Capitulo 51-Ay...el embarazo.

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-Ya he terminado.

-¿Seguro?

-Si, creo que ha quedado mejor que la anterior.

Me levanto con cuidado de la cama y voy a mirarme al espejo. Le ha quedado fatal, y mira que le he explicado mil veces como se hace una trenza, pero al menos no está tan mal como la otra que me hizo antes.

Aquel día fuimos al médico, y es niña, estuvimos toda la consulta tanto Marco como yo llorando por la emoción.
Ha pasado un tiempo desde aquella, ya estoy de seis meses.

Hemos cambiado una habitación de invitados por la habitación de la pequeña, es la más cerca que está de la nuestra, la hemos llenado de peluches y juguetes. Sé que aún queda un poco, pero Marco lo quería poner ya todo.
Está emocionadísimo con lo de ser padre, está como un niño pequeño en la noche de Navidad.

Entra y al verme reflejada en el espejo sonríe tiernamente.

-No es por nada, pero el embarazo te sienta genial guapa-dice sonriendo abrazándome por la espalda.

-Eso es porque me quieres, porque en realidad estoy enorme, soy como una foca.

-No seas tonta anda, sabes perfectamente que no miento cuando te digo que estás guapísima-contesta dándome un beso en el hombro, me giro y lo veo sonriente-Pero mejor estarías sin la trenza esa tan mala que te he hecho.

Suelto una carcajada y me deshace el intento de trenza que me ha hecho en el pelo. Tira la gomilla por ahí y bajamos al salón a sentarnos en el sofá para ver algo en la tele. Aunque me da a mí que va a ser un partido de fútbol.

Y efectivamente, Valencia-Sevilla, que raro que en esta casa se vea el fútbol.

Me tumbo y pongo las piernas encima de las de Marco, voy a aprovechar y hacer un poco de papeleo en el portátil sobre la administración del bar. El pequeño Rome viene corriendo y se sube encima de mis piernas.

¡Ah, se me olvidó contaros! Tenemos un nuevo integrante en la familia Asensio-Vega, Rome, es un perrito super mono que adoptamos hace dos meses. Siempre he querido tener un perro y Marco también, así que aquí está la otra alegría de la casa.

-¡Eso es falta!

Levanto mi cabeza de la pantalla del portátil y veo a Marco fastidiado con el mando en la mano señalando la televisión. Erase una vez un hombre mallorquín que vivía solo y exclusivamente para ver y jugar fútbol.

-Corazón, dilo un poco más alto que no se ha enterado bien.

Marco me mira con el ceño fruncido y sonrío ampliamente. Es que no veas los gritos que mete con las faltas, penaltis y tarjetas. A este paso van a venir los vecinos preguntando si el partido es aquí o en Mestalla, porque con tanto grito...

Termino de hacer unos informes y dejo el portátil en la mesita, e intento descansar un poco ya que últimamente no duermo muy bien.
Termina la primera parte y Marco acerca su cara a mi barriga. Va a hablar con Tania, si Tania, hemos decidido que la pequeña se va a llamar así. Es un nombre que siempre me ha gustado mucho, y cuando se lo dije a Marco también le gustó, así que se va a llamar Tania.

Marco levanta un poco mi camiseta y pone su cabeza a escasos centímetros de mi barriga.

-Hola chiquitina, ¿Cómo está lo más bonito de esta casa? Para tu información estamos viendo un partido de fútbol, Valencia-Sevilla-dice Marco divertido y yo me empiezo a reír-Me encanta escuchar la risa de tu madre por cada tontería que hago o digo. Hoy le he hecho un caño al tío Isco, y me ha dado una colleja pero se la he devuelto.

-Marco coño, no le enseñes violencia a la niña.

-Y usted señorita no diga tacos-responde riendo guiñándome un ojo-Bueno Tania, como te iba contando, hoy también antes de venir a casa he ido a una juguetería y te he comprado un osito de peluche gigante y quería ponerle la camiseta del Madrid, pero tu madre me ha amenazado con echarme de casa, así que le he puesto una de la selección española, porque una del Barcelona tampoco quería ponerle porque no me sale de la punta de la...-sé lo que está a punto de decir y carraspeo con mi garganta para que ni se le ocurra soltarlo- de la punta de la nariz, ¿Que otra punta sino iba a ser?

-Es que eres un caso perdido.

-Bueno a lo que iba antes de que tu preciosa, guapa y encantadora madre me interrumpiera, que estoy impaciente porque nazcas y poder verte la carita, y de que crezcas y poder jugar juntos a lo que quieras. Pero espérate unos mesesitos más princesa, te quiero.

Baja la camiseta volviendo a ponerla en su sitio y acaricia a Rome mientras que me mira cariñoso.

-A ti también te quiero, no te pongas celosa.

-Mientras que la única persona de la cual me tenga que poner celosa sea mi hija, me da igual.

-No te preocupes que en mi vida llegaría a ponerte los cuernos con nadie-dice serio dejando de acariciar a Rome para acercarse a darme un beso-Te quiero guapa.

-Y yo a ti guapo.

Me muevo para apoyarme en él y ver la segunda parte del partido. Me abraza dejando una mano encima de mi barriga.
Es que cada día estoy más segura de que este hombre cuando nació tenía puesto en la cabeza "Hombre de la vida de Lexandra María Vega García", porque estoy enamoradísima de él. Es que aunque tenga defectos es perfecto. Todos los días se levanta antes que yo para hacerme el desayuno y ayudarme a bajar las escaleras para ir a la cocina, hace la comida porque estoy en la etapa de los olores fuertes y no aguanto, me ayuda a ponerme los zapatos porque no llego bien...y muchas más cosas que hace todos los días.

Giro mi cabeza para mirarle a los ojos y veo que está concentrado viendo el partido. Me vuelve loca el señorito empanado, con ese corte de pelo y esa barba imperfecta a la vez que perfecta que solo él sabe cómo hacerla. Y esos ojos oscuros que son capaces de mostrarme cualquier sentimiento real que pueda sentir.

-¡Penalti! ¡¿Cómo que no?! ¡Anda hombre!
Vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que estoy llorando.
-Lexa, ¿Tanto te ha afectado que no piten el penalti del Betis? Pero si tú eres del Barcelona.

-No es eso tonto-respondo quitándome las lágrimas-Es que pienso en la suerte porque la vida te puso en la mía.

-Que bonito...Yo también me siento afortunado al levantarme y verte dormir a mi lado Lexa, todos los días nada más abrir los ojos y verte, se me pone una sonrisa automáticamente.

-Jo que bonito eres, te quiero.

-Y yo a ti-responde cariñoso dándome un beso-Ya sé que soy bonito, es más, es que estoy buenísimo.

-Joder ya te has cargado todo el romanticismo Marco coño-digo enfadada separándome de él-Tú y tu puto ego.

-Ay... el embarazo definitivamente te altera las hormonas cariño, has pasado del amor al odio en un momento.

-Es que tienes un ego que te lo pisas.

-Lo sé, soy un dios griego que cuando te mira hago que mojes todo.

Y ya os podéis imaginar lo que pasó a continuación de esta frase...un guantazo en toda su mejilla.

Es parte de mi vida. Marco Asensio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora