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*Elián*

Empecé a reírme por su cara algo sonrojada.

-¿Te pongo nerviosa?

-Callate ya, Elián.-Mira a otro lado. Su nariz roja, mejillas y ojos irritados...

-¿Sabes? Llorando estas preciosa, ¿Pero riendote? Estas que lo flipas.-Sonreí al escuchar su hermosa risa.

Sus ojos se encontraron con los mios y junte su frente con la mia.

-Mucho mejor, Amber. Mucho mejor.-Cerró los ojos un instante para luego abrirlos y mirarme a los mios.

¿Que intentabas descifrar en mi, Amber?

Sus ojos con curiosidad y su respiración entrecortada, el maquillaje algo corrido y torpemente limpiado. Labios rojos y una pequeña sonrisa con los labios separados.

Esa era mi definición de perfecta.

Estábamos en silencio.

Parecía un concurso de "Quien pestañea antes".
Pero no, éramos nosotros. Nuestras miradas lo decían todo. Podía ver su dolor y al mismo tiempo calma en los ojos.

-Bésame.-Susurró. Me quedé totalmente desconcertado. Pero he escuchado perfectamente, rocé mi nariz con la suya .-Es...Espera...¿Lo dije en alt-Sin darle tiempo a acabar... Junté mis labios con los suyos.

Sonreí al ver que me seguía.

Era distinto, se movían despacio para sentir cada rincón de nuestras bocas. Sus manos subieron por mis brazos de forma lenta al igual que mis manos por sus piernas.
No iba a parar. 

Despacio me coloco encima de ella, entre sus piernas. Apoyé las manos en la cama, a cada lado de su cabeza, apretando los puños. Me estaba conteniendo bastante cada vez que la escuchaba ahogar un gemido en mi boca. Era demasiado roce.

Posa sus manos sobre mis puños.-No te contengas.-Susurra despacio.

-¿Que no me contenga? -Sonreí de lago.

-Estas temblando, vas a acabar muriendo.-Bromea sonriendo mientras se muerde el labio.-Elián puedo notar lo duro que estas.-Miro hacia abajo, un gran bulto estaba contra su entrepierna. Suspiré.

-¿Ves lo que me haces? No puedes decir que no me contenga.-La veo sonreír y pasa la mano cerca del borde del pantalón después de tocar mi pecho sobre la camisa.

-Tu gran dote, no es un secreto.-Su voz era ronca. Sonreí sobre sus labios.

-¿Mi gran dote?-En un movimiento me deja debajo para sentarse sobre mi miembro. Suspiré.-Te voy...

-¿A que?-Se empieza a mover despacio contra mi, haciendo que suelte un gemido. Me quedo completamente callado observando sus movimientos y apretándola contra mi.
Se inclina un poco, y estira el brazo hasta sacar una caja de preservativos de un cajón, sin dejar de moverse.

¿Como podía verse tan genial haciendo esos simples movimientos?

Saca una tira de condones y con los dientes abre uno despacio.

-Eres la primera chica que me hace algo así.-Estaba jadeando, al igual que ella.

Sonríe.-Callate, Elián.-Se quita el vestido.

Esto no es uno de los mil sueños que he tenido con ella. Esto es mucho mejor, más real, mas excitante, más...Salvaje.

Jodidamente salvaje.

Sabe como moverse y yo se como darla.

Pero...¿Mi gran dote? ¿Quien le ha dicho eso?

Siento sus besos más intensos y dejé la mente en blanco.

Sexo salvaje. Todo lo que necesitaba ella.

Elián #thedomains2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora