《Capitulo 11》Fraguando el Futuro

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Me desperté al día siguiente, con un poco más de fuerza, aunque el dolor seguía presente, punzante, especialmente en la parte baja de mi espalda. Pero al menos podía moverme con algo de normalidad. No era mucho, pero era un avance.

Salí de la cueva para ver cómo iba todo. Jin y Tae ya estaban trabajando, ayudando a los demás a construir casas provisionales. El campamento había crecido en las últimas horas, aunque la atmósfera seguía cargada de tristeza y cansancio. Los sobrevivientes estaban agotados, pero seguían luchando.

Me estaba acercando a la manada cuando, de repente, sentí un brazo rodearme, haciéndome girar rápidamente.

—¿Qué te pasa? —respondí, casi a la defensiva.

Era Yoongi.

—Jimin... —dijo, mirándome con cierta preocupación—. Deberías cuidarte más. Descansa un poco.

Su tono era suave, casi como si estuviera tratando de calmarme, pero no podía evitar sentirme incómodo

—No sé de qué hablas —contesté, apartándome de él con indiferencia.

Yoongi frunció el ceño, parecía querer decir algo más, pero justo en ese momento, Tae apareció de la nada, interrumpiendo la conversación como si fuera un corte de cuchillo.

—Min, no deberías estar aquí. Es una falta de respeto hablarle al lobo de la vida sin su consentimiento —dijo Tae, con una mirada fría que transmitía todo su desdén hacia Yoongi.

Yoongi lo miró con irritación.

—¿Acaso no sabes que no se deben interrumpir las conversaciones? —respondió, su tono ácido y desafiante.

Me quedé mirando a los dos, sin entender nada. La tensión era palpable, pero lo que más me molestaba era la falta de respuestas. ¿Qué estaba pasando entre ellos? ¿Por qué me sentía tan ajeno a todo esto?

—¡Pueden irse ya! —exclamé, perdiendo la paciencia—. No sé de qué hablan y, honestamente, no me importa. Lo único que importa ahora es que nos recuperemos y reclamemos lo que nos pertenece.

—Está bien... lo siento, bonito —dijo Yoongi con una sonrisa torcida antes de girarse y alejarse.

Bonito. Fue la palabra que usó. Bonito. Esa forma en que me habló, con esa extraña mezcla de ternura y burla, no me gustaba para nada. Pero no podía concentrarme en eso ahora. Había cosas más importantes en juego.

-Yo....Lo siento Jimin...yoongi a estado muy raro contigo y debo protegerte -Dijo tae

Tae se acercó a mí con una expresión preocupada.

—Yo... lo siento, Jimin. Yoongi ha estado raro contigo, y debo protegerte —dijo en voz baja, casi como si estuviera disculpándose.

Lo miré fijamente.

—Pienso lo mismo... pero solo lo de Yoongi —respondí, mi voz firme—. Yo puedo cuidar de mí mismo. No necesito una niñera.

Tae me observó por un momento, como si quisiera decir algo más, pero decidió callar. Sabía que no tenía sentido discutir conmigo en ese momento.

Con Jungkook

Jungkook estaba furioso, y su voz lo reflejaba con cada palabra. La tensión era palpable en el aire. Su furia había ido creciendo desde la última batalla, y ahora se desbordaba, llena de rabia y dolor.

—Quiero que toda la manada esté buscando a los del Sur y acaben con ellos. ¡AHORA! Es una orden —dijo Jungkook, su mirada fija y amenazante. Su aura se llenaba de oscuridad, algo que solo él podía generar con tal intensidad.

El resto de la manada lo miraba, pero ninguno se atrevía a cuestionarlo. Namjoon, como siempre, era el primero en responder con eficiencia.

—¡Ya lo escucharon, chicos! ¡A trabajar! —respondió Nam con tono firme, dirigiéndose a los demás. Pero sus ojos seguían a Jungkook, preocupados, como si algo estuviera fuera de lugar.

—¿Estás bien, Kook? —preguntó Namjoon, su voz llena de una inquietud sutil.

Jungkook no respondió de inmediato. En lugar de eso, dejó escapar una pequeña risa que no llegó a ser sincera.

—Mejor que nunca —dijo, girándose y comenzando a alejarse con una sonrisa ladeada que no correspondía con la oscuridad en sus ojos. La manada lo siguió, sin más preguntas, pero la sensación de inquietud seguía flotando en el aire.

《Herederos》KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora