Capitulo 31

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-¡Amber, hora de cenar!.- grita Elizabeth desde el pie de las escaleras.

-¡Bajo enseguida!.

Cierro el computador tan pronto envió el correo que estaba escribiendo, me levanto de la silla y me observo por unos minutos antes de salir. Me encanta ver mi vientre levemente pronunciado, me encanta acariciarlo, sentirlo, incluso hablo con mi hijo sobre su padre, seguramente ya esta aburridísimo de escuchar mis historias.

Desde que llegue a vivir con Elizabeth y el abuelo tengo que reconocer que me e sentido sumamente querida, de eso ya hace unos meces, meces en los que a pasado de todo un poco por ejemplo, Pía y Ares se fueron a Atenas y llore como bebé por tres días seguidos, la madre de Sebastien me consintió como nunca nadie lo había echo, no había cosa que yo quisiera que ella no me diera con tal de verme sonreír, de por si mi queridísima suegra no se cansa de alimentarme. Fueron los tres días más largos, ahora estoy mucho mejor, mi doctorcita y yo estamos todo el tiempo en constante comunicación por mensajes de texto y Skype, Ares ya quiere regresar lo dice a diario, no soporta estar sin John.

Hablando de los Johnson, Helena me visita seguido al igual que Dimar la aun novia de Isaac, esta apunto de romper récord con ella y yo aun no puedo superar que los vi teniendo sexo o bueno ella hacia todo el trabajo como sea era un momento intimo que aun abunda en mi mente. El dia de gracias paso y yo decline la invitación de mi hermana para cenar con ella y su familia pues aquí junto con todos los antes mencionados preparamos algo delicioso y la pasamos bien.

Mi trabajo en la agencia desde luego que aun lo conservo pero tal como demando Isaac lo hago desde casa a menos que de verdad sea muy requerida mi presencia, como en firma de algún contrato, unos son más formales que otros así que todo marcha en orden. El asunto de esa mujer Danka no tengo ni la más mínima idea de como va, Isaac y John solo me dicen lo que ellos consideran necesario que en realidad no es nada, dicen que todo esta bien pero la casa esta más que vigilada.

Pasando a un plano mas triste, Sebastien sigue sin llamar, el primer mes creí que tal vez estaría muy ocupado pero a este punto estoy preocupada, no hay noche en la que no piense que puede estar en peligro, me aterra pensar en lo peor y cada que el teléfono suena ruego que si no es el, que tampoco sea alguno de sus superiores dando alguna mala noticia, juro que iría a golpearlos a todos, se lo llevaron en una pieza y así lo quiero de vuelta, me niego a recibir solo una bandera doblada en su honor.

Bajo las escaleras y escucho la voz de Isaac, el y su hijo recién llegaron para cenar con nosotros. El chico es un parlanchín, esta contándole al abuelo lo que hicieron en el día mientras ayuda a poner la mesa, es un encanto de niño.

-Hola, hola.- me hago notar.

-¡Tía Amber!.- dice Troy corriendo a abrazarme.

-Dios, estas cada vez más grande y apuesto.- le giño un ojo y el sonríe.

-Soy de los más grandes de mi clase.

-¿Enserio?.- asiente.

-Y el más atractivo, obviamente se parece a su padre.- alardea Isaac mientras se sienta en la mesa.

-Tu pareces un ovni.- reímos, me acerco a el para saludarlo. -¿Y Dimar?.

-Tiene familia ¿sabes?, y aveces cena con ellos.

-Ósea, se aburrió de ti y quiso cenar con alguien más.- sonrió y el me mira mal.

-¿Y Sebastien ya te llamo?.- pregunta, es mi turno de verlo mal, me dio un golpe bajo.

Cenamos entre platicas y burlas de parte de Isaac claro, el no perdona ni a su propio hijo quien desde luego siempre esta al pendiente de todo lo que dice su padre para así poder burlarse de el cuando se presente la oportunidad, son tal para cual. El abuelo también nos hace reír bastante con su incansable insistencia por tomar jugo de pasas, Elizabeth le sirve cantidades moderadas pues dice que a pesar de ser bueno para su digestión contiene bastante azúcar y a su edad algo que para nosotros es poco para el es mucho así que el viejo almirante no se da por vencido, el quiere más.

El Camino CorrectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora