Por una decisión parte III

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Ha por cierto, abajo de la cama encontrara una canasta azul con las pertenencias del joven—dijo el doctor antes de cerrar la puerta para retirarse.

—Gracias.

Me senté en una silla que se encontraba a un lado de la cama en que él se encontraba acostado.

Me agache para buscar la canasta que me había dicho el doctor.

Toquetee para buscarla hasta sentirla, y la jale.

Me senté, la coloque en mis piernas y empecé a ver el contenido.

Estaba su ropa ensangrentada, sus llaves de la casa, unos lentes negros rotos, su cartera y su celular con la pantalla algo quebrada.

Tome su celular y coloque mi dedo por el sensor de huellas digital.

Pensando que quizás no se desbloquearia.

Pero lo hizo.

Entre en la parte de ajustes en la sección de seguridad y las únicas huellas registradas eran las de él y la mía.

Seguí registrando, hasta llegar a los mensajes.

Había uno que se encontraba en modo borrador, un mensaje que solo se escribio pero nunca se envió.

"Quisiera pensar que este mensaje te llegará, pero no lo hará porque si lo hiciera arruinaría tu momento....

Pero si tan solo todo hubiera sido como de costumbre, que me ibas a dejar lo más cerca de mi destino.
Si no hubieras marchado tan temprano.

Justo ahora necesito tu ayuda. Pero no...."

Era algo que había escrito antes de su accidente.

Lo miré fijamente.
Y me pregunte, ¿Porque necesitarías mi ayuda? ¿De dónde salió el auto con el que tuviste el accidente?

Sujete la orilla de la cama.
Me recargue un poco, baje la cabeza hacia él y de repente empezaron a brotar lágrimas de mis ojos.

Caían gota a gota, sin cesar.

—¡Maldita sea! ¡Maldita sea!, Si tan solo te hubiera dejado el carro o te hubiera ido a dejar como de costumbre o te hubiera ido a buscar, ¡Carajo! No estarías en esta situación.

Por mi decisión estás así.

Alce la cara, limpie las lágrimas de mis ojos y aclare un poco mi voz —No,  no, jamás tendría que haber tomado alguna decisión si no hubiera sido por ella.

—Ella, es la culpable, ella tiene la culpa.

Lo miré otra vez.

—Pero disculpala, ella no sabía que pasaría esto.
Yo arreglaré  todo, solo no te mueres.

Me levanté de la silla dónde me encontraba para dirijirme a la puerta.

—Vendre mañana, prometo traer esta vez la cena.

William fue la única persona que tuve a mi lado cuando la persona que más he amado me dió la espalda.

Él insistió en estar a mi lado incluso cuando yo no lo quería en mi vida, hasta que logró que lo aceptara, hasta el punto en que nos hiciéramos grandes amigos.

Él era importante, siempre lo supe, pero jamás se lo había reconocido hasta ahora.

Y es que incluso, en este momento, en esta situación , él me estaba alentando para llegar al punto final.

Como diría el entre murmullos "De una decisión nace otra"

El pecado de Marcus. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora