Camino destinado.

Luego de tantos años.

El día pintaba bastante bonito y no sólo eso, también pintaba fresco, el otoño se había hecho presente hace unas semanas y el clima se había visto cambiado por completo. La gente se veía con unos abrigos de más encima y los que tenían la temperatura del cuerpo baja ya estaban usando abrigos un poco más pesados. Aún no era la temporada de las gripes pero si era la época de los cafés y de chocolate caliente, eso alegraba mucho el ambiente en la casa donde Josuke vivía, también era fin de semana así que aún mejor.

-¡Niños! ¡El desayuno esta listo!- llamo Caesar mientras escuchaba los pasos apresurados de sus hijos, riendo ante eso.

-¡Llegamos!- saludo Josuke mientras tenía cargada a Shizuka en sus brazos y fue abrazado por detrás por Holly, su hermana mayor.

-Buenos días mis niños- Caesar saludo a los 3 con un beso en las mejillas para luego invitarlos a la mesa -Holly cariño ¿No sabes si mi nieto vendrá con los niños?- pregunto.

-Pues hable con Jotaro ayer y me dijo que ya estaban en camino, pasa que por ser un día festivo hoy, hay bastante tráfico así que no sé su hora exacta- afirmo la mujer con una sonrisa, luego del cumpleaños de Shizuka ella se había quedado a pasar un tiempo en casa de sus padres, mientras que Jotaro junto con su esposo y los niños habían vuelto para hacer unas cosas, de eso habían pasado unos meses ya.

  -¡Good morning guys!- saludo un alegre Joseph. 

-¡Good morning dad!- respondió Shizuka.

-Hola viejo- sonreía Josuke.

-¡Papi buen día!- saludo con una enorme sonrisa Holly. Los 5 estaban desayunando mientras hablaban de cualquier cosa que se les venía a la mente, siendo Shizuka quién contaba con emoción el hecho de sus nuevos amigos.

-¡Y también tengo una amiga que su madre es Omega como tú mamá!- decía con una enorme sonrisa -ella esta por tener un hermanito ahora, dice que el vientre de su mamá esta grandote, grandote- contaba alegre mientras hinchaba las mejillas imitando a alguien realmente inflado. -También me dijo que a ella le dijeron cosas feas como a mí, por eso la cambiaron de escuela- al decir eso miro sus pies que colgaban de la silla, recibió una caricia en el cabello, era Josuke que le sonreía.

-Hicieron bien, aunque a quienes deberían cambiar sería a esos mocosos y darles de golpes a sus padres por intolerantes- replico Joseph dando un sorbo a su café -¡Éste café japones es un asco!- se quejo.

-Es americano cariño- le respondió Caesar dando un sorbo a su infusión. Todos rieron ante eso.

-No sólo deje que mi hija mayor se case con un japones, sino que además me venden café americano que es asqueroso ¡Oh my god!- se quejaba exageradamente el hombre -¿Por qué te casaste con un japones? ¡Y encima un Alfa! Todos los Alfas son seres depravados e instintivos...- apretaba su puño delante de su cara recibiendo un almohadazo en la cara por parte de su hijo.

-Cállate viejo, yo no soy así, tú tampoco, aparte eres el primero en decir que debemos tratarnos como iguales y ahora estás insultando a los Alfas...- decía con cara de no entender el muchacho.

-Es diferente, ese desgraciado de Sadao es un Alfa repugnante, eso pasa, menos mal que te separaste de él hace mucho Holly y menos mal que no fuiste marcada por él, ahora no te entregaré a ningún hombre, quizás una mujer Alfa ¿Qué dices?- dijo con una enorme sonrisa mientras su oreja era tirada por su esposo.

-Deja a nuestra hija en paz grandisimo idiota, que ella elija con quién quiera estar a partir de ahora- le dijo para luego cruzarse de brazos, cuando estaban en familia todo era así.