Sonrío como imbecil mirando al chico sentado en la mesa con un pastel de cumpleaños delante.
Había pasado ya un año desde que nos conocimos...Pero nada a cambiado en él, solo está más...¿Bueno?
-Estas viejo, deberías dejarme tirar 24 veces de tus orejas.-Le dije cuando ya todos tenían su trozo de pastel.
-Ni en tus mejores sueños, las tengo delicadas.-Me sonríe-Además...¿Viejo? ¿Yo? ¿Te recuerdo que vas a cumplir 18 dentro de una semana?
-¿Como rayos te acuerdas de mi cumpleaños?
-Facebook hace milagros.-Se ríe y yo junto a él.
Había pasado un año. Un mísero año y mis ganas por él iban aumentando cada día. Todos los días estaba mejor. Es insoportable... Pero aún más insoportable era que no podía ser nada más que una amiga...
Un año con su novia...
-Hola.-Sonríe Lorena después de besar a Elián. No tardé ni un segundo en mirar a otro lado.
Elián me había contado a todos los sitios que habían visitado con un brillo en sus ojos. Estaba realmente enamorado siempre que me hablaba de ella, era bastante fácil descifrar su amor hacia Lorena... Pero demasiado difícil identificar si se encontraba bien cuando algo le afectaba. Siempre sonreía.
Su estupida sonrisa.
Miré hacia ellos y sonreí antes de irme de ahí. Era feliz con ella, eso me bastaba a mi.
Miraba las estrellas desde mi patio hasta que empecé a tener compañía. Todos se habían ido... Dua vendría después de irse a ver a su abuela. Estábamos solos, podría disfrutar un poco de su presencia.
Le miré por el rabillo del ojo admirando su rostro, serio mirando las estrellas, siendo bañado por la ligera luz de mi patio.
¿Podía ser más perfecto?
-¿Has abierto mi regalo?-Me miró.
-Quiero guardármelo para el final.-Me sonríe.
Que sonrisa
Cerré los ojos intentando pensar en otra cosa, miré la oscuridad del resto de las vistas. Intentando no pensar en su brazo rozando el mío.
¿Cuantas veces soñé con él? Que me tuviera entre sus brazos en vez de ella...
Le miré girando la cabeza y sonreí. Era tan calmado. Estaba claro. Era un amor totalmente doloroso.
Me sonríe de lado matándome lentamente. Su brillo en los ojos despierta...Y temí que empezara a hablar de Lorena de nuevo.
-No te dije, pero te queda bien el pelo castaño-rubio.-Sonreí pasando las manos por mi pelo algo decolorado.
-Gracias... Pero me encanta el tuyo. Parece chocolate negro.-Me mira y ríe suavemente. Me muerdo el labio y miro a otro lado.-No hagas eso, idiota.
-¿Sonreír?-Lo vuelve a hacer y suspiro. Yo era tan obvia y él demasiado ciego...-Tengo muchas razones por las que sonreír.-Gira del todo su cuerpo para encararme.- Una de ellas eres tú.
-Sigue soñando, enano.
-Soñar es gratis, nenita.-Sonreí y me quedé mirándolo a los ojos. Sus manos suavemente cogieron ambos lados de mi cara.
Todo me daba vueltas. Trataba de relajar Mi respiración, mis ganas de besarle estaban invadiendo mi ser...Mi corazón latía demasiado fuerte al perderme en sus ojos.
A tan solo un paso... A tan solo centímetros...
y podía hacer lo que tanto había soñado. Podría besarle.
Mis labios estaban rozando los suyos. Me faltaba el aire...
Pero el timbre de mi casa interrumpió mi mundo.
Nos separamos rápidamente uno del otro.
Hacia frío.
-¡Voy!-Camino hacia la puerta tratando relajar mi respiración.
¿Por que hizo eso?
Lo odio.
