Capitulo 23

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SEBASTIEN:

Llevo un día en Virginia y debo admitir que es reconfortable estar de nuevo en la base, pareciera que cuando tengo algún mal de amor este es el mejor lugar para olvidar pues desde que llegue eh estado tan atareado que no me eh detenido a pensar en nada, ni siquiera eh llamado a John para saber si todo salió bien, quiero suponer que si, las malas noticias viajan rápido.

Me dirijo hacia el campo de entrenamiento, esa es otra cosa que extrañaba, el que tenemos en la agencia es más pequeño. Reviso la lista de nombres que me han dado, el equipo que me asignaron carece de habilidades por lo que tendré que entrenarlos o esto no funcionara.

-¡Capitán!.- gritan desde una distancia prudente. Me detengo y permanezco ahí hasta que quien me llama esta frente a mi.

-Capitán.- hace saludo militar. -Tiene visita señor.

¿Visita?.

-Iré enseguida, SR descanse.

-Señor, si señor.- se da vuelta y se retira.

No tengo idea de quien este buscándome, solo mi abuelo sabe donde estoy, oh si y mi madre, maldición, con ella ya lo sabe todo el mundo, quizás exagero puede que sea algo relacionado con la misión. Camino en dirección al comedor que es donde ya me espera la misteriosa visita espero sea rápido o el entrenamiento durara hasta mañana.

¿Qué mierdas hace mi hermano aquí?, so lo se. Pero ahí esta sentado esperándome en una de las mesas, lo único que puedo hacer es tomar un hondo respiro y atender lo que sea que se le ofrezca, tengo mis duras, no recuerdo haber dejado nada pendiente en la agencia.

-¿Qué ocurre?.- pregunto sentándome frente a el.

Es notable su mala cara, dudo que haya dormido, incluso puedo decir que esta algo triste.

-¿Puedo saber por que me pediste que fuera en tu lugar?.- suelta sin más.

-Esta es una buena misión, no podía dejarla pasar e interferia.- me encojo de hombros.

-No mientas.- gruñe apretando los dientes. -Dime la maldita verdad.

-¿Qué quieres que te diga?, que me entere de mala manera que tan pronto Amber me boto se fue a revolcar con tigo, ¿Es lo que quieres oír?, pues bien, así fue, los escuche y decidí que no tenia caso seguir.

-¡Eres un reverendo idiota!.- grita y se levanta furioso. -¿Por qué no actuaste como hombre?, te hubieras agarrado los cojones y entrado a esa maldita oficina a enfrentarnos pero como siempre huyes maldita nena.

-No vengas a darme clases de moral idiota, ¿Solo a eso has venido?, por que si ya acabaste tengo muchas cosas que hacer.

Mi hermano y su maldita manía que minimizar sus acciones, ya que más da, tengo cosas más importantes que hacer que sentarme a escuchar como me vieron la cara, de nuevo.

-Paso antes de ti.- confiesa. -Solo fue un estúpido beso y ella no estaba en su cinco sentidos, digamos que tenia tres y medio es muy mala bebiendo, aun no te conocía.

Mierda, justo así me siento al escucharlo.

-Debió contármelo.

-No, no debía por que no es relevante, es como si ella se molestara por que tu fallabas con Sabrina o con cualquier otra que te hayas follados después, no seas estúpido.

-¿A que viene todo esto?.- pregunto cauteloso, el no vendría desde New York solo para sermonearme.

-Todo se fue a la mierda Sebastien, todo.- suena frustrado. -Perdimos a poco menos de la mitad de el equipo.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora