Jeon Jungkook un lobo Alfa negro, hijo de la Luna y Park Jimin un lobo Omega blanco, hijo del Sol ambos representan la vida y la muerte.
Jimin tiene prohibido ir al lado norte pero que pasara cuando este encuentre a un lobo herido al otro lado de la...
Finalmente, 12 años habían pasado. Hoy, Jimin cumpliría 15 años y, con ello, llegaría el día en que se decidiría su futuro dentro de la manada. Se sabía que ese día se revelaría si sería Alfa, Omega o Beta. Todos esperaban que fuera un Alfa, pero para sorpresa de todos, el resultado fue distinto.
Jimin era un Omega, un hermoso lobo de melena blanca y ojos azules, que causaba suspiros entre los demás, especialmente entre los Alfas, atraídos por su dulce aroma a arándanos y margaritas. Aunque su naturaleza era tierna, amable y comprensiva, eso no lo hacía débil. De hecho, era uno de los lobos más fuertes y hábiles de la manada.
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La revelación sorprendió a muchos, que habían esperado que Jimin fuera un Alfa poderoso, pero hubo uno que no se sorprendió. Su amigo, Kim Taehyung, un Omega de pelaje marrón, había estado a su lado desde pequeños. Taehyung, sabiendo lo que Jimin siempre había sido, había esperado este resultado.
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Después de la ceremonia, Taehyung se acercó a Jimin, su expresión seria y cargada de preocupación. Había algo importante que necesitaba decirle.
— Jimin... ahora que sabemos que eres Omega, no puedes acercarte al norte. —dijo Taehyung, mirando a su amigo con seriedad.
— ¿Por qué? —respondió Jimin, curioso, sin entender.
— Jimin, ¿acaso no te enteraste? —Taehyung habló en tono bajo—. Hace dos años, el Lobo de la Muerte fue proclamado Alfa, y, recientemente, se nos ha informado que destruyó toda la manada de Este. El único sobreviviente es un lobo beta llamado Min Yoongi.
— Sí, pero ahora necesitamos mantenerlo encerrado. —Taehyung bajó la mirada—. El único deseo de Yoongi es vengarse del Lobo de la Muerte.
— ¿Puedo verlo? —Jimin estaba decidido a saber más sobre lo sucedido.
— Claro... pero ten cuidado. —Taehyung lo miró con una expresión grave.
Jimin asintió, transformándose en humano. Sabía que al cambiar su forma, su ropa se desgarraría, por lo que se apresuró a vestirse con ropa nueva. Una vez listo, se dirigió hacia la habitación donde Yoongi estaba recluido.
Toc, toc... La puerta se abrió lentamente.
— Hola... soy Jimin. —dijo tímidamente, sin estar seguro de qué esperar.
— Soy Yoongi. —respondió el lobo beta, con voz monótona y desganada.
— Sé lo que le pasó a tu manada... Me enteré hace poco. Si necesitas ayuda, puedes pedírmela. Al igual que tú, yo también quedé sin manada, pero logré integrarme aquí. Si quieres, puedes unirte a nosotros. —Jimin ofreció, nervioso, mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.
Yoongi levantó la mirada, y sus ojos parecían perderse en la nada.
— Eres el Lobo Blanco... El Lobo de la Muerte te busca. —dijo Yoongi, su voz llena de amargura y dolor—. Debemos matarlo.
— No hace falta más muerte, Yoongi. Además... ¿quién me busca? —respondió Jimin, con firmeza.
Yoongi apretó las manos en puños.
— No lo sé... pero lo que escuché es que el Lobo de la Muerte te busca, Lobo de la Vida. Si lo encuentras, estarás en problemas.
Jimin, aunque preocupado, intentó calmarlo.
— Yo sé cuidarme. Y dudo que el Lobo de la Muerte cruce la frontera. El sur y el norte nunca se han mezclado. —dijo Jimin con seguridad, aunque su mente estaba llena de dudas.
— Lo mismo pensé yo... —murmuró Yoongi, mirando al vacío con una expresión neutra
Jimin salió de la habitación, con la cabeza llena de pensamientos. ¿Por qué lo buscaban? ¿Qué había hecho mal? Nunca había querido causar daño a nadie. ¿O sí? Su mente se llenó de preguntas mientras se retiraba a su cuarto, reflexionando sobre las palabras de Yoongi.
