Retrouvailles

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- ¡Tae! - se escucho en un grito por toda la estación.

 - ¡Amelia! - ambos chicos caminaron un poco mas rápido y se abrazaron - te extrañe tanto amiga, sabia que algún día vendrías - soltaron ambos su abrazo.

- Te extrañe mucho también Tae, gracias por venir aquí, no sabes lo feliz que me haces - dijo muy emocionada.

- FLASHBACK (tres años atrás)-

- ¿Hijo estas listo? - gritaron desde la cocina.

- ¿Mama podrías explicarme de nuevo porque tengo que ir con ustedes a Latinoamerica?

- Taehyung  solo sera por las vacaciones, ya hablamos de esto, no insistas si, hazlo por tu padre.

- Te da igual que le tema a los aviones... - dijo haciendo puchero

- No dijiste eso cuando viajaste a Seul por ese concierto - el chico rodó los ojos y agacho su cabeza.

El y su familia abordaron un avión, el chico no hablo con ninguno de sus padres, se veía realmente molesto.

- Taehyung despierta estamos por llegar - el chico despertó y bajaron del avión.

- Madre porque, a esto le llamas vacaciones, ni siquiera podre disfrutar mi descanso, que aburrido.

- Basta, la familia es primero, no quiero escuchar ni una sola queja mas, oíste - lo regaño y el chico solo asintió mirando al suelo.

Salieron del aeropuerto y se dirigieron a casa de sus abuelos paternos, el joven jamas había conocido a nadie de la familia de su padres, ellos habían salido de Corea hace una 15 años cuando el apenas era un pequeño niño, era por eso que no quería estar ahí, no sentía una necesidad real de hacerlo.

La familia de sus abuelos tenia un almacén que traía productos de china, les iba bastante bien, uno de sus tíos lo invito a ir a la tienda y el de mala gana acepto, recordó el regaño de su madre...

- Vamos pequeño Taehyung, te encantara este lugar.

- Okey - dijo mostrando una sonrisa forzada.

El hombre llevo a Tae a la tienda le mostró todo el lugar y le contó un par de anécdotas, ninguna parecía sorprender al muchacho

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El hombre llevo a Tae a la tienda le mostró todo el lugar y le contó un par de anécdotas, ninguna parecía sorprender al muchacho.

- Nos falta uno aquí, ¿te sumas? - dijo el hombre con una cálida sonrisa.

- Enserio, claro que me gustaría pero podría arruinarlo... - dijo poniendo una sonrisa forzada nuevamente.

- No chico vamos, todos te ayudaremos, hablaras español en menos de lo que esperas - el chico asintió.

Así fue como comenzó a trabajar en la tienda de sus abuelos, no le gustaba mucho pero prefería eso que estar todo el día con sus padres y ser "controlado".

Ya llevaba dos semanas trabajando, si así le podríamos llamar, la mayoría del tiempo lo pasaba en la bodega, decía que estaba "organizando cosas" pero la verdad solo jugaba con su móvil o simplemente dormía.

Cada día a la hora que la tienda cerraba para que pudieran almorzar, Tae salia a recorrer el centro de la ciudad, había encontrado un lugar hermoso y muy cerca, era una plaza con una pequeña pileta, llevaba su comida y ahí se sentaba por una hora a observar pájaros y arboles florales que lo rodeaban.

Un día llego como lo hacia a diario se sentó a comer y de pronto escucho unos pasos de alguien que corría, los pasos se detuvieron y comenzó a escuchar un susurro, alguien estaba llorando, se volteo lentamente para ver que sucedía y vio a una castaña que tenia sus manos en la cara, por lo visto ella no había notado su presencia.

- Hola - dijo Tae, la chica levanto el rostro y si, estaba llorando, agacho nuevamente su rostro, tomo su bolsa que hace rato había tirado bruscamente en el suelo y se puso de pie dispuesta a irse - Hola - repitió Tae no le salían muchas palabras...

- ¿Que quieres tonto, déjame en paz? - dijo un poco molesta, se detuvo al percatarse de sus ojos rasgados.

- No llores, ¿necesitas ayuda? - le pregunto.

- ¿Ayuda? - dijo confundida - Eres chino, entiendo... - se acerco al chico - NO ME PASA NADA - dijo modulando y hablando un poco fuerte - el chico la observo y solo rió.

- No es necesario que grites, entiendo un poco y soy coreano - la chica rió avergonzada.

- En serio, wow ¿Que haces aquí?, si yo fuera coreana no estaría en este lugar, andaría por ahí corriendo tras algún idol coreano- su pena ya se había desvanecido.

- K-pop, que buen gusto - dijo sonriendole a la chica.

Pasaron toda la hora conversando de kpop, el le contaba sus experiencias en Corea y como era vivir allá, la chica estaba muy emocionada escuchando, jamas había conocido a un coreano.

- Debo irme al trabajo voy atrasado - dijo Tae.

- Oh si tranquilo, podríamos vernos aquí otro día si quieres - sonrió coqueta.

- Claro, vengo todos los días a esta hora, te esperare aquí mañana ¿Que dices?

- Me encantaría - dijo sonriendo - bueno adiós - el chico comenzó a alejarse del lugar pero antes de salir por completo del parque volteo, había olvidado preguntar el nombre de la chica, ella lo miro y noto su cara de curiosidad, y antes que el decidiera regresar para conocer el nombre ella grito.

- ¡Amelia! - el chico la miro riendo y un poco sorprendido, "es telepatía" pensó...

- ¡Lindo nombre, yo soy Taehyung! - grito desde lejos - ¡Adiós! - la chica agito su mano en señal de despedida.

Desde ese día ambos chicos comenzaron a verse a diario, después de una semana ya se consideraban amigo el uno del otro, salían de paseo juntos, iban a fiestas donde Amelia se encargaba de lucir a su nuevo mejor amigo, porque eso eran.

Tae estuvo dos meses en latinoamérica con sus padres, ese tiempo fue suficiente para que los dos chicos forjaran una hermosa amistad, Amelia prometió visitarlo en Corea, le contó sobre su plan de viajar, el quedo muy emocionado y fue sino después de esa noticia que el chico no se puso tan triste cuando tubo que volver a Corea.

Se volvieron tan cercanos que durante tres años jamas perdieron el contacto, mínimo hablaban una vez a la semana y aveces mas, cuando Amelia le contó a Tae que viajaría por fin a Corea, el salto de felicidad, se programo con ella y viajaría desde Daegu, su ciudad natal, para acompañarla durante su tiempo en Corea.

- FIN DEL FLASHBACK -

- ¿Entonces, desayunamos querida? - pregunto el chico con una hermosa sonrisa y con su corazón lleno de felicidad, tenia por fin a su mejor amiga devuelta, la necesitaba...



Extraño amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora