Una verdad oculta

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Así como me encontré contigo  también me encontré con William.

Cuando lo vi aquella vez pensé que sería la mejor opción para acercarme a ti.

Pero....

Bajo la mirada

Yo—dijo mientras se mordía el labio.

—Maldita sea Mariela ¿Tu qué?—grite alteradamente mientras me levantaba  de mi silla dando un golpe contra la mesa.

Me miró — Marcus, por favor tienes que seguir escuchandome— dijo en un tono suplicante.

Seguí de pie.

—Yo planeaba utilizar a William, pero ¿Sabes lo fiel que te es?

A él también lo invite a tomar un café

Al principio no quería pero le insistí y acepto.

Parecía que se undia en sus recuerdos, así que tome asiento nuevamente de mala gana.

—La verdad no demoramos mucho.

Le pregunte por tí.

Pero solo me miraba, ni siquiera tomaba su taza de café.

Así que de repente le pregunté que si me podía ayudar a ser amiga tuya.

En cuanto le pregunté eso comenzó a dar pequeños sorbos a su café y después simplemente dijo:

—Mariela, yo no te puedo ayudar. Lo siento.

El jamás dijo nada más que eso.

Cómo te dije en ese momento me pareció una buena opción, pero no conseguí nada.

Cuando el se paro de la mesa para irse le di una tarjeta con mi número telefónico.

La interrumpí.

—Tsk ¿Cómo para que le darías esa tarjeta?

—Bueno, pensé que quizás podía cambiar de opinión.

Remire los ojos.

Pero un día recibí una llamada de él.

Y logré escuchar algo que me preocupo.

No era la voz de él.

Era la voz de otra persona, un hombre que le decía que tenía que pagar con su vida, que se anduviera con cuidado porque la muerte estaba detrás de él.

Después de escuchar eso intenté llamarlo pero no lo hice porque pensé que quizá sería peligroso para él.

La verdad pensaba que esa llamada habia sido por accidente pero  fue a propósito.

Por qué al día siguiente sólo me mandó un mensaje diciéndome:

«no digas nada de lo que escuchaste»

Quizás William quería que alguien lo supiera.

Alguien que no fueras tú.

así que decidí guárdarmelo, además tampoco es que supiera cómo encontrarte y decírtelo,  nunca me volví a topar contigo.

Hasta que vi el accidente de William en el periódico, cuando vi la foto quede en shock.

—Lo pensé mucho para venir, tanto como para decirte lo que te acabo de decir.

Estoy segura que lo de William no fue un accidente.

—¿Que más sabes?

—Solo lo que te acabo de decir.

—Marcus ¿Enserio no sabías si estaba metido en algo?.

—No—dije mientras me ponía de pie listo para marcharme.

Había descubierto algo, que no podía dejar pasar.




El pecado de Marcus. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora