De aquel incidente en la mansión habían pasado unas semanas, Jonathan se disculpo con Dio por básicamente todo lo que ocurrió y el enorme mal entendido, aunque desde ése día la rivalidad entre ambos era notoria, un ambiente tenso que lograba poner nervioso a Jojo sin importar si Dio estaba cerca o no, y para ser un Omega tenía un aura espeluznante que no encajaba para nada con el dulce aroma que desprendía de su cuerpo cuando sudaba o cuando estaba en celo; el que para variar se podía extender hasta su habitación a pesar de estar separados, para Jonathan era una tortura sentir ése dulce aroma y no poder hacer otra cosa más que dejarse llevar por sus más bajos instintos. Y a los pocos meses se acostumbro, todo dejo de ser algo pervertido para ser algo llevadero, el aroma dulce que se colaba en su cuarto como siempre le causaba una erección pero lo relajaba de manera tal que podía olfatearlo, cerrar los ojos e imaginarse en un campo de flores donde curiosamente, la flor más hermosa, era Dio.
¿Qué son los compañeros destinados? Esa pregunta le rondaba desde que el rubio había aparecido allí, invadiendo su espacio y poblando por completo sus pensamientos con su actitud pedante, con su voz sarcástica y burlesca, con sus hermosos y dorados cabellos, su piel blanca y sus ojos tan rojos como la pasión o el odio. Jonathan se preguntaba que eran los compañeros destinados, esos que sus almas estaban destinadas a encontrarse y amarse toda la vida, eran esas personas que sin conocerse de nada sabían que se pertenecían y querían complementarse para nunca dejarse ir. Él no comprendía tal complejidad por ser siempre un tanto distraído, pero si el compañero destinado existía ¿Cómo sabría que estaba frente a él? Las pocas personas que lograban encontrar a su destinado decían que era una sensación tan hermosa como desesperante, quieres todo de esa persona, quieres tenerlo sólo contigo, tu corazón late tan rápido que parece va a darte una taquicardia, tus sentidos se desorientan y tu pecho alberga un sentimiento de posesión y protección demasiado fuertes, tan fuertes que no puedes controlarlos. Otro sentimiento es durante el celo, dicen que si estas frente a tu destinado no puedes resistirte a su aroma, pero que a la vez, lo aprecias tanto que no quieres marcarlo a la fuerza, quieres que te añore tanto como tú lo haces con tu alma. Los Omegas muestran un ciclo irregular y al estar cerca de su Alfa sienten tantas emociones juntas que entran en celo sin darse cuenta, su cuerpo les muestra que allí esta el indicado, su único compañero destinado.
-¡Oye! ¡Te estoy hablando!- dijo un molesto Speedwagon para tirarle un lápiz al despistado Jojo que reacciono cuando la punta afilada le dio de lleno en la cabeza, se quejo y miro a su amigo que estaba cruzado de brazos -no sé donde tengas tu inmensa cabezota, pero escucha lo que te digo, no me preguntes algo si luego no vas a escucharme- dijo en un tono ofendido, él dando lo mejor de si para explicarse sin trabarse y ése pensando en que quién sabe que cosa. Bueno, quizás si sabía mejor que nadie en quién pensaba, hace unos meses que la razón por la cual Jonathan se distraía se había instalado en su casa, ése desgraciado de Dio Brando que no hacía otra cosa más que desagradarle un poco más cada día.
-¡Perdón! ¡Prometo no volver a hacerlo!- se quejo mientras se levantaba de su lugar.
-¡No lo hagas!- advirtió con el ceño fruncido Speedwagon.
-¿Qué no haga, qué?- le respondió juguetón Jojo acercándose.
-Detente Jonathan Joestar...-
-¡Abrazo!- dijo feliz tomando entre sus musculosos brazos el cuerpo de su amigo para levantarlo de la silla como si no pesara nada.
-Te dije que no lo hicieras...- dijo apenado, sus mejillas estaban rojas y la cicatriz que atravesaba su rostro estaba igual de colorada, intento apartarlo y sólo provoco que aquel contacto fue más fuerte, suspiro pesadamente y se rindió a dejarse abrazar. -¿Qué edad tienes?- le dijo con una risita mientras acariciaba los suaves y oscuros cabellos cabellos con sus manos. -Ya bájame mimado...- le pidió cuando la vergüenza era demasiada para él.
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Camino destinado.
RomanceEn un mundo donde las clases sociales son las que mueven el mundo, dejando a los más débiles de lado ¿Existen tales cosas como los compañeros destinados? Por supuesto que no, no existe tal cosa como el destino, solamente son casualidades, eso siempr...