Capítulo Uno.

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SAM 'S POV

Lunes, 14 de Enero.

Estoy de camino a mi cafetería preferida 'Sweet Time'. Voy cada tarde para tomarme mi café, mientras estudio para los examenes del instituto. Si, normalmente la gente va a las bibliotecas públicas o a su habitación, pero no soporto ni el silencio absoluto ni la música de mi hermano a un volumen demasiado exagerado. Así que, me vengo a este establecimiento, que es bastante tranquilo. Tiene 5 mesitas y unos ventanales donde se ve toda la calle ya que hace esquina, y su dueña es una chica de unos 27 años, morena y con ojos marrones, se llama Lia.

- Hola, Sam. ¿Lo de siempre?

- Si, por favor. Gracias Lia.

- No hay de que.

Me siento en mi mesa, la número 4. Dejo mis cosas encima de la silla de la derecha y enciendo el portatil.

- ¿Cómo te van los estudios pequeña? - Dice mientras deja la taza en mi mesa y se sienta a mi izquierda.

- Bien, lo peor que llevo es filosofía. Y justo hoy el profesor nos ha puesto un trabajo para mañana de 10 hojas.

- No te preocupes, todo te saldrá bien.- Me coge la mano y la acaricia suavemente. - Y ahora, ponte las pilas.

- Gracias. - Se levanta de la silla y vuelve detrás de la barra.

Puedo decir que Lia, es mi mejor amiga, la verdad. Es la única que me entiende y cuando estoy mal, ella es la que me tranquiliza. Abro un nuevo archivo en la pantalla de mi ordenador y empiezo con el trabajo.

***

Llevo unas horas con esto, al parecer va bien, de momento. Escucho la campanita sonar, levanto la mirada y veo a un chico de mi misma edad, con una sonrisa preciosa, pelo negro y muy alto. "Samantha vuelve a tu trabajo."  Dice mi subconsciente. "Ya voy, ya voy, una ya no puede ni mirar."  Intento volver a mi trabajo, pero no evito escuchar la conversación que están teniendo Lia y él.

- No me lo puedo creer. ¿Qué haces aquí Matthew? - Dice ella mientras sale de la barra y se abrazan los dos.

- Ya sabes como es mi padre, le van trasladando y nosotros detrás. Y como sabía que estarías aquí, he venido a visitarte.

- Mi hermano es así. ¿Y sabes por cuanto tiempo viviréis en Almonte? - "Así que es su sobrino... Interesante."

- De momento está fijo. Y ahora están arreglando todo el papeleo para pedir el traslado de mi antiguo instituto al de aquí.

- Ah muy bien. ¿Quieres tomar algo? Invita la casa.

- Gracias tía, pero tengo que volver a casa. Aún tengo que ordenar todas las cajas. Otro día, ¿Vale?

- Aqui estaré. Dales un abrazo de mi parte.

- Eso haré. - Sale por la puerta y me quedo mirándole mientras anda por la acera hasta que no pude seguirle con la mirada.

- ¿Es guapo verdad?

- ¡Oh dios, Lia! - Llevo una mano a mi corazón. - Que susto. No sabías que estabas ahí.

- Ya veo que estabas concentrada. - Dice riendo levemente. - Es mi sobrino, al parecer se han venido a vivir aquí.

- Bueno, voy a seguir. - Digo tímidamente, intentando cambiar de tema, mientras señalaba la pantalla del ordenador. No quería parecer una chica desesperada por encontrar el 'principe azul' que todas buscan.

- Si, si... - Se fue otra vez a la barra. A Lia no puedo engañarla, me conoce, demasiado.

Acabo el trabajo sobre las nueve de la noche. Recojo mis cosas y salgo de allí. Ando un par de calles y llego a mi casa. Solo con abrir la puerta, se escucha la música a todo volumen. Aquello significaba una cosa. Mis padres no habían llegado. Subo las escaleras,  giro a la derecha y abro la puerta de mi habitación.

Solo con entrar en ella, me veía reflejada en un espejo, con pequeñas ondas que llegaba al techo desde el suelo, y a su lado, el armario. A mi derecha se encuentra el escritorio color negro azabache y enfrente mi cama. En esa pared, color turquesa, hay unos hilos colgados con fotos mias de pequeña y de dibujos hechos por mi. En la pared del fondo se encuentra la ventana con un pequeño asiento con cojines, donde siempre, cuando llueve me siento ahí y veo como las gotas caen por los ventanales.

Dejo mis cosas sobre la cama y me dirijo a la habitación de mi hermano. Toco dos veces, pero no me escucha. Abro la puerta y noto como algo se estrella contra mi frente y hace que caiga hacia atras, dándome contra el suelo.

- ¡¡Auuhh!!

- ¿Sam, estás bien? - Dice mientras se arodilla a mi lado y levanta mi cabeza. - ¿Cuantas veces te he dicho que toques la puerta?

- He tocado dos veces Dylan. ¿Y cuantas veces te he dicho que lances la pelota fuera y no aquí? - Me levanto y toco mi frente con mi mano, mañana estará rojo.

- Lo siento hermanita. - Me enreda el pelo y yo intento que no lo haga. - ¿Qué querías?

- Avisarte de que había llegado y que papá y mamá no han llegado aún.

- ¿Cenamos solos no?

- Si.

- ¿Chino o italiano? - Dice mientras coge su movil.

- Chino comimos ayer, italiano mejor. Lo de siempre, por favor.

- Vale.

Me doy la vuelta y me adentro en mi habitación. Me tumbo en la cama y me quito los zapatos con los pies. Me quedo mirando hacia arriba y entonces se me pasa el nombre de 'Matthew' por la mente. "¿Por qué pienso en él ahora?"

Mi Historia: Samantha Miller. | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora