Capítulo 19.

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MATT 'S POV

Domingo, 10 de marzo.

- ¿Qué tal te va con Samantha? - Dijo John mientras giraba su cabeza hacia mi.

- Bueno, tenemos nuestras pequeñas discusiones, pero demomento bien.

- ¿Ya se lo habeis dicho a Dylan?

- Que va.

- Deberíais decirselo, si se entera por terceros va a ser peor Matt.

- Ya lo se J, pero ella tampoco quiere decirselo. Creeme yo se lo diría.

- Y hablando de Sam, ¿No está hoy aquí? Normalmente en estas reuniones nunca falta.

- Me dijo que si que estaría, pero no la he visto.

- A lo mejor está en su habitación.

- Puede ser, pero como me vea Dylan subir y sospeche algo...

- De eso me encargo yo, ahora sube. - Dijo sonriendo.

- ¿Enserio? Gracias J.

- No las des, y ahora corre a por tu chica. - Dijo riendo.

Me levanté de aquellos pequeños escalones que tenía el porche y me adentré en la casa. Subí las escaleras y gire a la izquierda como había hecho anteriormente en más de una ocasión. Di dos golpes en la puerta y escuché "Pasa" proviniente de Sam. Abrí la puerta y dejo salir un grito. Cogió su camiseta de encima de la cama y se tapó el cuerpo ya que iba sin ella.

- ¿Por qué entras?

- Tú me has dicho que pasase.

- Creia que era Dylan. ¿Y qué haces aquí arriba?

- Buscarte. - Cuanto más me acercaba a ella, sus mejillas subían más de color. - Y hablar.

- Es.espera un momentín. - Se adentró en el baño de su habitación y a los cinco minutos salió con la camiseta puesta y con su pelo ordenador. - Ya puedes hablar.

- Haber... El otro día cuando me fui de la fiesta tan repentinamente fue porque mi padre llegó a casa borracho y intento agredir a mi madre.

- ¿Y eso no podrías habermelo dicho cuando hablamos más tarde? - ¡Mierda! Pasemos al plan B.

- Bueno si, pero no quería que te alarmaras ni nada. - Hizo una especie de mueca, creo que no acaba de creerselo.

- Que sepas, que no me convence mucho, pero me fio de ti. A si que lo siento por haberme comportado así.

- No tengo que perdonarte nada. - Alcé sus barbilla y dejé un beso en sus labios. - Los añoraba.

- Creo que yo más. - Dijo sonriendo.

De pronto me llegó un Whats App de John, donde ponía que Dylan estaba subiendo las escaleras.

- Tu hermano está subiendo. - Dije en un tono de preocupación.

- ¡No! Eehh... Metete en el baño. - Me empujó por la espalda y cerró la puerta detrás de mi.

Escuché como Dylan avisaba a Sam para que bajase, ya que la comida estaba preparada y se disponían a comer. Ella contestó con un "Vale, en nada bajo." seguido de como el ruido de la puerta se cerraba. Abrió la puerta y me miró directamente a los ojos.

- ¿Por qué me miras así?

- Estoy haciendo cada locura y diciendo cada mentira por ti...

- Pero son por nuestro bien.

- Supongo, pero ahora tenemos que bajar. - Me cogió la mano y salimos de la habitación. - Vas a probar lo buena cocinera que es mi mamá.

- ¿Tan bien cocina? Tenía entendido que era polícia.

- Mi madre sabe hacer de todo. Es "supergirl."

- La tienes en un pedestal.

- Si, es la mejor.

Salimos al jardín, claramente no juntos, sino empecarían a questionar y no queríamos eso. Cada uno estaba a una punta de la mesa pero de vez en cuando nos mirábamos o hacía caras tontas de manera que nadie la viese. En realidad era divertido esconderse de la gente, lo hacía mas, diferente. Estuvimso toda la tarde hablando sobre la nueva temporada y los equipos que tendríamos que tener en cuenta para que no nos ganasen y perdieramos posiciones. La tarde se pasó relativamente pronto ya que, eran las 9:30 y solo se habían ido aquellos que tenían que volver a casa en el bus público de la ciudad. Seguiamos en el mismo sitio, sentantados en las sillas y rodeando aquella mesa larga.

- Sam, ¿Podrías dejarnos un rato solos? - Dijo su hermano en un tono suave.

- ¿Por qué? Si van a hablar de chicas no importa, no sería la primera vez que les escucho.

- Por favor Samantha. - Bufó y se adentró en la casa. - Haber chicos escuchenme atentamente. ¿Quién de vosotros está saliendo con mi hermana?

Aquella pregunta me heló la sangre en cuestión de segundos. Todos se miraban entre si sin saber bien que decir, aunque no deberían de preocuparse, ya que el que estaba en problemas era yo. Miré a John en forma de ayuda, pero el tampoco me sirvió de nada.

- ¿Ahora no saben hablar? Venga, si tampoco les voy a hacer nada. Solo quiero saberlo. - Todos seguía en silencio. - Créanme, será peor si me entero que es uno de vosotros y no me lo ha dicho. - ¿Debía decírselo hoy? Tampoco será tan malo. ¿O si?

- Yo.

- Y al fin salió. A si que tú eres el que trae loca a mi hermana... bien. - ¿Por qué me da la sensación de que acabo de cometer un error? - Bueno chicos, mejor que se marchen, sino mañana no habrá nadie en el entrenamiento.

¿Eso era todo? Bueno al fin y al cabo no era tanto como habíamos creído. Nos levantamos de las sillas dispuestos a marcharnos. Cogí la chqueta que estaba estirada en el sofá y senti como un mano sujetaba mi brazo.

- Johnson, tu te quedas un ratito más. - Oh, oh...

- Dígame entrenador.

- Dejémonos de presiencias, ahora te estoy hablando como el hermano de Samantha.

- Está bien.

- Te voy a ser sincero Matt. - Se aclaró la garganta, miró las escaleras y volvió su mirada a mis ojos. - No me hace ni una pizca de gracia, que estes con mi hermana. Y si por mi fuera, haría lo imposible porque no estuvierais juntos. Pero no quiero que mi hermana llore por mi culpa, a si que, vas a tener una sola oportunidad. Gástala y no podrás volver a Almonte. ¿Entendido? - Dibujó una sonrisa de satisfacción y soltó mi brazo.

John y Sam tenían razón, quiere hacerme la vida imposible, pero si es por ella, voy a hacer todo lo que esté en mis manos para podamos estar juntos siempre. Cogí la chaqueta de nuevo y me dirigí a la puerta, pero unos brazos se colocaron en mi cintura.

- ¿No te vas a despedir de mi?

- ¿Sabes que tu hermano sigue en la casa no?

- ¿Sabes que he escuchado la conversación del jardín?

- Tengo como novia una espía. Todo muy normal.

- Samantha Miller no tiene nada de normal, que lo sepas. Y no sé como has sido capaz de decirle que eras tú - Dejó un beso en mis labios, y otro, y otro...

- Sam, mira a ver si aprendes a no escuchar las conversaciones de los demás y tambien a no guardar tantos secretos. - Dijo Dylan mientras subía las escaleras.

- ¡Cállate Dylan! De todas formas lo averiguarias. - Dijo mientras tenía la mandibula forzada.

- Shh... tranquila, todo está bien. - Acaricié su mejilla y al fin se calmo un poco. - Me tengo que ir ya enana. Mañana nos vemos.

- Si.

Nos dimos un tierno beso del cual podría no haber acabado nunca, jamás de los jamáses.

Mi Historia: Samantha Miller. | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora