Capitulo 17

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-¡Monstruo!, ven corre, tienes que ver esto.- grita Sebastien desde la sala de su apartamento.

Llego hasta el y me aviento sobre sus piernas, bueno, caí sobre todo su cuerpo incluso pude escuchar como le saque el aire, me siento ahora si sobre sus piernas para ver lo que quiere mostrarme.

-Ve ese horrible comercial.- apunta al televisor.

Mientras veo la pantalla no puedo evitar hacer un sinfín de gestos grotescos. Hace poco en una junta se acordó renovar el comercial para promocionar a la agencia, a mi en lo personal me agradaba el viejo pues era un tanto más realista, salían soldados de diferentes rango ayudando personas, civiles ayudándose unos a otros, parecía una película.

Ahora el nuevo comercial es una atrocidad, no creo que a alguien le guste ver a una embarazada con un arma larga o a un niño practicando puntería.

-Cariño, no me lo tomes a mal pero lo odio.- me doy vuelta para quedar a horcajadas sobre el. -Lo odio desde que lo propusieron, creo que estan enviando el mensaje equivocado a las personas, es algo retorcido ver a un niño de seis años usar un arma.

-Opino lo mismo.- tuerce la boca.

-¿Entonces por que firmaste la concesión para grabar eso?.- apunto al televisor.

-Yo no lo hice, te recuerdo que no soy el único que puede aprobar esas cosas.-

-¿Isaac?.- asiente. -Muchacho estúpido, un día voy a golpearlo por firmar cosas sin leerlas, por que estoy segura que no leyó ni un carajo de paso le daré unos golpes por molestarme.-

La sonrisa que tenia en el rostro se a desvanecido ante mis palabras, ya la cage, ¿Y cuando no?.

-¿Te a molestado?¿Por que no me lo habías dicho?.- suena casi enfadado.

-No, bueno, si pero no.- enarca una ceja. -La semana pasada se estuvo comiendo mi almuerzo, cuando le reclame insistió en que no fue el e intento culpar a John. Le pedo a Pía un par de laxantes y lo puse en mi comida, ¿Adivina quien esta enfermo del estomago desde el viernes?.- reímos.

-Que malvada, pero yo lo soy más así que invitemos a comer a tu amiga y a los más locos de la oficina, encargaremos mucha comida y lo cargare a la tarjeta de mi hermano.-

-No, no puedes hacer eso.- sigo riendo, se ha vuelto un demente.

-Claro que puedo y lo hare, nadie le quita su comida a mi mujer.-

Sonrió como estúpida por sus palabras, siempre lo hace no hay día que no diga algo como eso que me haga alucinar.

Las ultimas semanas han sido muy buenas, para empezar el trabajo en Mc Security me a resultado fácil, eh conocido a muchas personas importantes entre todas a un viejo almirante de la Navy que al saber que soy la nueva abogada me trato un poco mal, no se canso de repetir cuanto odiaba a los abogados por que su reciente ex-esposa había conseguido quietarle casi todos sus bienes.

Tuve que hacer uso de los pocos encantos que poseo para ganarme al señor y lo logre, al final termino invitándome un café para conversar y que yo le diera mi punto de vista profesional sobre su situación.

Tambien hable con Jenn por teléfono y acordamos un día para esa charla reconciliadora, al principio creyó que estaba bromeando pero conforme pasaron los minutos se dio cuenta que yo no bromeaba, no pudimos llevar acabo nuestro encuentro pues a ella se le adelanto el parto por la condición esa rara que tenia así que tendremos que esperar a que se recupere. Iba a acompañar a Sebastien a la clínica ya que ellos estaba juntos cuando entro en labor pero decidí no hacerlo, mi hermana y su esposo ya han tenido demasiados problemas, y por algún motivo sentí que mi presencia les provocaría cierto pesar.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora