Niñera [Khea]

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*Dos meses después*

- ¡Melina!- Felipe abrazó mi cintura emocionado mientras yo cargaba a Thiago.

Khea estaba de pie en la puerta pero traté de ignorarlo.

- ¿Porqué no me has ido a visitar?- preguntó Felipe con un puchero mientras nos sentabamos en el sofá.

- Últimamente he estado un poco ocupada- dije y el miró a Thiago- ¿Quieres sostenerlo?- Felipe me miró y asintió.

Coloqué delicadamente a mi hijo en sus brazos que hizo el intento de sonreír.

- Voy a traerle su biberón ya vengo- me levanté y caminé hacía la cocina empecé a prepararle la leche a Thiago hasta que sentí sus frías manos en mi cintura y su respiración en mi cuello.

- Te extraño demasiado Meli- me separé alejandome hasta el otro lado de la mesada.

- Khea sabes que yo..no estoy lis..

- ¿No estás lista o ya te acostaste con el enfermero ese?- soltó de manera brusca y lo miré indignada.

- ¿Así como tú te acostaste con esa...chica cuándo tuviste oportunidad?- mis ojos estaban cristalizados, el pareció entender sus palabras y empezó a negar.

- Sabes que lo que pasó entre nosotros fue diferente yo..

- ¡No es diferente! ¡Es muchísimo peor! Estuve esperándote todas las noches, estuve soñando, ilusionandome con hacer una familia contigo ¡¿dónde estabas?! ¿Y ahora..tienes el puto descaro de tratar de hacerme sentir culpable? Entérate que no es tu maldito problema si me acuesto con Nicolás o no, nada de eso te incumbe y si tanto quieres saber la verdad no, no me he acostado con él porque en el fondo tenía una mínima esperanza de qué me dijeras que habías cambiado por mi, o por Thiago- cerré los ojos tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir- Y..discúlpame por tratar de al fin ser feliz..ahora vete, no quiero verte, no quiero escucharte no quiero saber absolutamente nada de ti- dije y el salió en silencio de allí oí la puerta de la entrada azotarse con fuerza y respiré profundo tranquilizandome.

(...)

- ¿Ya te sientes mejor?- preguntó Felipe tirado junto a mí mientras jugaba con su transformer.

Sabía que se refería a mi cáncer de pulmón y aunque quisiera decirle que todo estaba excelente, que estaba mejorando que el cáncer se había disuelto por completo y estaría siempre para él.

Mentiría.

Porque nada estaba bien conmigo, mi pulmón había sufrido una recaída, lo que provacaba que muchas veces tuviera difucultad para respirar, aveces me daban ataques de tos, estaba perdiendo peso involuntariamente y había empezado a tener demasiada fatiga.

- Mejor..los doctores dicen que ya casi estoy mejor- dije y Felipe sonrió feliz.

- ¿Ya no quieres a mi hermano?

- Es..es difícil- dije poniéndome seria.

- Nicolás no me gusta es muy amargado- dijo haciendo un puchero y reí, todo había comenzado porque Nicolás no quería que Felipe comiera helado en la cama.

- Era muy tarde para que comieras helado- dije y el se levantó quedando sentado frente a mí.

- ¿Te gusta Nicolás?

- Es hora de dormir enano.

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