Capítulo 8

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Aristóteles le dio las flores a Temo y luego se dirigió a la mesa apartando una silla ofreciéndole a Temo para sentarse. -Gusta sentarse joven Temocles.

Temo se rió, camino a Aristóteles y tomo asiento. -Muchas gracias señor Aristocles.

Aristóteles se sentó al otro extremo de la mensa, encontrando una nota en la silla. La tomo, se sento y desdoblo la hoja. -Hola Aris, la tropa unidos te ha preparado la oportunidad perfecta para hablar sobre ya sabes que con Temo, así que más te vale aprovecharla, tengan una linda velada. Att: Unidos -Aristóteles se rió dejando la nota a un lado.

-¿Qué decía la nota?- pregunto Temo.

Aristóteles lo miro unos segundos. -Nada importante, solo que fueron los niños quienes prepararon todo esto. -respondió sonriendo. Tomo la copa alzandola. -Entonces desea compartir esto conmigo joven Temocles.

Temo imito el gesto de Aristóteles. -Contigo siempre Aristocles.

Durante la cena hablaron, rieron e incluso coquetearon, esto último más por parte de Aristóteles ya que le encantaba ver a Temo sonrojarse. Un rato después Aristóteles se levantó y puso algo de música de su celular, camino hasta Temo tendiendo su mano. -Le gustaría bailar conmigo.

-Claro. -Temo tomo su mano levantandose de su asiento. Aristóteles coloco sus manos en la cintura de Temo mientras este pasaba sus brazos por el cuello de Aris recargando su cabeza en su pecho. Bailaban al compas de la música, meciendose de un lado al otro, disfrutando el calor que irradiaba de ellos. Ese definitivamente era uno de los mejores días de su vida y aún les quedaba mucho tiempo para construir más recuerdos juntos.

En un momento Temo levantó la mirada viendo fijamente los ojos de Aristóteles. Sus rostros estaban tan cerca como en el salón de música en la escuela antes de que Yolo apareciera. Sus alientos se mezclaban, sus narices empezaron a rozarse, cerraron sus ojos de forma lenta, se acercaron lentamente al otro hasta juntar sus labios en un dulce beso, los movían suavemente degustando el sabor de estos. Se separaron solo unos centímetros para luego volver a darse otro. Ambos podían sentir sus corazones ir a mil por hora, en sus estómagos sentían mariposas y a su alrededor los colores permanecían aunque más brillantes que cualquier otro día.

Se separaron mirandose a los ojos, se dedicaban a ver la belleza del otro. Sonrieron al otro, Aristóteles apretó su agarre en la cintura de Temo sintiéndolo cerca, temiendo que todo eso fuera un sueño y volviera a despertar en su cruda realidad antes de conocer a su alma gemela. Temo se aferraba a su otra mitad, todo ese tiempo pensando en que no iba a aceptarlo, todo ese tiempo había estado equivocado y ahora lo sabía, Aristóteles lo amaba lo sentía en su corazón.

Se separaron, se miraban a los ojos, bien dicen que una mirada dice más que mil palabras, cada uno transmitían sus sentimientos a través de su mirada. Temo había dejado salir una lágrima, Aristóteles paso una de sus manos al rostro de Temo limpiando con su pulgar aquella lágrima solitaria.

-Me gustas mucho Temo, eres lo mas hermoso que se ha cruzado en mi vida, gracias a ti he visto lo lindo que se ve el mundo con todos sus colores, gracias a ti puedo sentirme capaz de amar. -Temo abrió la boca para hablar pero Aristóteles se lo impidió poniendo sus dedos sobre sus labios, dando a entender que aún no terminaba. -Desde que te conocí supe que serías una persona muy importante en mi vida y de verdad me alegro de que tu seas mi alma gemela, se que esto sera precipitado pero yo te amo, te amo con todo mi ser, de aquí hasta el fin de los tiempos, hasta el final del universo y de regreso. Te amo y nada más me haría más feliz si aceptas ser mi novio.

Temo miraba a Aristóteles, eso era lo más hermoso que le había dicho, significaba mucho para él y más cuando su alma gemela se lo decía. -Yo también te amo Ari, eres lo mejor en mi vida, amo que cada vez al verte mi mundo se ilumine mostrando sus colores. Te amo con cada uno de esos colores, con todos ellos. Amo el día en que te conocí, amo cada uno de los momentos que paso conmigo, ame el día de la feria y sobre todo amo cada vez que me cantas nuestra canción. Si, si quiero ser tu novio. -dijo Temo, Aristóteles lo abrazó y dio vueltas alzando a su novio unos centímetros del suelo. No tardo en volver a juntar sus labios amaba esos labios rosas desde que lo vio, esos labios de miel.

-Besame una y otra vez, labios de miel. -Cantó Aristóteles al separarse de Temo.

-Amo tus canciones.

-No tienes idea de cuanto me inspira el solo verte. -Temo se pego aún más al pecho de Aristóteles, el otro chico pego su rostro al cuello de Temo inalando su olor. -Me encantas.

Pasaron un rato más en el cuarto de la azotea hasta que decidieron bajar al apartamento de Aristóteles, una vez ahí fueron a su cuarto, se acostaron en la cama quitandose los zapatos. Estaban frente a frente intercambiando besos, al poco tiempo se quedaron dormidos abrazandose como el día del hotel, solos los dos en su burbuja de felicidad que nadie rompería, Aristóteles había jurado luchar por lo que sentía y así lo haría, no le importa a quién tendría que enfrentarse, él lucharía por su vida y la de su amado.

Polita llego media hora después, había salido a comprar algo con Eduardo y Arquímedes, amaba que su alma le diera otra oportunidad. Dejo a Arquímedes en su cama, despues de haberle puesto su pijama. Fue a revisar a su hijo mayor, vaya sorpresa se llevó al ver a ambos jovenes dormidos. Sonrió feliz por su hijo, se merecía estar con Temo. Agarro una sabana tapando a ambos. Salio de la habitación y tomo su celular llamando al padre de Temo habían intercambiando números cuando sus hijos habían desaparecido.

Pol: Hola Pancho.

Pan: Hola Polita ¿Qué pasó?

Solo quería llamarte para pedirte permiso para que Temo se quedara, ya se quedaron bien dormidos.

Ay, esta bien pues, mañana paso por mi Temo.

Gracias, Pancho descansa.

Igualmente amigocha.

Polita colgo, volvió al cuarto de Aristóteles tomando una foto a los chicos. -Se que a Aris le va a gustar la foto. -cerro la puerta y fue a su habitación, con el solo pensamiento que su hijo ahora era feliz de nuevo.

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Hola chicos, se que me tarde un poco, pero es que la creatividad parecía que se había ido de vacaciones porque no se me ocurría nada. Eso ya ni importa porque ya esta el capítulo, espero les haya gustado. Hasta la próxima byebye.

Un mundo de ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora