Capitulo2

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-¡Orden!¡Orden!.- grita el juez mientras da golpes con su martillo.

-Su señoría, lamentamos mucho lo que le a sucedido al señor Cervenka en prisión pero no considero que sea razón suficiente para dejarlo en libertad bajo fianza.- digo con voz firme.

-Señoría, esta joven eh inexperta abogada se esta ensañando con mi cliente.- ataca el idiota de Will.

Detesto a este sujeto, casi en todos mis casos a sido mi contraparte y de verdad que es un grano en el culo, todo el tiempo esta haciéndome menos por mi corta experiencia, no es culpa mía que en la firma para la que trabaja no lo aprecien.

-Su señoría creo que la contra parte esta mas enfocado en insultarme a mi que en lo grave de la situación de su cliente, a sido el acusado el que se ensaño con la señorita Davis al engañarla para después secuestrarla.- hago una pausa. -Señor juez si deja al señor Cervenka en arresto domiciliario estaríamos dando un mensaje equivocado a la sociedad, estaría dejando en claro que un extranjero puede venir a qui a nuestro país y hacer lo que le plazca sin recibir un castigo solo por que lo han golpeado en su celda.-

El juez lo piensa por unos minutos, la audiencia espera pacientemente a su veredicto, estoy que me cago de los nervios por que es la primera vez que hago todo o sola, por lo general dos abogados se encargan de un mismo caso, para mi suerte estamos absortos en trabajo y me a tocado lanzarme sin ayuda, solo espero mi argumento haya servido y no acepte dejarlo salir.

-Noción denegada, el acusado permanecerá en Rikers hasta el día de su juicio.- golpea con su matillo un par de ves.

Puedo respirar tranquila, eh impedido que este mal nacido salga de prisión, volteo en dirección a Itzel Davis y su familia, todos me sonríen por mi logro. Me cerco a ellos.

-Excelente trabajo Amber.- dice Olivia Davis.

-Gracias, pero esto es solo el comienzo.- digo mirado a la joven, ella asiente. -A sido un muy buen comienzo.- sonrió para ellos.

Todos salimos de la sala, la familia Davis toma su camino y yo el mio. Al salir de la corte observo a mi alrededor, no valla a ser que Isaac Mcdaniels siga merodeando por aquí, creo que ya tuve suficientes idiotas por hoy.

Avanzo hasta la acera donde deje mi auto cuando una nefasta persona se para delante de mi, por que la vida no hace caso cuando le digo que ya tuve suficiente de idiotas.

-Eres una novata con suerte.- dice Will Robinson con una sonrisa burlona.

-Y tu eres un anciano sin ella.- sonrió falsamente, sigo mi camino.

-Oye, espera.- rodando los ojos me detengo y volteo a verlo. -Esa jugada de tomar en cuenta a la sociedad estuvo muy buena, algo mediocre pero buena, ¿Cómo supiste que con eso el juez no aceptaría liberar a Cervenka?.- es un estúpido de verdad.

-Te diré un secreto.- me acerco a el. -Un buen abogado conoce la ley, pero un gran abogado conoce al juez.- retomo mi camino mientras que Will se queda analizando mis palabras.

Ni siquiera se lo que dije no conozco al juez, es la primera vez que lo veo pero no dejare que ese cara de mierda siga asiéndome menos.

-No soy tan estúpida como crees.- grito antes de subir a mi auto, el sigue en el mismo lugar.

Lo veo por el retrovisor mientras avanzo hasta que ya no puedo verlo mas. Esto de las leyes es un caos, te consigues enemigos por todos lados y no puedes considerar amigo a ningún abogado por que tarde o temprano te tocara ser su contraparte.

Este reverendo idiota tiene trabajando en la misma firma desde hace como veinte años y es apenas hasta ahora que le dan un caso que vale la pena, si, lo investigue por que desde la primera vez que me vio no a dejado de joderme. El único modo que encontré para asarlo sentir mal es decirle anciano pero que va el es maduro pero muy atractivo, el imbécil es muy atractivo.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora