Capitulo 32

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Siempre quise imaginar cuan perfecto podría llegar a ser un embarazo, veía a esas preciosas mujeres en el televisor y las revistas luciendo sus grandes barrigas , hermosas sonrisas y un increíble brillo en los ojos, tenían un glow especial que yo esperaba tener. Sinceramente nada de eso te ocurre, si es maravilloso llevar en tu vientre a un pedacito de ti, saber que crece cada día y que pronto lo conocerás, esperar ese momento te causa un sensación única pero ¿Por qué nadie te habla de los cambios extremos?, o de las cosas malas que en realidad no es que sean malas pero en el momento no las soportas.

Por ejemplo, no puedo dormir boca abajo por obvias razones, la barriga te lo impide, tampoco puedo dormir boca arriba por que siento que me ahogo, no se cuento mas tarde en acostumbrarme pero si soy honesta no creo que lo haga, dormir boca abajo es lo mas delicioso del mundo. Voy a orinar cada cinco minutos lo cual me sorprende por que según leí en una de estas famosas revistas eso sucede en los últimos meces, otra cosa, ya no tengo tobillos, mis pies estan tan hinchados que parecen dos apetecibles tamales navideños.

No se si sea normal pero este bebé se mueve demaciado y ni siquiera puedo verlo, me quedo como boba mirando mi barriga esperando ese momento en el que la piel se mueva pero no llega, solo lo siento por dentro golpeando mi vagina como si quisiera salir ya, es tan extraño apuesto que le gustara el box como a su padre.

Entre las ultimas cosas esta mi apetito, podría comer todo el día, mis caderas y pechos ya son mas grandes ahora si que me preso un poco a Jenn. Elizabeth me a regalado cremas, aceites y lociones para la piel, dice que tengo que humectarme todo el tiempo para evitar estrías, no me deja rascarme no se que tenga que ver pero yo le hago caso. En fin son muchos cambios por los que atravieso pero jamás e visto ese glow en mi.

En otras noticias mucho mas importantes que mis mil cambios es que esta mañana cuando iba de camino a mi cita con el ginecólogo recibí una inesperada llamada de Ares, Pía esta internada por que entro en labor de parto y el tan lindo como siempre quiso mantenerme al tanto. Pude hablar con ella unos minutos, estaba aterrada casi al grado del llanto, balbuceaba que ahora entendía a sus pacientes y que jamás les volverá a decir que intenten relajarse por que definitivamente eso era imposible. Me dio mucho sentimiento no poder estar con ella en ese momento no es que yo seria de ayuda pero quería verla en vivo.

-Pero que manera de alegrarme el día.- dice Irene al verme entrar.

-Mírate, estas preciosa.

-Un poco redonda dirás.- sonriendo me abraza y besa mi mejilla. -¿Qué tal todo por aquí?.

Siento que llevo años sin venir cuando solo han pasado un par de semanas desde la ultima vez que se requirió mi presencia, hoy e venido solo para contarles a John e Isaac que Ares esta a nada de ser padre.

-Bien, todo marcha bien pero no es lo mismo sin ustedes, a veces entro en sus oficinas y siento un vacío horrible, extraño que Ares venga a molestarme.- hace un puchero, yo también extraño estar aquí a diario.

-Tranquila, esperemos pronto todo vuelva a ser como antes, Ares volverá, yo también y....-

-¿Sebastien?.- asiento.

-Si, el también volverá.- sonreímos. -Iré a ver a Isaac.

-Si claro, pasa, John esta con el.

Hago un asentimiento de cabeza antes de avanzar, que bueno que estén juntos, me ahorraron el ir a becarlos. El pasillo de los condecorados o el muro de la fama como lo llama John es mi parte favorita de la agencia, cada que paso por aquí lo siento tan familiar que casi puedo decir que conozco a cada persona que hay en las fotos pero todo es obra de mi magnifico e irritante apego emocional.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora