brazo bajo mi pecho. - Todo tiene una explicación.

- Matthew no tienes que explicarme nada. Ahora ve a la puerta, no voy a dejar que te resfríes. - Dijo seria y tajante mientras cerraba la ventana.

Estaba demasiado molesta, y me iba a costar que me escuchase. Pero iba a intentarlo de todas formas. Abrió la puerta y me dejó pasar. Ahora la veía mejor, pero en su aspecto se notaban las señales de lágrimas.

- Quítate esa ropa y ponte esta, antes de que empieces a toser.

Dejó la ropa en mis manos y me indicó donde estaba el baño. Pasaron 5 minutos cuando salí del baño. La verdad ahora se estaba mucho mejor pero eso no evitaba la razón por la cual había venido hasta aquí con la que estaba callendo. Nos adentramos en su habitación y me impacto los dibujos que tenia colgados en su pared, eran realmente buenos. Pero ahora no tenía tiempo de contemplar maravillas.

- Sam... Te juro que yo... - No me dejó terminar.

- Matthew no tienes porqué explicarme nada, no somos nada, tienes el derecho de besar a quien quieras. - Dijo pausadamente y respetando la distancia entre nosotros.

- Pero yo no la besé, fue ella.

- Matt que no quiero saberlo. ¿Vale? - Se acercó a mi y colocó su mano en mi hombro, haciendo que retrocediera. - Y ahora, por favor, vete.

- Sam, por favor, escúchame.

- No quiero, sal de mi casa Matthew. - Dijo señalando la puerta desde las escaleras.

- Solo una cosa más. - Me situé enfrente de ella y la miré a los ojos.

- ¿Qué?

Posé mi mano sobre su mejilla, y ella inmediatamente cerró los ojos y una lágrima resbalo por su mejilla. La besé con mucha intensidad haciendo que ella se cogiese de mi nuca. Me separé de ella y juntamos nuestras frentes. Una sonrisa salía de nuestras bocas ¿Estaría todo arreglado?

- Sam.

- Uhm. - Dijo mirándome fijamente a los ojos.

- ¿Quieres salir conmigo? - Sus ojos se volvieron negros y sus mejillas coloradas.

- No lo sé - Dijo separándose de mi, pero no muy lejos.

- ¿Por qué?

- Besas a la zorra, y encima me preguntas ¿Qué por qué? Matt un poco de razonamiento. - Dijo evitando no reirse.

- Al menos dime que lo pensaras.

- Ya veremos. No te garantizo nada.

- Gracias. - Dejé un beso en su mejilla. Esa era la Sam que conocía, la arrogante y misteriosa Samantha Miller.

- Y ahora vete, antes de que llegue mi hermano.

- Hasta mañana Sam.

- Adiós Matt.

Se podría decir que estaba feliz, vale que no hubiera conseguido lo que quería, pero se lo iba a pensar y eso me tranquilizaba. ¿Aceptaría?

Mi Historia: Samantha Miller. | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora