21.- ¿Dulce?

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Me encamine hasta la pequeña plaza, plantándome sobre aquella entrada tan grande y dudaba si entrar o simplemente irme a casa, pero no, mi intención de buscarla era segura, estaba dispuesta a encontrarla así perdiera la oportunidad de estudiar para el examen de cálculo.

Subí las escaleras eléctricas y me fascinaba bajarlas en sentido contrario, hasta que termine tropezando y cayendo al final de estas, mis rodillas ardían, una mano se posó frente a mi cara para brindarme ayuda, después de pensármelo, decidí tomar la mano de aquel chico pálido.

Mmmh, gracias.

— No es nada, para la próxima deja de ser tan torpe.

— ¡Oye!, ¿quien te crees tú, para hablarme así?

— ¿El chico que te ayudo de una burla segura?

— Pfff, como sea, nos vemos, no, no, mejor no.

— Nos veremos de nuevo cuando esos torpes pies vuelvan a hacer de las suyas.— Lo escuche gritar, no iba a detenerme por un tonto.

Tonto.~

Recorrí cada tienda de aquella plaza y nada, sólo chicos jugando videojuegos, chicas pintando bellos dibujos en sus cuadernos y una que otra pareja dándose besos en las bancas centrales.

El olor era espantoso en aquel lugar. Realmente asqueroso, ya esta por irme, iba con dirección a las escaleras eléctricas, si caerme era mi destino no intervendría en ello, ¡jamás dejare de jugar en las escaleras!
Pero otra vez el tonto vino a interrumpir.

Y ahora, ¿tú que quieres?

— He venido a vigilarte.

— Si bueno, nadie te lo pido. Ahora puedes irte.

— No quiero, ademas a nadie le gusta estar solo, me di cuenta que diste vueltas por todo el lugar y estabas sola, eso es triste.

— Y a ti quien te pidió... espera, ¿me estabas espiando?

— Digamos que una chica con mejillas rosadas y cabello castaño llama mucho la atención en un lugar como este. Debiste ver como todos te miraban.

— Oh vamos, tampoco es para tanto.

— Lo digo en serio.

— Si, como sea, ya me voy.— Me gire sobre mis talones, no pensaba escucharlo.

Solo recuérdame cómo el chico dulce.~

¡Vaya apodo!, hasta nunca chico dulce.


Y sí, nuevamente no había encontrado a mi bebé y eso me tenía tan decepcionada. No quería volver a la escuela sin encontrármela. Mucho menos presentar un examen al cual no prestaría ni la más mínima atención.
Era frustrante.

Sabor a cereza. 🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora