Capitulo 37

91 10 2
                                    

-¿Dónde estas?.- pregunto al contestar mi móvil.

-Me vas a matar, aun estoy en mi consultorio.

-¡Pía!, llegue hace veinte minutos.

-Lo se amore, perdón, tengo agenda llena, ni siquiera he comido, extraño demaciado a Andrew a pesar de llamar a Agatha cada media hora y mis tetas te juro que me estan matando.

-Regresaste a trabajar demaciado pronto.

-Ares dijo lo mismo, insistí que no, que era buen tiempo que yo sabría manejarlo, ahora me arrepiento.

-Bruta, ¿Por qué no pides una licencia?, dudo que te la nieguen.

-Lo estoy considerando. Por ahora no puedo hacer mas, puedes ir comprando en lo que veo como salir de aquí.

-Esta bien, comeré algo y veré un par de tiendas. Llámame cuando termines.

-Ok, ti amo.

-Ti amo anch'io ragazza.- corto la llamada.

En este día tan soleado quede con Pía para venir de compras, Sean necesita mas ropa y mantas, como no me gusta hacer esto sola le pedí a mi amiga que viniese con migo, ella acepto creyendo que solo tendría unas cuantas consultas, incluso me convenció de venir en Uber alegando que ella me llevaría de regreso a casa, por lo visto demorare mas de la cuenta. Iba a pedirle a Sebastien que me acompañara pero tenia que ir a la agencia así que no se lo mencione, suficiente tiene con lidiarme.

Hemos estado preparando todo para la mudanza, si mis cálculos no me fallan probablemente el próximo viernes ya estaremos en nuestra casa, oficialmente tendremos un nidito de amor. Elizabeth estaba un poco triste con la noticia, dijo que se acostumbro a tenernos con ella pero que entendía la necesidad de querer nuestro propio espacio, el abuelo también se puso algo nostálgico.

Yo espero que nos visitemos tan a menudo que ninguno nos sentiremos alejados por que soy honesta, me acostumbre a ellos. Lo repetiré por milésima vez, soy apegada emocionalmente a todo y me costara trabajo acostumbrarme a no verlos a diario y tomar el desayuno juntos.

En otras cosas, tengo un auto nuevo que por ahora no puedo conducir gracias a mi embarazo que esta casi a termino y no es muy recomendado estar al volante. Resulta que la bonita SUV negra que estaba en el parking de la casa nueva era para mi, una sorpresita mas de mi sexy esposo. Sebastien no sabia si desmayarse o morirse cuando le dije que no podía deshacerme de mi actual auto por que aun ni siquiera terminaba de pagar todas las reparaciones que le hicieron después de mi accidente.

Metí la pata y la metí has el fondo por que el no tenia idea que ese insidente había ocurrido, Isaac no se lo comento y yo tampoco lo hice, recuerdo haberle mencionado en aquella carta que no salí ilesa de sustos y que estaba embarazada pero jamás mencione que un auto se impacto con migo por saltarse una luz en rojo. Estaba muy disgustado y con justa razón, tuve que pasar por lo menos dos horas dándole un discurso de por que debía dejar ir el tema y no reclamarle a su hermano, de eso ya hace mucho y yo sigo aquí, punto final.

Tuve que hacer otro par de cosas mas pero son demaciado intimas y a el termino importandole muy poco la deuda con mi auto, igual se deshizo de el.

Camino por los pasillos del centro comercial mirando los aparadores, ya e comprado unas cosas que estoy segura a mi hijo se le verán increíbles y cuando sea grande me odiara por habérselo puesto pero no me importa, ¿Qué es un bebé sin un traje de marinerito?, exacto. Me e conseguido una bebida de frutas ya que decidí dejar el café, lo amo pero es dañino. Sean literalmente se volvía loco con cada sorbo de cafeína, no podía seguir soportando esas fuertes patadas así que lo deje.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora