Pedro se encontraba sentado apoyado en la mesa frente a Samuel. Su esposa estaba junto a él. Los hermanos de Samuel estaban en la habitación, escuchando atentamente lo que el padre le decía a Sam.
-Bien, ahora que los ladrones se fueron creo que podríamos hablar un poco.
-Solo será una hora. Luego Alfonso dijo que volvería- dijo Samuel encogiéndose de hombros –No sé que más querría.
-Quiere saber qué harás. Y yo también- dijo Pedro firmemente –Creo que lo primero es cambiarte de universidad y luego ver que se puede hacer por tu departamento.
-No volveré al departamento. Ya viste lo fácil que fue violar la seguridad. No estoy seguro viviendo solo, y aquí les pongo en peligro a ustedes. Será mejor que desaparezca.
-Oh, Sam, mi Sam ¿Dónde iras? – dijo Miranda juntando sus manos –No hay lugar al que puedas ir sin que te persigan ahora, la voz se correrá y será difícil.
-Mamá, no voy a rendirme. He decidido estudiar desde casa y salir a la universidad solo cuando haya exámenes. Cambiaré universidad, eso no será problema. Solo quiero saber que se las arreglaran sin mi- dijo mirando a su padre –Te necesitan. No puedes esconderte en tu trabajo de nuevo.
-No lo haré. Ten- dijo dándole un teléfono –Nos mantendremos comunicados con eso. No hay manera de hacerle intervención. Me lo han dado los ladrones. Solo no llames por las tardes. El Señor Hunter, mi jefe, no lo ve muy bien.
-Deberías buscar un trabajo más tranquilo.
-Lo sé. Por ahora solo prométeme que seguirás cazando. Llévate mis armas, perfecciona. Algún día te será útil. No compres nada que puedas cazar. Nos mudaremos ni bien me den vacaciones a otra ciudad.
-Bien.
-¿Debo llevarte a algún lugar ahora?
-No hará falta- dijo Maria entrando por la puerta –¿Listo para irnos Samuel?
-¿A dónde?
-Debo presentarte a alguien. Junta tus cosas y vamos.
Samuel asintió. No había mucho que agregar a su mochila salvo por las armas. Se despidió de sus padres y sus hermanos y se fue con Maria.
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-Entonces un médium- dijo Samuel -¿Estás segura?
-Sí, muy segura. Y eres de aura Indiga. Fuiste un niño bastante especial.
-Sí, ya hacía esto cuando era niño. Desgraciadamente
-No exageres. No parece tan malo. Te va a gustar la orden. Allí hay un par de chicos de tu edad. Son algo locos. Se mudaran a una casa más grande pronto. Están fuera de la corte de los Milagros así que no vivirás aislado ¿Te gusta la gente?
-No.
-Bueno, estarás en contacto con mucha.
-Que mal.
Ambos llegaron a una residencia a las afueras de la ciudad y golpearon la puerta. La voz de un hombre magullo un "Ya voy" desde adentro y en cuanto abrió, Samuel se percató de que era un viejito
-Soy Blass, no viejito ¿ME OYES?
-¿No es usted el que va a la plaza y habla con las palomas?- Dijo Samuel estrechándole la mano.
-El mismo. Tú debes de ser Samuel. Te estábamos esperando. Y no, no voy a hacerte una canasta de bienvenida.
-Yo no dije eso.
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El poder esta en sus manos
Teen FictionSamuel era un estudiante de medicina destacado y todos le conocían allí aunque no era exactamente el típico chico popular. La mayoría decidía pasar de hablarle porque tenía fama de mal sujeto luego de que dejara casi inconsciente a uno del equipo d...