Diego estaba ahora en la habitación de Temo, el chico estaba sentado mientras tomaba la mano de su mejor amigo, amigo. Diego no podía quitarse de la mente la imagen de Aristóteles dormido mientras sostenía la mano de Temo. "Es el novio de Temo, bueno su alma gemela". Recordó las palabras de Pancho con frustración. -Yo aún tenía la esperanza de que tu fueras mis colores Temo, ahora me doy cuenta que de verdad no eres para mi.- decía triste. -No es justo Temo, no lo es.
Unos minutos después llego Pancho diciendo que era hora de irse, se despidió y fue tras él. Llegaron a la casa, Susana y los niños los recibieron felices de verlos, Diego dejo su equipaje en la habitación de Temo, se mordió el labio inferior al ver en la mesa de noche una foto en la que estaba Aristóteles cargando a Temo en su espalda, ambos con enormes sonrisas. Parecían estar en un día de campo, detras de ellos se podía ver un lago.
Susana entro a la habitación, se sintió triste al ver a Diego apreciar la foto, esa foto la había tomado ella. Ese día toda la familia Córcega había ido a un día de campo para conocerse mejor. -Diego, ¿estas bien?
-Pues, supongo. No lo se, estoy dolido. Temo nunca mencionó... yo aún quería...
Susana se sentó en la cama junto a Diego. -Lo se, pero las cosas no siempre suceden como queremos. -Diego no dijo nada, entonces Susana lo abrazó dejándolo sacar su dolor.
Aristóteles iba llegando al edificio, no podía dejar de pensar en ese chico Diego, ¿Porqué Temo no le contó sobre él?, además de que noto algo de molestia en él después de despedirse de su novio. Cuando paso por la panadería escucho la voz de su madre llamandolo.
-¿Qué pasó ma?- pregunto entrando a la panadería.
-Es que quería avisarte que tu tía Blanca nos invitó a cenar. -dijo Polita a lo cual Aristóteles hizo una mueca, había sido un tanto grosero con su familia tras el accidente de Temo, le daba vergüenza verlos después de comportarse así. Polita noto que su hijo se sentía incomodo ante la idea. -Hijo, no te preocupes. Ellos entenderan que no estabas bien y que tu comportamiento no era adrede.
-Eso espero, gracias ma. -dijo con una sonrisa. Se despidió de su madre y subió a su casa para ir por su teclado, salió para sentarse en las escaleras, se recargo en el barandal. Toco suavemente las teclas de acuerdo a la melodía de su nueva canción, recordó cuando Temo y él se sentaban ahí para hablar. No sabía cuanto tiempo había pasado ahí tocando la misma melodía una y otra vez.
-ris... Aris. -levantó la mirada viendo a Yolo. -Hasta que me haces caso, llevo cinco minutos hablandote, ya vamos a cenar.
-Lo siento. -bajaron las escaleras, Aristóteles dejo su teclado en un sillon para ir a sentarse. La cena transcurrió tranquila, Aristóteles tocaba su teclado pues sus primos se lo habían pedido.
-Oye Aris, ¿Cómo sigue Temo?- pregunto su prima Linda haciendo que dejara de tocar. -Lo siento, no debí preguntar.
-No, esta bien. Pues sus heridas estan rápido sanando, pero aun no da señales de despertar. -dijo mirando su teclado. -Por cierto, los hermanos mayores de Temo vinieron de visita, se ve que son buenas personas.
-Tiene más hermanos. -dijo impresionada Julieta.
-Si, son tres solo que ya son mayores.
La platica iba realmente amena, Aristóteles mencionó que estaba esperando a que Temo despertara para cantarle su nueva canción. Entonces Imelda entro a la conversación.
-Oye hijo, ¿porque no aprovechas esta oportunidad para buscar a una niña que te haga feliz?- dijo Imelda. -No puedes estar esperando toda la vida a que ese niño despierte, además si encuentras a una buena muchacha regresarías al camino del bien.
Tras ese comentario el ambiente se volvió frío, Audifaz miro a su hijo, su expresión alegre cambio a una enojada.
-Pero que dices abuela, creí que ya lo habías entendido, no voy a dejar a Temo, yo lo amo. -dijo con rabia mientras se levantaba.
-Aristóteles que no te das cuenta que ese accidente fue un castigo por su conducta inmoral. Yo solo estoy diciendo esto por tu bien.- dijo Imelda justificandose. -No quiero que Dios te castigue a ti.
-No madre. -intervino Audifaz sorprendiendo a todos, entonces miro a su hijo con culpa. -Aristóteles lo siento. Lamento no haberte dicho antes esto... fue mi culpa que tu novio este en coma. No miraba por donde iba por lo que no vi el auto y fue Cuauhtémoc el que me empujó lejos de la calle. Yo soy el que debería estar en su lugar.
Aristóteles miro a su padre con atención, Temo había salvado a su padre pese a todas cosas horribles que había hecho. "Ari, no puedes odiar a tu papá, el fue educado de manera diferente. Ya veras que pronto va a aceptarte, es más yo te voy a ayudar, lo prometo" pensó en lo que dijo Temo dos semanas atrás. De pronto Aristóteles se sintió mareado, su teclado cayó en el suelo, sus piernas no tenían fuerza y cayó de rodilla.
-¡Aris!- llamaron alarmados todos en su familia.
Aristóteles miraba a todos lados, era como el día en que Temo tuvo el accidente, todo estaba opaco. -¡No, no, no! -Aristóteles se levantó de golpe, corrió al hospital lo más rápido que pudo. Su hermano y su madre iban tras el tratando de alcanzarlo. Llegó al hospital y sin previó avisó entro a la habitación de Temo, pudo ver a los médicos haciendo lo posible por devolver su pulso. "Esto no esta pasando" pensó -¡Temo!- gritó desesperado.
-¿Qué estas haciendo aquí?, no puedes entrar. -dijo una enfermera mientras lo sacaba con ayuda de otra.
-¡No, por favor! ¡No! ¡No!-gritaba tratando de zafarse. -¡Temo! ¡Temo! ¡No me dejes!
Aristóteles logró zafarse del agarré pero enseguida fue detenido por unos brazos más fuertes, al voltearse vio a Robert y Neto arrastrandolo fuera de la habitación. -Aristóteles no puedes estar aquí.
-¡No me importa!- gritaba luchando contra la fuerza de ambos aún cuando sabía que era imposible. Lo llevaron a la sala de espera. -¡Temo! ¡Temo!
-Aristóteles tranquilizate. -dijo Neto abrazando a su hermano contra su pecho, pero era imposible.
-Polita, tengo que ponerle un traquilizante. -dijo Robert. Polita miraba a su hijo, entonces miro a Robert asintiendo.
-Neto sujeta su brazo izquierdo que no lo mueva. -dijo Robert mientras una enfermera le daba una jeringa. Aristóteles seguía gritando pidiendo ver a Temo, Robert le inyectó el tranquilizante entonces de chico dejo de luchar poco a poco.
-Temo, Temo. -murmuraba sintiéndo sus ojos pesados. -No me dejes, no te vayas...
Se dejo vencer, Neto lo recosto en el sillon con la cabeza en el regazo de Polita. Pancho llegó con los tres hermanos de Temo, Axel les había avisado al ver a Robert y Polita. Ahora solo podían esperar noticias.
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Holi :3, ¿Qué les pareció el capítulo?
Espero les haya gustado, dejen sus comentarios y sugerencias o teorías bueno hasta el próximo capítulo.
Bye bye.
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Un mundo de Colores
FanfictionCuando se nace los colores se ven a escala a grises, todo blanco y negro. A lo largo de tu vida las personas que conoces y significan mucho para ti, te dan sus colores segun tu interpretación de ellos. Cuando conoces a tu alma gemela, tu mundo se ll...