~ 5 ~

346 31 27
                                    

- Hola!- sonrío coqueto - A dónde vas tan tarde? Te pueden robar!- dijo acercándose a él

- Está bien?!- preguntó nervioso y aturdido por la cercanía - Señorito Cho...

- Shh...- le puso el dedo sobre los labios - No digas nada, solo bésame, así como lo hiciste la otra noche... bésame...

- Señorito...- lo miro embobado mientras hacía lo que le pedía- Me gustan tanto sus labios...- suspiró antes de entregarse por completo al beso.

"Siempre es lo mismo" pensó Siwon, cuando tenía enfrente a ese bonito doncel no podía contenerse, desde la primera vez en que lo vio se quedó cautivado por su belleza y elegancia. Todo en él era Perfecto, hasta sus pies, lo supo cuando él mismo se encargó de quitarle los zapatos para ponerle aquellos que había ido a comprarse a la tienda en que trabajaba.

Después el Señorito Cho, se había presentado constantemente en la tienda, suponía que tenía casi todos los pares de zapatos que ahí se vendían, porque siempre que iba se tardaba mucho en elegir y de paso platicaba con el, eran pequeñas charlas que le hacían sentir estupido, porque siempre se perdía en la belleza del Señorito Cho y este tenia que repetirle las cosas, a pesar de esto el bello doncel siempre le sonreía y volvía al día siguiente, ahora, casi diez meses después del primer encuentro el seguía mirándolo completamente cautivado por su belleza.

Fue en algún punto de ese tiempo que su relación cambió, él había dejado de ser él vendedor de zapatos y habían comenzado a salir a caminar por el parque, ha tener largas platicas sentados en una banca frente al lago, a comer en los puestos cercanos al lugar, algo que le sorprendió mucho, siendo que el Señoríto Cho era adinerado y muy fino, pero eso no lo detuvo de comer en los puestos ambulantes y él no podía evitar sentirse afortunado y feliz, a pesar de que era consciente de lo difícil, por no decir imposible, que sería tener una relación con el menor de los hermanos Cho.

Cho Heechul era adinerado, bellísimo y agradable, muy bonito y elegante, se veía bastante joven a pesar de estar en sus 35 años, pero a Choi Siwon la edad no le importaba, eran otras cosas las que lo hacían sentir inseguro sobre su relación. Hee, cómo le llamaba cuando estaban solos, tenía todo lo que deseaba, él no tenía nada que ofrecerle más que su amor incondicional, porque era un pobre chico de 28 años que apenas iba a terminar la universidad después de haber batallado durante muchos años para pagársela. Y para rematar, cómo si ser un vendedor de zapatos y estar a punto de graduarse como contador, no era suficiente, le podía agregar ser huérfano y haber vivido durante la mitad de su vida en el orfanato.

Pensar en su vida cuando miraba a Heechul le hacía sentirse triste, porque amaba a ese doncel, pero no podía decírselo, No tenía nada que ofrecerle. Tendría que esforzarse mucho para conseguir un buen empleo y así comenzar a ganar dinero y ahorrar lo suficiente para, en un futuro no muy lejano, presentarse ante la familia Cho y pedir la mano de Hee...

Tal vez iba demasiado rápido, pero no podía imaginar sentir por alguien todo lo que sentía por Heechul. Nunca lo había sentido y estaba seguro, que su corazón solo le iba a pertenecer a una persona y que esa persona era Hee.

- En que piensas?!....- después de aparecerse a la salida del trabajo, subió al menor a su auto y lo llevó a ese lugar, quería estar a solas con el- Te Estás arrepintiendo de venir conmigo?

- Por supuesto que no!- aseguro de inmediato - Jamás me arrepentiría de hacer algo con usted señorito

- Cuántas veces te he dicho que no me llames así...

- Lo siento...- dijo tímido - Hee...- susurró dulcemente

- Así está mejor- sonrío complacido - Me gusta el tono de tu voz, es tan reconfortante y sincero...es una de las muchas cosas que me gustan de ti...- sonrío mientras le acariciaba la mejilla- Me gusta estar aquí contigo...

 Señor Park... Me Gusta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora