Capítulo 14

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El castaño despertó con la necesidad de orinar, volteó a ver a su amada ______ dormida, así que con cuidado se levantó de la cama y se dirigió al baño. U cuando tomo si falo se dio cuenta de que había un poco de sangre en el. Trató de guardar la calma, de no ir y pedirle perdón a ______ por lastimarla. Recordó todo lo que Sousuke le había explicado y también lo que ella le comentó, se calmó un poco e hizo lo que tenía que hacer.
La chica se levantó tallándose los ojos y dándose cuenta de que Makoto no estaba, se asustó un poco pero fue razonable pensando que fue al baño. Buscó su ropa interior inferior y tomó una camisa del castaño, no se la abrochó simplemente se la sobrepuso, bajó las escaleras y se dio cuenta de que el correo estaba en el piso.

Cuando Makoto se dispuso a bajar, al pisar los últimos escalones, vio a _____ que estaba recogiendo unos papeles del piso, dejando ver sus curvas traseras con aquella ropa interior de color negro y que llevaba si camisa. El muchacho empezó a sentir como su erección volvía a crecer, se acercó a _____, abrazándola por la espalda, poniendo una mano sobre su intimidad cubierta por la ropa interior, con la otra metió su mano a la camisa desabrochada y con delicadeza masajeó uno de sus senos; Makoto estaba completamente desnudo así que empezó a frotar su falo entre los glúteos de la chica. Con la mano posada en su feminidad comenzó a estimularla, sintiendo como la humedad atravesaba su ropa y acto seguido movió la misma abriendo paso para sus dedos; la chica comenzó a emitir leves gemidos que volvían más duro a Makoto. Ella volteó hacia el castaño y vio su fuerte erección, pensó un momento en sí hacerlo o no, pero el muchacho tenía otros planes.
Cargó a _____ poniendo una pierna a cada costado, así como cuando la lleva después del trabajo. Makoto la pegó contra la pared delicadamente mientras la chica se sostenía del cuello de su novio para no caer pero perfectamente sabía que él no dejaría que pasara eso. Con una mano, Makoto movió la ropa interior para dejar a la vista su fruto y darse camino para penetrarla. Con la misma mano posicionó su erección y de una sola estocada entró en ella haciendo gemir fuertemente a su chica. Cosa que le encantó, sus estocadas eran algo moderadas, tampoco la quería lastimar pero lo que ella estaba a punto de decir desataría su bestia interior.
-M-Makoto… Ahg… T-toda.- Entre gemidos le pidió a su chico y este le cumplió su deseo. Makoto pasó sus manos por la espalda de la chica para que finalmente quedaran en sus hombros y fue ahí donde la chica comenzó a gemir mucho más fuerte, ya que las penetraciones eran tan profundas y el ritmo era rápido.
-______… Estás… Tan mojada…- Sus senos pegaban en el pecho del chico, de nuevo sus pieles volvían a golpear con cierta fuerza dejando salir sonidos obscenos que a ambos volvían locos. Makoto comenzó a aumentar más sus embestidas haciendo que la chica dejara salir más y más gemidos. -______, me voy… Me voy a… Venir.- La última estocada fue profunda, liberando su semilla una vez más dentro de ella. Dejando salir un último gemido de los jóvenes el cual fueron sus nombres.

Todavía en sus brazos y con su miembro dentro de ella, la besó dulcemente.
-Buenos días, _____.- Esa sonrisa dulce.
-Buenos días, Makoto. Vaya forma de darlos.- Reí con él.
-Quería sorprenderte.- Se sonrojó. -Así que esto es el sexo.-
-Si amor. Esto es el sexo, ¿ya sabes la diferencia?.-
-Si, pero…-
-¿Qué pasa, amor?.-
-Que sólo lo haría contigo; sólo contigo tendría sexo y sólo contigo haría el amor.- Me dedicó otra sonrisa con su bello carmesí.
-¡Makoto!.- Me escondí en su pecho, estaba como tomate, podía sentirlo.
-Te ves hermosa sonrojada.-
-Tú también te ves muy lindo sonrojado.- Lo besé y me correspondió, amo su sabor. Makoto me bajó, saliendo de mí.
Un poco de su semen empezó a escurrir por mis entrepiernas y Makoto lo pudo notar, lo que ocasionó un sonrojo y se le dibujara una sonrisa entre tierna y de triunfo.

Después de esa experiencias, una serie de relaciones sexuales se desató. Lo hacían toda la semana, bueno casi toda ya que los fines de semana ella trabajaba y regresaba cansada algo que Makoto entendía a la perfección.
Cada vez era más la lujuria que los envolvía con violencia, cada vez las penetraciones del castaño eran más fuertes por no decir violentas; _______ cada vez que Makoto se daba gusto, se ponía a pensar en una razón del porque aún no la lograba embarazar, ya que todas las veces; o al menos la mayoría, se venía dentro de ella.
Al parecer el castaño iba dejando volar su imaginación con su mujer, ya que cada vez había posiciones nuevas, a ambos les encantaban la posiciones simples, la más común para llevar el acto, pero él algunas veces se daba el lujo de probar algo diferente.

El más hermoso regalo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora