Capitulo 13

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Estoy sentada en el comedor con un tazón de avena frente a mi, tomo la cuchara y hago movimientos circulares, parece engrudo. No entiendo por que tiene esta consistencia si hice todo bien, herví la leche, agregue la avena, canela y un poco de miel para endulzarla, son los mimos pasos que eh usado siempre y hoy no me a salido como esperaba.

Supongo que esto es un tipo de enseñanza de vida, no importa cuantas veces te salga algo bien, siempre habrá una vez que te salga mal. La vida muchas veces es un tazón de avena mal echo. En torno a todo este show con mi desayuno y las tonterías que supongo, sonrió cuando entre todo eso aparece Sebastien.

El y yo ultimamente hemos pasado bastante tiempo juntos, me encanta eso, cuando estoy con el siento que nada puede salir mal. Debí invitarlo a desayunar para que mi avena quedará bien.

-¿En que piensas?, o más bien en quien.- la voz de mi amiga me saca del trance en el que estaba.

-En nada y en nadie.- respondo volteándola a ver, esta recargada en el umbral de la puerta. -¿Cuánto tiempo llevas ahí?.

-Lo suficiente como para saber que estas en otro planeta, en uno llamado Sebastienlandia.

Reímos.

-Claro que no, solo miraba mi avena que me a salido muy mal, parece vomito de gato.

-Aja, como no y ¿Por qué sonreías?.- enarca una ceja mientras se sienta frente a mi.

A que metiche anda hoy.

-Me reía de mi y no tengo por que explicarte todo, yo puedo reír si quiero.

-Eres una bruja malhumorada.- reímos. -¿Ya hablaste con Isaac?.

Me quita el tazón de avena y repite lo que yo hacia con la cuchara, círculos, espero no se le ocurra probar eso o le hará daño.

-No vayas a comer eso.- señalo con mi dedo. -No, no eh hablado con el, seguro sigue indignado y esta bien yo también lo estaría aunque nunca le di un si para esa cena.

Isaac esta molesto con migo por que mientras el estaba aquí esperándome para ir a cenar, yo estaba en el apartamento de Sebastien comiendo pizza con el y Sophie, vimos películas hasta casi media noche.

Cuando llegue a mi apartamento, Pía me dijo que me estuvo esperando hasta las once y que se fue muy molesto, la verdad es que no lo culpo por no hablarme, estuvo mal que no le avisara aunque sea por menaje pero es que el tiempo se me fue entre comida, besos, abrazos y risas, cuando lo recordé ya era muy tarde.

Lo bueno es que no sabe donde estaba o eso creo yo por que si a mi amiga no le fue difícil suponerlo a Isaac menos. En realidad no debería importarme que lo sepa, el y yo solo somos amigos aunque claro Isaac quiere que practiquemos unos cuantos juegos sexuales que a mi solo me apetecen con su hermano menor.

-Ya se le pasara.- dice encogiéndose de hombros.

Se lleva la cuchara a la boca tan rápido que no me da tiempo de detenerla, no dura nada con ella dentro cuando comienza a escupir, sin poder evitarlo me carcajeo por su cara de asco. Yo se lo advertí pero ella se cree inmune.

-Te dije que no lo comieras.- digo riendo.

-No puede ser.- escupe de nuevo. -Es más asqueroso de lo que creí.- limpia su lengua con una servilleta y yo sigo riendo.

-Tienes que mejorar tu receta o un día te envenenaras tu sola.- sigue refunfuñando.

-Antes me salía bien y lo sabes, no se que paso tal vez la leche no serbia.-

-No me importa, no volveré a probar tu comida.- vuelvo a reír. -¿Quieres saber como esta tu hermana?.

-No.- respondo de inmediato borrando la sonrisa que tenia.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora