El destino se pasea juguetonamente (3era parte)

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  Desde el encuentro en el parque, los caminos de Josuke y Rohan seguían cruzándose para desgracia de ambos; camino a la escuela, en las compras, en el centro, todo era una coincidencia demasiado exacta, y ambos se dieron cuenta que realmente el mundo era diminuto, que podrían cruzarse en algún momento sin pedirlo o sin querer, todo giraba en torno a sus misteriosos cruces de caminos los cuáles se habían hecho tan comunes que ahora hasta se saludaban, un corto "Hola" que era respondido con un "¿Qué tal?", "Bien, gracias" era la respuesta para seguir sus caminos, pero la sensación de que debían decirse más cosas siempre quedaba, era si algo más allá del instinto les dictara ir donde esa persona y preguntarle sobre su día, por suerte lograban suprimir dicha necesidad, era algo banal y sin sentido, no tenían por qué darle la importancia que parecía merecer.

  Ahora Josuke estaba en camino a una florería, quería poder darle un regalo adecuado a su hermana el día de hoy, era su cumpleaños, había estado intentando adivinar que querría esa traviesa de Shizuka y finalmente logró captar que era, quería tener flores en su cuarto para poder olerlas cada día cuando despertara, hasta que se marchitaran. Tuvo que buscar en varios lugares hasta que encontró el lugar indicado, el cartel decía con letras doradas "Passione Flower Shop" dentro se veía gente y afuera también, eran los empleados.

-Buenos días- saludo con una sonrisa, captando la mirada del hombre de cabellos cortos y oscuros que ordenaba algunas macetas pequeñas, éste le devolvió el gesto con una sonrisa que se podría considerar hermosa, Josuke se sonrojo levemente ante eso.

-¿Qué estás buscando?- pregunto al notar aquella expresión tan inocente, no ocultaría que le dio ternura, también dejo a la vista su acento italiano.

-Pues...-

-¡Buccellati! ¡Giorno y Mista están de melosos en el almacén y Narancia esta tirando toda la tierra por toda la tienda!- se quejaba un hombre de 1,88 de altura, cabellos blancos, piel pálida y maquillaje; con maquillaje se hace referencia a que tenía los labios pintados de negro y algo de delineador en los ojos. Tenía una voz grave y cara de pocos amigos.

-Ay Dios... Por favor, pasa, deja que mi esposo te ayude yo mientras soluciono esos problemas- se disculpo con una sonrisa Buccellati, entrando al lugar regañando primero a la pareja de enamorados y luego ayudando a juntar el desastre de la tierra.

-¿Vas a pasar o estás esperando una invitación?- sentenció el hombre de cabellos blancos, mientras se ponía detrás del mostrador esperando por qué el chico dijera algo. Por su parte Josuke se vio realmente amenazado ante semejante aura, ese hombre no tenía ni dos dedos de paciencia .

-¡Eh! ¡Si! Quiero flores...- se dio un golpe en la frente al decir eso en una florería -lo siento, estoy nervioso... Ando buscando algún tipo de flor que tenga un aroma fuerte...- largo apenado, realmente se ponía nervioso enfrente de otros Alfas más con un olor tan fuerte como el que emanaba ése.

-¿Algún nombre en específico?- pregunto el hombre de apellido "Abbacchio" que se podía leer en su delantal.

-No tengo ni la más mínima idea, supuse que usted podría mostrarme algunas...-

-Tenemos lavandas, Jacintos, Gardenias, Nardos, Jazmínes, Azucenas...- y pronuncio una larga lista de flores que Josuke no alcanzo a procesar a tiempo, su cerebro estaba haciendo un corto circuito, literalmente.

-¡Abbacchio! No digas todo tan directamente, muestrale lo que tenemos...- decía riendo Buccellati, su sonrisa era tan tranquilizadora, Josuke volvió a sonrojarse levemente ante esa aura cálida y maternal que recubría a ese hombre, verlo era como ver a su madre. Pero Abbacchio mal interpreto todo y abrazo posesivamente a su pareja, dejando que el aire se llenase de unas densas feromonas hostiles que solamente hicieron retroceder al adolescente.

Camino destinado.Where stories live. Discover now