No puedo creer que haya estado en una semi guerra con Checos altamente peligrosos, estuve en las entrañas de esta red fingiendo ser otra persona y aun así me dio temor entrar en el departamento de Dimar y exponerle mi idea. Supuse que se pondría un poco tozuda pero ya lo veía venir, Amber Adams ahora Mcdaniels siempre se sale con la suya o casi siempre.
Tuve que hacer mil cosas después de eso, nada que necesitara esfuerzo físico pero si muy estresante, tal vez lo sentí de ese modo por que yo deseaba que todo estuviera listo en un chasquido y eso es simplemente imposible.
Meciéndome ligeramente sobre la silla de escritorio de Sebastien observo toda la longitud de su oficina, necesita algo de organización el capitán se a puesto flojo últimamente. Veo las bonitas fotos en la superficie de su escritorio, somos nosotros, su madre, el abuelo y de nuevo yo. Quiero colgar muchos cuadros como este en nuestra casa, que se sienta un poco de esa vibra amorosa.
Había comenzado a imaginar donde lo pondría, ya me veía haciéndolo cuando el ruido de tacones chocando contra el piso del pasillo me trajo de nuevo a donde estoy, solo espero que sea quien creo que es y que todo me salga tal cual lo planee. La puerta que esta entre abierta termina de abrirse, su precioso rostro lleno de confusión me da tanta satisfaccion que lo considero algo malo de mi parte.
-No soy a quien esperabas ver.- es afirmación no pregunta.
-Definitivamente no.- sonríe. -Puedo saber ¿Dónde esta Sebastien?.
《¿Sebastien?, desgraciada ya no lo llama el capitán, maldita, ya Amber déjalo ir》.
Suspiro.
-Allison, no trabajaras mas aquí.- la chica ríe con ganas ante mi palabras.
-Me temo que aunque es lo que desea no será posible, ya e firmado mi contrato.
Me acerco a ella no por que quiera intimidarla si no por que necesito que me acompañe. Hace aproximadamente cuarenta minutos convoque una junta con carácter urgente, tal vez no debí usar esa ultima palabra por que no es la cosa mas urgente pero estaba emocionada de lo que había logrado y quería ejecutarlo lo antes posible.
-Eres muy atractiva.- sonríe con superioridad. -Creo que si hubieses elegido comenzar de una mejor manera pudimos incluso ser amigas pero elegiste mal. Es una lastima que siendo abogada no leyeras las letras pequeñas de tu contrato.- ahora soy yo quien sonríe.
El rostro de Allison fue todo un poema cuando entramos a la sala de juntas y noto a los presentes. Los hermanos Mcdaniels enfundados en impecables trajes color negro, el sargento primero Johnson, Stephanie de RH y desde luego un representante de la agencia de sustitutos para la que ella trabaja principalmente adornan nuestra larga mesa.
Usualmente Sebastien ocupa el asiento a la cabeza de la mesa pero hoy me lo ha dejado y no podía gustarme mas , estoy metida en mi papel de jefa claro que si. Soy muy consiente de que esto no era del todo necesario, pude solo despedirla en la oficina y no evidenciarla con su jefe, antes de venir aquí lo reconsidere y lo iba a hacer pero al salir del cubículo de Sebastien esta chica me ha llamado gorda o bueno lo insinuó al decir "no cabes" cuando intente pasar entre ella y la puerta, eso solo alimento mas mi sed de disque venganza.
Sebastien besa los nudillos de mi mano cuando estoy a su lado.
-Buenas tardes, eh pedido su asistencia solo para hacer de su conocimiento la anulación del contrato de la señorita Smith aquí presente.
Pase a cada uno la redacción de dicho contrato ya anulado, en el folder de Santino, representante de la agencia de suplentes, incluí una carta detallando los motivos por los que McSecurity no volverá a requerir de sus servicios cortando así toda relacion entre ambas agencias. Las facciones del hombre al leerla se endurecieron, miro a su empleada con enojo y es aquí cuando siento culpa, verdadera culpa por que hasta ahora pienso en que cabe la posibilidad que la despidan, claro que ella puede conseguir algo por su lado si es tan buena como dice, en fin, siento remordimiento.
