Prólogo

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Aristóteles de 9 años jugaba con sus juguetes, miraba a su madre y su tía Blanca preparar la comida. A él le daba curiosidad saber porque no podía ver más colores, todos sus compañeros de la escuela se burlanan por no distinguir más de cinco insignificantes colores. -Mami, ¿porque no puedo ver los mismos colores que los niños de mi escuela?

Su madre miro a Blanca. Ambas dejaron de hacer lo que hacian y se sentaron con él. -Aris todos encontramos nuestros colores de diferente forma.

-Unos más rápido que otros, pero mira te vamos a decir algo. -dijo su tía Blanca. -Cuando crezcas encontrarás a una persona que te de todos los colores que te falten, esa persona es tu alma gemela y siempre va a estar ahí para ti.

-¿Porque no la puedo conocer ahora?- pregunto el pequeño frustrado.

-Porque hay veces en que esa persona no esta aquí, pero ten paciencia mi niño a todos nos llega esa persona te lo prometo.

Entonces apareció su abuela Imelda, había escuchado toda la conversación y se sentó junto a ellos. -Pero hijo hay veces en que cuando esa persona deja de amarte o se va de este mundo, entonces tus colores se vuelven opacos, sin brillo.

-Mamasuegra no diga eso. -intervino Blanca. -Cuando el amor es verdadero los colores prevalecen.

-Pero aún así es bueno saberlo. -dijo Imelda entonces miro a su nieto. -Aristóteles ya veras que tu encontraras a una niña muy bonita y te dara todos tus colores.

-Abuelita, pero hay personas que encontraron sus colores con...

-Ni te trevas a decir eso- grito Imelda asustando a Aristóteles. -Esas personas son lo peor del Mundo, esas personas tan inmorales que llaman a esa atrocidad amor estan más que equivocadas.

Imelda se levantó y se fue furiosa, Aristóteles se quedo con la cabeza agachada mirando el mantel. -Ahorita vengo cuñis.

Polita tomo a su hijo, fueron a su apartamento. Se sentó con él en la sala, estaba segura de que Audifaz no se encontraba cerca. -Mi Aris, no importa lo que dijo tu abuela. -Aristóteles subió la mirada viendo a su madre. -Tu puedes amar a quien tu quieras.

-Pero mi abuela...

-Aris, es tu vida no la de tu abuela, tu decides a quien amar. -Polita abrazo a Aristóteles y este se recargo en el calor que desprendía. -Hijo promete me que sin importar que vas a luchar por lo que tu sientes, por la persona que llene tu mundo de colores.

-Lo prometo mamá. Luchare por mi mundo de colores.

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Hola he vuelto con otra historia, espero que les guste el concepto de esta.
Entonces comenten o hagan sus sugerencias que serán tomadas en cuenta.

Ahora los colores que ve Aristóteles son:

El amarillo: que es el que le dio su madre y el significado que le da es la felicidad.

El naranja: este se lo dio audifaz y es la admiración que siente por el o sentia ;3

El cafe: se lo dio su tio Eugenio por lo trabajador que es.

El morado: Imelda que demuestra la autoridad que tiene sobre la familia.

Y el rosa: que se lo da su tía Blanca y sus primas por la amabilidad que ellas poseen.

Y bueno a lo largo de la historia llegaran más colores a la vida de Aris.

Byebye.

Un mundo de ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora