La casa se había sumido en un silencio total, a pesar de que Okuyasu salió en la carrera para encontrar a su amigo no pudo alcanzarlo, a nivel físico Josuke era más rápido, más ágil y le fue imposible poder seguirle el rastro luego de perseguirlo por unos minutos, Jotaro no iría en su búsqueda, sabía mejor que nadie que lo que necesitaba ese muchacho sería estar sólo, aún así hizo aviso a sus padres sobre la situación, no quería preocupar a nadie, menos a sus abuelos que seguro ya estaban algo preocupados por el asunto de la tardanza, pasaba de un poco más del medio día. Caesar más que por el horario estaba preocupado por su hijo, toda la situación explicada no hizo más que hacerle doler el pecho, Josuke se había lastimado otra vez, ésto no era para nada bueno, pero cuando dijo que iría en su búsqueda fue detenido por su nieto, éste le dijo que no era necesario, que una vez Josuke ordenara sus pensamientos volvería por si sólo y era cierto, solamente necesitaba apartarse un poco y pensar bien las cosas.
Rohan por fin había decidido levantar la vista de sus rodillas, los síntomas de celo se habían ido pero aún sentía un tenue calor que lo invadía, la humedad de su lubricación pegajosa y molesta, apretó la mandíbula ante eso molesto, era un total dolor en el culo eso. Miro la foto de su familia y tomo el marco entre sus dedos, acaricio la misma como buscando una especie de consuelo que nunca llegaría, el pecho le dolía ¿Por qué? Ya no escuchaba nada debajo, seguro se habrían ido, eso significaba también...
-Que Josuke ya se fue...- el nombre de aquella persona salió con un deje de soledad, como si le hubiera quedado algo por concluir. ¿Existe el destino? ¿Realmente existen los compañeros destinados? Había escuchado cuando era pequeño que cuando tu destinado estaba lejos de ti el corazón te dolía, te sentías triste y enojado, que sentías ganas de salir corriendo a buscarlo, era una necesidad estar entre sus brazos, si todo aquello era cierto -maldito mocoso idiota... ¿Por qué tú?- chasqueo la lengua y se levanto de la cama, las piernas le temblaron levemente pero una vez se repuso se coloco una chaqueta y bajo a toda velocidad por la escalera alertando a Noriaki y Jotaro que estaban en la sala de estar.
-¿¡Rohan!? ¿¡A donde vas!?- se altero el pelirrojo dispuesto a detenerlo.
-Iré a buscar a ese maldito idiota y que me explique por qué demonios siento esta presión en el pecho, y más le conviene darme una buena explicación o se lo haré pagar- dicho eso cerro la puerta antes de ser detenido, el medicamento ya había hecho su efecto pero todavía debía andar con cuidado, pero la pregunta ahora era ¿Cómo lo encontraba? Y como si ahora los hilos del destino se movieran a su favor, el aroma a agua salada lo envolvió, el perfume de la madera le erizo toda la piel, era un aroma tenue pero si lo seguía seguro encontraría al dueño de dicho aroma. Y cada vez que se intensificaba, su corazón se aceleraba con más fuerza, cuando menos se dio cuenta comenzó a correr buscándolo, tenía un raro sentimiento de desesperación por no verlo por ningún lado, hasta que finalmente lo encontró, estaba echado bajo el árbol con una pierna levantada y el brazo descansando sobre ésta, se lo notaba sereno y con la mirada perdida en algún lado, por alguna razón Rohan no se atrevía a interrumpirlo, pero debía pasar esa barrera que los separaba para poder por fin darle una lógica a lo que sentía ahora mismo. -Josuke Joestar- lo llamo viendo el pequeño salto en el adolescente que se levanto rápidamente dispuesto a huir -si te vas te voy a perseguir y te voy a patear el trasero ¿Me oíste?-
-Es peligroso... Tu olor es muy fuerte todavía...- dijo mientras respiraba algo agitado, el aroma de la canela sinceramente lo mareaba, le hacía dar vueltas la cabeza y le revolvía los sentimientos.
-Creo que puedes resistir éste olor, es más importante lo que tengo que preguntarte- dijo mientras se acercaba más donde estaba Josuke, quedando frente a él -más te vale que me des una respuesta coherente o voy a golpearte- sentenció aquello frunciendo el ceño, chasqueo la lengua y encaro al adolescente -¿Crees en los compañeros destinados?- pregunto, se percato de sus palabras ¿Qué había dicho? No era eso lo que quería decir. -¡Digo! ¿Por qué demonios...-
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Camino destinado.
عاطفيةEn un mundo donde las clases sociales son las que mueven el mundo, dejando a los más débiles de lado ¿Existen tales cosas como los compañeros destinados? Por supuesto que no, no existe tal cosa como el destino, solamente son casualidades, eso siempr...