Llegué dos minutos antes de la hora, toque la puerta principal.
Daniela abrió la puerta, traía una blusa amarilla puesta junto con un overol.
—llegas justo a tiempo—dijo con su típica sonrisa.
Efectivamente era la hora en la que había quedado de llegar.
«Si hubiera abierto la puerta inmediatamente en cuanto toque el timbre se hubieran respetado los dos minutos.»
Sacudí mis zapatos en la entrada y pasé, mientras Daniela cerraba la puerta detrás de mí.
—Buenos días Madre—.
—Buenos días hijo mío— dijo mientras cocinaba. Traía puesto un overol pantalón con una blusa rosa.
Tanto Daniela cómo ella se habían puesto de acuerdo.
Mientras que yo llevaba puesto un short negro con una playera blanca.
—Toma asiento Hermano, en lo que sirvo el jugo.
Me senté y por un momento pensé en los dos platos que se encontraban en la mesa cada mañana y cada noche.
Y fue su voz la que me despejo de mi mismo.
—Toma hijo, espero te guste—dijo mientras servía los platos en la mesa y Daniela colocaba una jarra de jugo de naranja y tres vasos.
Finalmente, terminamos de desayunar los tres.
Me levanté para recojer los platos y proceder a lavarlos.
Al terminar, me di la media vuelta y me encontre con el rostro de mi madre regalandome una sonrisa cálida, la cual me llenaba de gozo.
Extendía su brazo, dónde su mano sujetaba una gorra.
—Nosotras también usaremos una—dijo tan tranquila.—Sabes hijo, realmente me alegra que estés aquí. Me haces sentir completa.
La mire y sentí como mi corazón palpitaba. Ahí estaba la mujer de la que me había enamorado.
La que me hacía sentir una erección y más cada que la veía. La mujer que me hacía pecar.
—Gracias, madre.
Pero tenía que resistir, solo un poquito más, solo eso.
ESTÁS LEYENDO
El pecado de Marcus. #wattys2019
General Fiction¿Quien dice que incluso los hombres no se sienten traicionados por un sentimiento no recíproco? después de un tiempo Marcus regresa con un solo objetivo hacia la persona que más a amado, ante su querida madre. Descubre cual es su objetivo y el fina...