MARIAM
Desperté en la lujosísima habitación de Eros, al parecer todo en esta mansión era grande y lujoso. Me estiré en la cama y me senté en ella, no había rastro del cavernícola, me coloqué de pie y fui al baño, hice mis necesidades y lave mi rostro, ¿ahora está sería mi vida? ¿Vivir con un hombre siglos más grande que yo y ser su Luna? Suspiré, mi destino era ser la Alpha de Luna Fuerte tal y como lo fue mi madre, pero parece que la Diosa Luna tiene otros planes.
—Buenos días hermosa— su rostro se hundió en el espacio de mi cuello y mi hombro— ¿Como dormiste?— preguntó y como hizo ayer mordió el lóbulo rebatándome un gemido.
—Bi-bien— dije algo "afectada" por su presencia, «dormí de maravilla».
—Me alegro. En la cama deje un bolso con ropa que mande a buscar del hotel para ti, tu madre se lo dio a uno de mis sirvientes, te vistes y vamos a desayunar— dijo sobando mis hombros con sus grandes manos, señor si no estuviese afincándome en el lavamanos ya estaría en el suelo— Ahora no sé si suene grosería pero sal del baño para poder darme una ducha, a menos que quieras ahorrar agua— asentí con frenesí, ¡me está volviendo loca!.
—Cla-claro, te dejo— dije y salí del baño controlándome de no caerme.
Reconocí el bolso que prepare días antes de venir, ahí estaba todo lo necesario para poder arreglarme decentemente. Me coloqué algo sencillo y básico en mi, unos shorts de mezclilla, una camisa/polera negra y mis vans que son mi vida, mi pelo lo recogí en un moño algo desordenado y de maquillaje un brillo labial suave.
Una vez lista tome mi teléfono y mi cargador, empecé a revisar mis redes y al responder algunos mensajes de mi madre, hasta que Ryan me llamó.
—¿Bubbles?— dijo y sonreí, es raro ya que casi siempre estamos juntos.
—Si, la misma— aquel apodo me lo gané al ser desde pequeña fanática de las burbujas y de Burbuja de las chicas súper poderosas.
—¿Como están? Bea no me ha dicho nada, ¿te hizo algo Eros?—
—No, él no hizo nada— «aunque casi hacemos algo».
—Me alegra, iré a verlas cuando pueda, te quiero Burbuja— dijo y negué divertida.
—Y yo a ti, no hagas nada loco— Ryan rió y colgó, suspiré y seguí mirando mi teléfono.
Un carraspeo de garganta me hizo ver hacia dónde lo escuche, Eros.
—¿Con quién hablabas?— pregunto serio, mi vista recorrió sus abdominales cubiertos por gotas de agua, una toalla colgaba de su cadera— Te estoy hablando— dijo serio— No te pedí que bajaras la mirada, mírame a los ojos— seguramente sonrojada lo mire a los ojos— Responde— demandó y volvía a ser aquel celoso de anoche.
—Con Ryan. Y no necesito que me des órdenes— dije parándome de la cama, él bajo su vista a mis piernas descubiertas por el pequeño short.
—No vas a salir así, cámbiate— lo mire incrédula.
—Creo que no oí bien, ¿dijiste que me cambiara?— pregunte y él asintió— Lo siento Lincoln, pero tengo la edad suficiente para vestirme como quiera y no te pertenezco— dije y salí de la habitación, nadie me decía como vestirme y mucho menos lo haría él.
El gruñido que soltó fue de un animal «como en realidad es» completamente fuerte, dejándome shockeada. Recorrí los pasillos con la esperanza y la fe de no perderme, llegue a la sala de ayer y me senté en el sofá, de seguro la escena que presenciaremos no será nada linda.
—¡MARIAM!— señoras y señores este es mi fin. En cuestión de segundos llego a mi, vestido increíblemente bien, «concentraishon pleaseeee»— No vuelvas a hacer eso, ve a cambiarte ahora. Y no quiero oír un "no" como respuesta, A-HO-RA— lo mire sin expresión alguna, Eros bufo, se nota que todos le hacen caso, ¿pero por que ser su sumisa?— Bien. Lo haré yo— tal y como pasó anoche me colocó en su hombro, y subió las escaleras para ir a su habitación.
Me bajo de su hombro y me dio mi bolso, pero no me moví, soy una adolescente y lo que menos tengo es ropa "no reveladora".
—Vístete— dijo serio, negué.
Eros tomo mi bolso y registro las prendas, encontró una que otra camisa, más shorts diminutos y mi ropa interior algo... sexy, pero jamás algo que cubriera lo que él quería.
—¿Ves? No tengo nada que me cubra más que esto, así que déjame salir— me coloqué de pie pero él me empujó a la cama.
—No saldrás de aquí, olvídate de eso. Luego me encargaré de comprarte ropa decente, y si sales sufrirás las consecuencias— dijo serio, mi piel se erizo y no de la forma bonita.
—No me mandas, soy una mujer y me debes tratar con respeto, y más si soy tu Luna— dije enfrentándolo— Saldré porque YO quiero, y créeme no quiero problemas— dije pasando por su lado pero tomo mi brazo y me estampó contra la pared.
—Está es mi manada, estás en mi casa y me perteneces desde el maldito momento en que te vi, no me hagas mostrarte de lo que soy capaz. Te quedas aquí y punto, me vale mierda si te tengo que encerrar— dijo autoritario, me pregunté si era la misma persona que anoche me abrazo y me paro de hacer una locura— Ahora te callas, y te quedas aquí si no quieres que me enoje aún más— me sentía acorralada, era algo alta pero a su lado era pequeña y débil.
Me besó a la fuerza, pellizcando mi brazo para poder meter su lengua en mi boca, mordió mi labio y sentí como ardía.
—Se buena chica, no quiero castigarte— me dio un pico en mis labios y salió de la habitación.
Me arrastre por la pared, ¿por que es así? Si fuese el chico dulce por la noche no me quejaría pero tiene que controlar todo... Aunque tampoco sería tan fácil, yo también era algo demandante ya que era la futura Alpha de mi manada, y por nadie ni siquiera Eros me dejaría domar, o... ¿si?
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ALPHA EROS +18
WerewolfMariam Acosta, descendiente a Alpha en Luna Fuerte, una chica que no aparenta lo que en realidad es. Eros Lincoln, un Alpha muy antiguo que ha vivido toda su vida sin su luna y sin amor, que dio como resultado a que su manada fuera una de las más fu...