《Capitulo 1》"La Tormenta y la Separación"

4.5K 459 22
                                    

En medio de la tormenta, dos pequeños cachorros se encontraban perdidos en un mundo que no comprendían. La lluvia caía a cántaros, empapando su pelaje y golpeando la tierra con fuerza. El viento aullaba, arrastrando ramas y hojas secas, mientras los truenos retumbaban en el cielo, como si el universo entero estuviera enfadado.

 El viento aullaba, arrastrando ramas y hojas secas, mientras los truenos retumbaban en el cielo, como si el universo entero estuviera enfadado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Uno de los cachorros, negro como la noche, temblaba de miedo. Sus ojos eran grandes, llenos de confusión, mientras se acurrucaba contra el otro, blanco como el día, que también estaba aterrorizado. No sabían cómo habían llegado a ese lugar ni quién los había dejado allí, pero sabían una cosa con certeza: no podían separarse. Algo en su interior les decía que, si lo hacían, algo muy malo sucedería.

De repente, un crujido lejano rompió el sonido de la tormenta. El sonido de hojas secas crujidas bajo pasos pesados. Los dos cachorros se quedaron inmóviles, con los ojos muy abiertos, mirando hacia la oscuridad. El aire se volvió más pesado, y el miedo se apoderó de ellos.

Antes de que pudieran reaccionar, un lobo gris tomó al cachorro blanco con su hocico, levantándolo del suelo. El lobo blanco gimió, agitando sus patitas sin poder escapar.

—¡No! —gritó, su voz llena de miedo.

El cachorro negro, con el corazón latiendo a mil, intentó desesperadamente alcanzarlo, pero sus garras no eran suficientes. Arañó el aire, intentando morder al lobo gris, pero este no lo miró siquiera, solo siguió su camino, llevando al lobo blanco lejos.

—¡Vuelve! ¡No lo lleves! —chilló el cachorro negro, pero su voz se perdió entre el rugir de la tormenta.

El lobo gris no se detuvo. El lobo blanco fue arrastrado hacia la oscuridad, y el pequeño cachorro negro quedó atrás, paralizado, viendo cómo su amigo se desvanecía.

Con el alma rota y el cuerpo tembloroso, el cachorro negro cayó al suelo, sintiendo una profunda tristeza. La tormenta seguía rugiendo, pero dentro de él, algo despertó: una chispa de determinación.

"Nunca más seré tan débil."

"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


《Herederos》KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora