🌑🌑🌑
Si alguien me hubiera dicho esto,diría completamente que no,pero ahora mismo me siento demasiado bien para decir que no. Él no sale de mi mente,y eso me asusta,todo esto me asusta,su amor me asusta. ¿Y si el me cambia? De todas formas,es bonito cambiar.
¿O solo quiere pasar un tiempo? ¿O luego deshacer de mi?
Tengo tantas preguntas,pero me da miedo las respuestas. No quiero que se aproveche de mí,no quiero,no quiero esto.
Y como de nuevo,me arrepiento de esto.
Como siempre.
No quiero que me hagan daño,no más.
Puedo sentirlo dormir,a mi lado. Su respiración es relajante,posiblemente no se acuerde de ayer,o de que yo estoy aquí con él. Me levanto sigilosamente para que no despierta,aparto las sábanas de mis piernas,y con cuidado salgo de la cama.
Sólo vete ahí Ariel.
Rezo a dios para que no despierte.
Hades se revuelve en la cama,su pelo negro está revuelto,sus brazos abrazan la almohada,parece un ángel,pero no un ángel cualquiera,un ángel convertido en demonio. Un demonio demasiado hermoso.
—Mmm...
Mierda,mierda,mierda.
La voz de Hades alerta todos mis sentidos,busco mi teléfono por todo la habitación,nunca había echo tanto silencio en mi vida. Vuelvo a escuchar el gemido de despertar de Hades,Dios mío me va a pillar,busca tú maldito teléfono ya.
Lentamente miro debajo de mi almohada,y no está. ¿Pero..Qué?
Okey,Ariel,respira.
Busca debajo de su almohada,tan fácil y sencillo,sólo levántala despacio. Voy hacia el costado de Hades,lo miro,¿Como una persona puede ser tan adorable durmiendo? No lo sé. Miro por encima de el haber si está por ahí,pero no. Agarro la almohada de Hades,la levanto tan despacio que mi paciencia se agota.
Mi teléfono está ahí.
Cógelo,despacio y con paciencia Ariel.
—Veo qué estás buscando algo.—Su voz me hace sobresaltar,él se levanta hasta quedar sentando en la cama,sus ojos me miran demasiado atento.
Sólo una pregunta.
Por qué a mí.
—Yo...Estaba buscando mi teléfono.—Mis piernas se debilitan con tan sólo una mirada suya,—Y está justo debajo de tú almohada.
Baja su mirada hacia mis piernas,las recorre como si estuviera desnuda. Sabía esto,está haciendo que caiga en sus brazos,y volvamos a lo de siempre.
Sin decir nada más levanto la almohada y cojo mi móvil rápido. Recogo mi ropa del suelo,y voy hacia la puerta abriéndola,su voz me vuelve a interrumpir.
—¿Donde vas?
Cierro los ojos resoplando,vuelvo a cerrar la puerta.